
La Comisión Europea (CE) ha abierto una investigación sobre los precios que Disneyland París cobra a sus visitantes. Y lo ha hecho tras el elevado número de denuncias que ha recibido criticando que se discrimina a los clientes en función de su país de origen. Es decir, un alemán o un brtiánico pagarán más por ir de vacaciones al parque que un francés.
Según recoge hoy el diario británico Financial Times, el Ejecutivo comunitario se ha puesto en contacto con las autoridades francesas para que investiguen la presunta manipulación de tarifas a través de las webs que el parque habilita para cada país. Los consumidores acusan a Eurodisney de "bloquear ilegalmente" el acceso a ofertas que sí están disponibles para los residentes de Francia o Bélgica. Según explica el rotativo, esto se lleva a cabo principalmente a través de un método de pago basado en el lugar de residencia, de descuentos selectivos o, directamente, redireccionando a los usuarios a precios más caros.
La distorsión es tal, apunta el rotativo, que en algunos casos por un mismo paquete de vacaciones premium un francés abonaría 1.346 euros mientras que a un británico tendría que pagar 1.870 euros, un 40% más que su vecino europeo, y un alemán, hasta 2.447 euros, un 82% más. En el caso de los visitantes franceses, cuentan con otra serie de ventajas añadidas como rebajas adicionales para las familias numerosas, bonos anuales o la posibilidad de fraccionar los pagos.
Clientes vs. Disney
La directiva europea de servicios prohíbe expresamente que se fuerce a los consumidores europeos a pagar más en base únicamente a su nacionalidad o país de residencia. Sin embargo, el parque de atracciones se defiende alegando que su estrategia sí está dentro de la normativa europea, que admite variaciones en los precios si existen razones objetivas. Así, según explica, sus promociones dirigidas a mercados locales están basadas en "factores específicos" como los patrones de compra o el calendario de vacaciones escolares. "A lo largo del año tratamos de atraer clientes ofreciéndoles ofertas de reserva que pueden incluir descuentos", detalla la empresa.
Sin embargo, desde el Ejecutivo comunitario siguen sin ver claro el argumento después de haber comprobado que algunos de los competidores de Disneyland en Europa, como el Legoland de Dinamarca o el Europapark alemán, no aplican variaciones de precios en la misma proporción pese a seguir políticas de análisis de mercado similares. En este sentido, la comisaria europea de Mercado Interior e Industria, Elzbieta Bienkowska, ha afirmado que la avalancha de quejas era significativa, "especialmente en uno o dos casos". "Estoy interesada en las respuestas y las explicaciones, porque me cuesta ver que pueda haber una justificación objetiva para estas prácticas", declaró.
Así las cosas, Francia debe ahora investigar y, de ser necesario, actuar a instancias de Bruselas. Y si las autoridades galas no resolvieran la presunta discriminación, la CE podría tomar medidas contra Francia.