
César Alierta, presidente de Telefónica, estima que la rentabilidad de la acción de su compañía superará el 40% en los dos próximos años debido a la revalorización de los títulos y la aportación de los dividendos.
Esa evolución coincide con la disfrutada desde principios de 2013 hasta la fecha, periodo en el que la teleco sitúa el inicio de su cambio de ciclo. Con vistas al futuro, Telefónica ha anunciado su intención de proponer para 2016 la distribución de un dividendo de 0,75 euros por acción en efectivo y una nueva amortización de autocartera del 1,5%, condicionados al cierre de la venta prevista de O2 en el Reino Unido.
Asimismo, la retribución al accionista anunciada para este año por Telefónica supone una rentabilidad del 5,8% a los precios actuales de la acción, lo que "implica la mayor rentabilidad entre las grandes compañías de telecomunicaciones".
El presidente de Telefónica también ha indicado que los ingresos en España registraron el pasado mayo el primer crecimiento interanual de los últimos seis años. "Este año vamos a crecer, y mucho: lo haremos por encima del 7%", apuntó el directivo en la Junta de Telefónica.
En el turno de repuestas a los accionistas, Alierta arremetió con los denominados operadores over the top, OTT. "Los Google y Facebook no invierten un euro y saben la vida de todos ustedes, lo que les gusta, lo que no les gusta y lo que van a comprar. Imagínense el escándalo que se hubiera montado si los operadores hubiéramos grabado las conversaciones telefónicas", dijo. Acto seguido, Alierta recalcó que el "lenguaje que más se habla en el mundo no es el mandarín, ni el español ni el inglés, sino el Android, un sistema operativo cerrado".
En el discurso del presidente, distribuido por escrito a los accionistas, el primer ejecutivo del operador reseñó que 2014 supone la "culminación de un periodo de intensa transformación de la compañía" para convertirse en "una Telco Digital Líder, en un sector que abre enormes oportunidades para todos". Ahora, añadió, "Telefónica es una compañía que crece más", debido al "sólido incremento registrado en Latinoamérica, que alcanza el 15%, la estabilización del negocio en España, con una evolución que nos hace ser optimistas; el fuerte impulso de los servicios digitales, que crecieron casi un 30%" y "las iniciativas puestas en archa para monetizar el aumento del tráfico de datos".
En opinión de Alierta, Telefónica ha pasado "de ser una compañía que vendía minutos y servicios de voz a ser una compañía de datos, que vende gigabytes", con un repunte interanual del tráfico de datos del 40%, de forma que "los ingresos de los servicios de banda ancha y servicios digitales representan ya el 38% de las ventas totales".
También recordó que el 35% de los clientes ya posee un smartphone, al tiempo que realzó el "potencial que tenemos por delante, especialmente en Latinoamérica, donde la penetración de estos dispositivos en el segmento prepago es relativamente baja".
El presidente de Telefónica indicó que el año pasado significó "un punto de inflexión" para España para la recuperación económica, con una de las tasas de crecimiento del PIB y de empleo más altas de Europa, "que se espera que continúe en los próximos años, con un crecimiento económico cercano al 3% para 2015 y 2016". Alierta reseñó que en 2014 la compañía ha alcanzado los niveles de inversión más altos en la historia más reciente, de 9.500 millones de euros, lo que representa el 16% de los ingresos.
Con vistas a 2015, Alierta espera "un sólido crecimiento de los ingresos, superior al 7%, excluyendo el efecto del tipo de cambio" y una "erosión del margen de oibda de aproximadamente un punto frente a 2014, así como un nivel de deuda sobre oibda inferior a 2,35 veces, considerando la venta de la operación en el Reino Unido".
Récord de representación
La Junta General de Telefónica ha batido su récord de representación, con un porcentaje sobre capital del 58,8%, frente al 54% de los dos últimos años, el 51,8% de 2011 y el 56,6% de 2010.
Entre los incidentes del encuentro de la compañía con sus accionistas destacaron las protestas de una veintena de asistentes, ataviados con camisetas reivindicativas, que vociferaron y abuchearon las intervenciones de Alierta.