Empresas y finanzas

Clos asume una cartera compleja y repleta de asuntos pendientes

Adrián Pérez Checa

Madrid, 9 sep (EFECOM).- Joan Clos ha tomado las riendas de una de las carteras más complejas y estratégicas del Gobierno, la de Industria, un puzzle cuyas piezas son difíciles de encajar, sobre todo las de la energía, y con asuntos pendientes, en los que deberá demostrar su capacidad de gestor y negociador.

Bregado en los asuntos económicos de ámbito municipal -fue el responsable de sanear las cuentas del consistorio barcelonés después de los Juegos Olímpicos del 92-, su adaptación a un macroministerio como el de Industria todavía es una incógnita.

No lo va a tener fácil y muchos le han colgado ya el cartel de ministro de transición. Industria es responsable de asuntos variados y complejos (telecomunicaciones, turismo, energía, todo tipo de industrias) y algunos de ellos, entre los que merece especial atención la opa de E.ON sobre Endesa, con una enorme repercusión mediática.

De forma inmediata, Clos debe resolver el lío de Endesa. El próximo martes, acudirá a la cumbre hispano-alemana que se celebra a orillas del lago Constanza, donde se tratará el asunto.

Un día después, el Gobierno español debe presentar las explicaciones sobre las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) a E.ON y, en unas semanas, resolver los recursos de alzada de la alemana y Endesa.

Aunque Clos ha afirmado que la opa no marcará su etapa como ministro, este asunto le ha perseguido incluso antes de que tomara posesión del cargo.

Sin embargo, lo más urgente para el funcionamiento de la maquinaria ministerial es la elección de un nuevo secretario de Energía que se haga cargo de la larga lista de asuntos que hasta ahora llevaba Antonio Fernández Segura.

El sector está más desunido que nunca como consecuencia de la opa de Gas Natural, que ya ha cumplido un año, y el acuerdo de compraventa de activos firmado con Iberdrola, pero en lo esencial coincide: las tarifas reguladas siguen constituyendo un problema grave, la distribución necesita una reforma urgente, y las últimas medidas del Gobierno para atajar el déficit tarifario han puesto de uñas a las eléctricas.

Desde las eléctricas se teme lo peor: La decisión de fijar un precio fijo para los intercambios de electricidad en el mercado mayorista para reducir el déficit, en principio provisional, se va a convertir en algo permanente como consecuencia del relevo ministerial.

Como en otros temas (Kioto por ejemplo), la estrategia de las eléctricas coincide en lo fundamental, pero difiere en su aplicación, un escenario idóneo para que el nuevo equipo ministerial demuestre sus habilidades en el difícil arte de manejar la mano izquierda.

Más a corto plazo, también está pendiente la reforma de las primas a las energías renovables, donde cada patronal sectorial (eólicos, cogeneradores) busca sacar la mejor tajada, o los contratos bilaterales entre la gran industria (siderúrgicas, azulejeros, cementeras) y las eléctricas, con los que se espera dar más estabilidad al precio de la electricidad en el mercado.

En telecomunicaciones, la senda trazada por su predecesor parece más transitable, a pesar de que el sector está a las puertas de un profundo cambio motivado por el incremento de la competencia y las próximas negociaciones de la regulación europea.

Según las previsiones, antes de que termine el año, Clos dará la bienvenida a los primeros operadores de telefonía móvil virtuales (sin red) y al cuarto operador, Xfera.

Pero la gran tarea del nuevo ministro será el desarrollo de la nueva directiva europea sobre telecomunicaciones, que busca adaptar el sector a las nuevas tecnologías y en la que España quiere tener un papel protagonista y contar para ello con las empresas del sector.

De cara a la industria, la estrategia ya está diseñada. La apuesta por la inversión en I+D+i y los planes de internacionalización de empresas y de fomento de la exportación como forma de combatir la deslocalización de industrias tradicionales y atraer sectores más intensivos en conocimiento.

En este ámbito, Clos contará con un colaborador conocido, Joan Trullén, secretario de Industria y responsable de la parte económica del distrito tecnológico barcelonés 22@, por lo que algunos no descartan que en el año y medio de legislatura que queda emprenda alguna iniciativa similar a nivel nacional.

De la buena marcha de estas iniciativas dependerá que Joan Clos pueda avanzar en el reto de mejorar el déficit comercial exterior de España, que en el primer semestre se elevó a 43.213 millones de euros, y sigue siendo, junto con la inflación, el principal desequilibrio de la economía del país.

En cuanto al turismo, la evolución del sector y las buenas cifras que presenta hacen prever un aterrizaje suave para el nuevo titular de Industria.

La llegada de turistas y la ocupación hotelera son muy satisfactorias, aunque desde el Ministerio tendrán que seguir trabajando para lograr desestacionalizar las vacaciones. EFECOM

apc/rl

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