
Georgios Karavelas conduce un taxi en Atenas y en el último mes ha sido testigo de lo que están haciendo los griegos con sus ahorros. Un pasajero le contó a alguien por su teléfono que había retirado 25.000 euros del banco, se los llevó a su casa, levantó un azulejo del baño y guardó allí el dinero. Otro llevó el efectivo a su pueblo y lo enterró en el jardín. Una pequeña caja fuerte en una unidad de aire acondicionado en su balcón es otro de los ejemplos que dibujan la realidad griega.
"No los culpo", afirmó Karavelas, de 37 años. "Obviamente eran personas que habían trabajado mucho para ganar su dinero, con familias y empleos, no oligarcas", explicó.
Las retiradas en efectivo de los bancos griegos superaron los 15.000 millones de euros en vísperas de las elecciones que catapultaron al poder a Alexis Tsipras y su partido Syriza.
A la espera de las negociaciones con Europa
Los expertos creen que las tensiones entre el nuevo Gobierno y los acreedores de Grecia, Alemania incluida, pueden mantener la presión. "Las negociaciones con los acreedores serán un proceso prolongado. No podemos, por lo tanto, descartar más presión sobre los depósitos", aseguró Wolfango Piccoli, director ejecutivo de la firma de asesoría Teneo Intelligence. "Hay mucha incertidumbre y eso puede volver a poner nerviosos a los depositantes", indicó.
El programa de rescate de Grecia concluye el 28 de febrero y no llegar a un acuerdo con la troika podría dejar al país sin financiación en los próximos meses. Alemania está dispuesta a esperar hasta abril o mayo, cuando Grecia enfrente una crisis de liquidez, para reforzar su posición negociadora, auguró una persona especializada en el asunto. El Gobierno de Tsipras ofrece pagar la deuda con bonos ligados al crecimiento económico del país.
'Maratón bancario'
La incertidumbre está teniendo efecto sobre los bancos del país. El principal índice de la bolsa de Atenas registró una caída de más del 37% en la primera semana del nuevo Gobierno griego. Si bien las acciones se recuperaron posteriormente cuando Tsipras y sus hombres atenuaron sus afirmaciones anteriores.
Una salida de depósitos significa una dependencia mayor de los fondos del BCE, en concreto de los llamados fondos ELA a través del banco central griego, que necesitan la aprobación del organismo presidido por Mario Draghi. Éste tiene previsto revisar la línea de emergencia del banco central griego, y puede ordenar cortarla si la considera inadecuada. El procedimiento de revisión tiene lugar cada dos semanas.
"La historia de los depósitos griegos no es una fuga (bank run en inglés) sino una maratón bancaria", aseguró Andreas Koutras, socio en In Touch Capital Markets, en un juego de palabras entre el pánico bancario habitual y el goteo que sufre actualmente Grecia.
"El dinero bien invertido hace rato que se fue y quedan pocas cuentas con más de 100.000 euros. El verdadero barómetro del miedo es la cantidad de moneda fuerte que se retira, no la cantidad que se transfiere fuera de Grecia. En los dos últimos meses se incrementó", sentenció.
Un trauma griego
Cinco años de recortes de salaries y pensiones de los sucesivos gobiernos han tenido un impacto dramático en los bolsillos de los ciudadanos.
En diciembre de 2009, los griegos tenían 237.500 millones en depósitos bancarios. Al cierre de 2014, esa cifra se había reducido hasta los 160.300 millones de euros, según los últimos datos del banco central. En plena apogeo de la crisis, en junio de 2012, la cifra llegó a ser todavía más baja, 150.600 millones de euros.
En febrero de ese año, el entonces ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, aseguró que los 65.000 millones de euros en depósitos que se habían perdido desde diciembre de 2009, solo 16.000 millones se habían sacado del país.
"El resto o está aquí o se ha sacado sin que quede registro bancario". Los griegos retiraron sus depósitos para invertirlos en "bonos de otros países, joyas, arte, oro, dejarlos en cajas fuertes y en muchos casos, desafortunadamente, tienen sus depósitos en casa, debajo del colchón".
Un empleado del National Bank of Greece comentaba recientemente a un cliente algo que había visto en los últimos días. "Si hubieras venido la semana pasada, sin previo aviso, no te podría haber dado tanto dinero en efectivo", susurró al cliente, que retiraba 20.000 euros en efectivo. "No teníamos dinero".
El empleado explicó que múltiples clientes retiraron dinero antes de las elecciones, especialmente personas mayores preocupadas por sus ahorros. Karavelas, el taxista, dice que se compadece de ellos, aunque el no tiene nada de que preocuparse. "No tengo depósitos. Tengo como 1.000 o 2.000 euros en el banco y eso es para mis hijos".