IBERDROLA
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Días de mucho, vísperas de nada. Así reza un refrán que hoy se aplica a Iberdrola, ya que la eléctrica, como si fuera un chicharro cualquiera y no la cuarta compañía española por capitalización bursátil, se ha desplomado un 9,76% tras dispararse ayer un 7,76% entre rumores varios de compras de acciones por parte de EDF y renacidas especulaciones de movimientos corporativos. ¿Es la eléctrica un chicharro?
Iberdrola se disparó ayer de la mano de las compras del bróker galo Cheuvreux, que acabó la jornada con un saldo neto comprador de 9 millones de títulos. Sin embargo, Chevreux no ha aparecido este martes sino para vender, ya que finalizó la sesión con ventas netas de algo más de dos millones de acciones.
"Parece ser que hay una gran mano tomando posiciones, probablemente se trata del resultado de las jornadas de inversores de la semana pasada", señalaba ayer un operador. Y muchos apuntaron a la francesa EDF indicando, además, que estaba comprando acciones en el mercado para alcanzar el 10% de Iberdrola.
El aderezo
Además, todo lo anterior estuvo aderezado con renacidas especulaciones de movimientos corporativos avivados por unas palabras del presidente de Repsol, Antoni Brufau, que señalaba que no veía alternativas a la fusión Gas Natural-Iberdrola y que el interés se mantenía. N o obstante, señalaba que "si mañana se volviera a plantear, las cosas serían diferentes. Una operación no es buena o mala en función de una amenaza exterior. Debe serlo en sí misma".
Ayer tampoco faltaron loas a Iberdrola mientras el valor se disparaba, sobre todo por la presentación estratégica de la semana pasada.
La almadraba
Hoy, sin embargo, todo vuelve a empezar y nuevos rumores salen al paso para justificar que una de las mayores eléctricas del mundo se desploma en bolsa más del 9% sin motivo aparente. Y es que Iberdrola sería ahora el cazador y no el cazado en lo que a su relación con Gas Natural se refiere, extremo que ha sido desmentido.
Mientras, aquellos que entraron ayer en el valor con su cotización disparada y que incluso probaron suerte este martes apostando por los rumores, han visto lo avieso que puede llegar a ser el mercado y que, cuando éste cae, no hay sitio por el que escaparse: como demuestra el gráfico de la sesión, todo era confianza hasta que poco antes de las 17:00 horas Iberdrola se convirtió en una auténtica almadraba bursátil.
Y cuando el inversor se dio cuenta de que las redes se ceñían a su cuerpo ya era demasiado tarde porque la caída llegó a superar el 10% en cuestión de minutos. La sangre brotó como sucede en la pesca del atún.
¿Moraleja?
"Estamos en un momento de bolsa muy rara, manejada por hedge funds y fácilmente cambiable. Creo que simplemente alguien quería aprovechar la subida de la víspera para deshacer posiciones y el papel no ha encontrado contrapartida hasta registrar la fuerte caída que hemos visto", dijo a Reuters un analista del sector.
Sea como fuere, y esperando a que los rumores se clarifiquen o desaparezcan, lo cierto es que en jornadas como las de ayer es cuando se cuecen las caídas como las de hoy: subidas y alto volumen que permiten vender a quien quiera hacerlo en condiciones en las que nunca se podría hacer dependiendo de la cantidad de papel que se quiera colocar en la subida.