
Las tarjetas 'B' de Caja Madrid se ha cobrado una serie de ceses y dimisiones, pero muy pocas devoluciones del dinero supuestamente defraudado a la entidad y al grupo Bankia. Sólo doce consejeros y directivos han anunciado que han devuelto parte del dinero o tienen la intención de hacerlo en breve, incluyendo aquellos que lo reintegraron este verano, antes de que estallara el escándalo, ante la posibilidad otorgada por el grupo de José Ignacio Goirigolzarri. Blesa ganó 10,3 millones en sus dos últimos años y Hacienda le devolvió 107.474 euros.
En suma, los fondos desviados con el sistema de retribución opaca que ha recuperado tanto Bankia como la Fundación Caja Madrid ascienden a 1,12 millones de euros, es decir, únicamente el 7,2% de la presunta estafa, por la que los expresidentes Miguel Blesa y Rodrigo, y el exdirector general Ildefonso Sánchez Barcoj han sido ya imputados y se enfrentan, por ello, a penas de cárcel de hasta 10 años.
Resulta llamativo que en lo últimos días y, pese a las destituciones en cadena, algunos de los beneficiarios de las tarjetas hayan no sólo justificado el gasto efectuado, sino que hayan advertido de que no van a devolver el dinero de manera voluntaria.
Otros mantienen el silencio, como Miguel Blesa, que fue encarcelado en dos ocasiones de manera provisional en la primavera de 2013 por la adquisición de City National Bank of Florida.
Entre los que han manifestado que no van a reembolsar los fondos utilizados con la tarjeta black se encuentra Juan Astorqui, quien fuera mano derecha de Blesa. El exdirector de comunicación de Caja Madrid fue destituido a principios de esta semana de sus cargos en la agencia Burson Marsteller. Dilapidó 293.000 euros en diez años, según el informe remitido por la Fiscalía a la Audiencia Nacional.
Astorqui, en los tres meses antes de abandonar la entidad, entre enero y marzo de 2010, triplicó el ritmo de gasto con la tarjeta B, con una facturación de 27.900 euros.
Los otros cuatro miembros de la cúpula de Caja Madrid que han amenazado con no devolver el dinero son el exalcalde de Alcobendas, José Caballero; el todavía director de Telegenia del PP, Jorge Rábago; el comunista Juan Antonio Moral Santín; y la federación de servicios de UGT, que fue la beneficiaria de los gastos imputados a su representante Rafael Torres.
Los que sí han reembolsado todo o una parte de lo utilizado son una serie de consejeros de distintos ámbitos, que van desde el exjefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, hasta el presidente de Bankia, Rodrigo Rato. El tercer imputado, Sánchez Barcoj, también ha informado a la Fundación de su intención de devolver los casi 500.000 euros gastados.
Safaris y vinos
La utilización de la tarjeta, según los extractos de los movimientos bancarios, es variada. Por ejemplo, Blesa se gastó más de 10.000 euros en vinos y cavas en una tienda en Madrid a lo largo del periodo investigado, según publicó ayer El País.
Además, se pagó caros viajes, como un safari a Sudáfrica que le costó más de 9.000 euros. También se cargaron a su tarjeta comidas en restaurantes madrileños de postín, como el Jockey o el Horcher. De media, Blesa hacía uso de unos 54.600 euros opacos al año, cuando su sueldo entre 2003 y 2010 ascendió a casi 20 millones de euros, según la documentación judicial. Es decir, de media su retribución anual se situaba en los 2,4 millones de euros, aunque en los últimos ejercicios superaba los tres millones de euros.
El escándalo de las tarjetas B ha incendiado la vida política y social. Las instituciones del Estado han puesto en marcha expedientes internos para determinar si expulsan a los beneficiados, al margen de la investigación judicial. Es el hecho de los dos sindicatos y de los dos principales partidos, PP y PSOE. Pero también ocurre en otros organismos de menor entidad, como el sindicato independiente ACCAM, que contaba con un representante en la cúpula de Caja Madrid. Ayer reclamó a Ignacio Navasqüés el depósito de los pagos realizados en negro con este sistema.