El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha cogido las riendas de la compañía después de su presentación a la comunidad financiera y tiene ante sí su primera gran tarea: elaborar el plan estratégico para el periodo 2015-2019.
La intención de Repsol es presentar en el primer trimestre de 2015 su nueva hoja de ruta, coincidiendo con la presentación de resultados de 2014.
La petrolera tiene que afrontar durante los próximos años un futuro muy diferente al actual, ya que comenzará a recibir los frutos de sus éxitos exploratorios de los últimos años y podrá reforzar su apuesta por la exploración y producción con los ingresos que obtenga.
Inversiones en camino
Repsol tiene que hacerse cargo de unas elevadas inversiones en el desarrollo de los bloques que ha conseguido en África, en países como Angola, Namibia o Liberia y seguir incrementando su dominio minero en licitaciones como la que se está llevando a cabo en Argelia.
La petrolera tiene que afrontar también las prospecciones en el Golfo de México y el Missisipi (EEUU) además de Canadá, donde ha acumulado una cantidad importante de dominio minero. También deberá invertir en su entrada en Kurdistán, así como en Bulgaria o en el desarrollo de sus pozos en Rusia.
Además, Imaz tendrá que resolver el desarrollo de los pozos en Canarias y la puesta en producción de los yacimientos en Portugal, así como si invierte en mejoras en alguna refinería más.
Gran parte de la próxima estrategia dependerá de la capacidad de Repsol para incrementar su generación de caja, ya que la pérdida de YPF así como la venta del negocio de gas natural licuado han supuesto una importante merma. La petrolera cuenta en estos momentos con más de 12.000 millones de liquidez en la caja -sin tener en cuenta lo que acaba de ingresar con los bonos argentinos y la venta de YPF- y puede acometer varias operaciones de compra si encuentra oportunidades atractivas.
Según explicó el director financiero, Miguel Martínez, en la presentación de resultados, las operaciones de compra se busca que obtengan un WACC -retorno a la inversión- del 8 por ciento y la compañía aún no ha decidido si se realizará mediante una adquisición de activos o de una empresa o una mezcla de ambas.
El nuevo plan estratégico se realizará ya sobre las nuevas bases de negocio que la compañía presentó en las pasadas cuentas. Las áreas de negocio se han dividido en segmentos y se ha cambiado la forma de contabilizar Gas Natural, lo que facilitaría una salida de su accionariado.
Dividendo
Uno de los puntos clave será la remuneración para los accionistas. La petrolera mantiene su compromiso de un dividendo alto para permitir a accionistas como Sacyr el pago de su deuda.
La constructora afronta este año la refinanciación del crédito y en función del resultado de la misma y de la situación de La Caixa se fijará la nueva retribución. La petrolera deberá plantearse si sigue con su política del scrip -pago con acciones- o si, por contra, vuelve al dividendo en efectivo.