
Repsol se ha liberado de, al menos, 3.386 millones de deuda con la que tenía que cargar por la forma de contabilización de su participación en Gas Natural Fenosa.
El consejo de administración celebrado el pasado miércoles aprobó una nueva estructura de dirección para la petrolera que supone, además del nombramiento de Josu Jon Imaz como consejero delegado, un cambio más profundo en la compañía y en la forma de presentar sus cuentas, tal y como se verá el próximo 8 de mayo.
A partir de ahora, las antiguas ramas de negocio se llamarán segmentos y la participación en Gas Natural, que anteriormente se integraba en el negocio de Gas & Power, se separa y pasa a contabilizarse por el método de puesta en equivalencia.
Con esta decisión, la petrolera borra de un plumazo la deuda de la gasista y se adapta a las exigencias de las normas internacionales de contabilidad.
Repsol seguirá apuntándose la parte correspondiente al beneficio que se obtenga de dicha participación y que en el primer trimestre los analistas esperan que suponga cerca de 117 millones de euros.
Cambio contable
Este método se puede aplicar en la petrolera porque la participación en la gasista supera el 20% (o el 3% si cotizan en bolsa), sin llegar al 50% y porque mantiene influencia en la gestión. De hecho, la petrolera cuenta con la vicepresidencia, encabezada por Antonio Brufau, y dos puestos en el consejo, que ocupan Luis Suárez de Lezo y Nemesio Fernández Cuesta, además de un pacto parasocial de control de la compañía.
El cambio contable supone que en el balance de la matriz se eliminará el valor contable de esta participación y se sustituirá por la parte correspondiente de sus fondos propios. Este importe se contabiliza en la rúbrica "participaciones puestas en equivalencia".
En la cuenta de resultados de la matriz se recoge la parte que le corresponde de los resultados obtenidos por la participada. Este importe se contabiliza en la rúbrica "participación en beneficios (pérdidas) de sociedades puestas en equivalencia".
Esta decisión supone que el 30% que tiene Repsol en Gas Natural se queda prácticamente listo para adoptar cualquier decisión que quiera tomar la petrolera sobre su futuro.
Repsol ha aparcado por el momento la venta de su participación en Gas Natural Fenosa, pero no la ha descartado. Prueba de ello es que el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró, descartó que a corto plazo fueran a producirse ventas de las mismas por parte de Repsol o de La Caixa.
Repsol siempre ha asegurado que la gasista es una participación líquida y ahora más que nunca les resulta necesaria la aportación que consigue con el cobro del dividendo.
Brufau, no obstante, ha asegurado en varias ocasiones que la participación de Gas Natural ya no le genera sinergias en su negocio, por lo que no se descarta que a medio plazo puede producirse una salida ordenada de la compañía con el visto bueno de La Caixa, que también podría reducir su participación.
Según las presentaciones realizadas a los analistas, Repsol contaba a finales de 2013 con 12.668 millones de euros de liquidez. Es decir, que la petrolera está preparada para acometer una o varias operaciones de tamaño medio que le ayuden a crecer en exploración y producción.
Operación de compra
Fuentes del sector explican que después de la expropiación de YPF y de la venta del negocio de gas natural licuado a Shell, la petrolera necesita una operación de compra que le aporte ingresos.
La petrolera ya no necesita grandes extensiones de dominio minero para seguir creciendo ( aunque sigue cosechando éxitos en este área), de hecho es una de las que mejores tasas de reemplazo ha logrado en los últimos años.
Por este motivo, en el mercado son constantes los rumores que apuntan a Pacific Rubiales, pero también han sonado el de otras compañías en Estados Unidos y en Noruega.
La petrolera sigue además teniendo a la venta las estaciones de servicio de Perú y la refinería de La Pampilla tras haberse paralizado el primer intento.
La nueva era que inicia la petrolera con el nombramiento de Josu Jon Imaz como consejero delegado no estará exenta de retos.
Imaz deberá gestionar los problemas que atraviesan en este momentos los márgenes de refino, incrementar los ingresos de la parte 'non oil' de las estaciones de servicio y mejorar su calidad; mantener o incrementar los resultados del área de exploración y producción y, en definitiva, gestionar el crecimiento de una compañía que tiene que "inventar el futuro", como insistió el presidente de la petrolera, Antonio Brufau, durante la pasada junta de accionistas.
En lo que respecta al consejo de administración, un área que seguirá en manos del presidente de Repsol , los retos para esta nueva etapa siguen siendo amplios.
Imaz se incorpora al consejo en sustitución de Paulina Beato y a la comisión delegada en sustitución de Javier Echenique.
Refinanciación de Sacyr
Por un lado, Repsol debe enfrentarse al proceso de refinanciación de Sacyr. La constructora que preside Manuel Manrique tiene que decidir el futuro de su participación. Para ello, la compañía abrió el proceso de refinanciación de los 2.426 millones de euros de deuda que mantiene por su participación del 9,23% en la petrolera, tal y como adelantó elEconomista, poco más de nueve meses antes de que venza el plazo en enero de 2015.
Los casi cuarenta bancos acreedores han mantenido conversaciones con la constructora, pero fuentes consultadas por este diario indicaron que tras las primeras reuniones con la banca se ha mostrado confiada por la buena marcha de la constructora y ha aplazado hasta septiembre el inicio de las negociaciones formales.
La intención de los bancos acreedores es poder evaluar en ese momento el nivel de garantías que mantiene la constructora, así como el valor de los títulos de la petrolera para poder decidir el futuro de su paquete en Repsol .
Las condiciones de la financiación actual contemplan un tipo de interés euribor +350 puntos básicos, por lo que la espera puede traducirse en una menor carga financiera si se cumplen las previsiones de mejora económica.
La constructora además se encuentra en un buen momento, ya que las acciones de la petrolera superan los 19 euros (cotizan a 19,4 euros) lo que ofrece unas garantías suficientes a los acreedores.
Visita de Peña Nieto
Otro de los puntos de conflicto lo representa Pemex. La petrolera mexicana, metida como está en una reforma energética y con pérdidas millonarias, está dando una batalla más política y mediática que económica.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, visitará España para ofrecer un acuerdo similar a los que ya se han alcanzado con Total o GDF Suez, pero la española únicamente está dispuesta a seguir en las pautas del vigente acuerdo de cooperación entre ambas, que sigue sin apenas desarrollarse.
Brufau cuenta con el apoyo de La Caixa, Sacyr y Temasek, mientras que Pemex se ha quedado sola en su frente en el consejo.
Esta situación hace que la decisión lógica fuera la desinversión para los mexicanos que siguen sin apoyar a la gestión, tal y como pactaron en el acuerdo de cooperación con Repsol .
El presidente de la petrolera, Antonio Brufau, con el visto bueno del consejo, decidió reducirse el sueldo para acompasarlo a la pérdida de funciones, ya que deja de ser el consejero delegado del grupo.