NAIROBI (Reuters) - Todos los días, Kagonya Awori y su equipo experto en rastreo tecnológico buscan en Facebook y Twitter señales de peligro que indiquen que las elecciones en Kenia en marzo podrían desencadenar la misma violencia étnica que llevó al país al borde de una guerra civil hace cinco años.
Seleccionando blogs y medios sociales, el grupo de seis investigadores buscan insultos, amenazas racistas y publicaciones inflamatorias, o cualquier indicativo de que las tensiones intertribales estén aumentando.
Awori y sus colegas tienen razones para estar preocupados.
En las últimas elecciones presidenciales a finales de 2007, cuando se declaró reelegido al actual presidente Mwai Kibaki, el resultado fue disputado por los oponentes y se desencadenó una sangría.
Más de 1.200 personas fueron masacradas, muchas apuñaladas con machetes, quemadas vivas o disparadas con arcos y flechas mientras las mayores tribus del país se volvían unas contra otras.
"La cantidad de discurso peligroso está creciendo pero, esta vez, la gente que dice estas cosas no se esconde en absoluto", dijo Awore, que dirige Umati, un proyecto de vigilancia de discursos peligrosos en la web para la empresa de investigación iHub Research, que dirige investigaciones tecnológicas centradas en África fuera de Nairobi.
"Hay llamamientos categóricos para matar, expulsar a la fuerza y robar, así como discriminaciones contra miembros de comunidades particulares", afirmó.
Gran parte del discurso con el que se ha encontrado el grupo de Awori hasta ahora estaba en Facebook, y los usuarios frecuentemente revelaban sus nombres y a menudo su ubicación.
Kenia, la mayor economía del este de África, está en segunda posición en el uso de Twitter en África en los últimos años, superando a los productores petroleros Nigeria y Egipto, donde los medios sociales han ayudado a conseguir apoyos para la revolución de la Primavera Árabe.
Las autoridades de Kenia han aprobado leyes que prohíben a los medios reproducir los discursos de odio racial. Pero hasta el momento no han tenido poder para impedir que los kenianos comunes expresen enemistades tribales en los medios sociales.
Las leyes en Kenia prohíben a los medios reproducir discursos sobre odio racial en su totalidad.
Ejemplos de violencia online incluyen llamamientos como "matanza matanza" en suahili, así como golpear, saquear, amotinarse, matar y expulsar a otras tribus.
No puede descartarse una repetición en marzo de la violencia intertribal que cubrió de sangre las elecciones de 2007.
Las alianzas forjadas por los principales contendientes a las elecciones de 2013 se están agrupando para repetir los enfrentamientos principalmente étnicos por el poder político.
Los dos principales campos están liderados por el primer ministro, Raila Odinga, que tiene el respaldo del vicepresidente Kalonzo Musyoka, y el viceprimer ministro Uhuru Kenyatta, cuyo compañero de equipo es Wiliiam Ruto, un ex ministro del gabinete.
La rivalidad frontal entre Kenyatta, hijo del presiente fundador de Kenia, de la predominante tribu Kikuyu, y Odinga, un Luo, aumentan el espectro contra la confrontación étnica.
Para contribuir a las tensiones, tanto Kenyatta como Ruto irán a juicio después de las elecciones de marzo en la Corte Penal Internacional de La Haya por sus supuesta actuación en fomentar la violencia en los comicios hace cinco años.
/Por Drazen Jorgic/
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