El Grupo Yell, propietario de Páginas Amarillas y del número de información de telefonía 11888, planea la venta de su filiales española y latinoamericanas: Chile, Argentina y Perú. Según han informado a este periódico fuentes relacionadas con la compañía, la firma especializada en directorios confía en reducir su actual dimensión y realizar desinversiones con las que sanear sus cuentas, ahora acuciadas por el peso de la deuda y el desplome generalizado de los ingresos y de la rentabilidad.
Como se puso de relieve el pasado martes, durante la presentación de resultados a los inversores, la compañía británica atraviesa momentos críticos. Así lo refleja su evolución en bolsa, con una caída acumulada en los tres últimos días del 35%, en buena parte por la nueva necesidad de refinanciar la deuda tras incumplir los plazos inicialmente previstos, fijados hasta la fecha en 2014.
La generación de cash-flow no invita al optimismo, puesto que los ingresos en el último ejercicio fiscal se desplomaron el 21,5%, hasta los 215 millones de libras (268 millones de euros), mientras que el EBITDA se hundió el 26,7%, hasta los 64,1 millones de libras (80 millones de euros).
Provisiones contables
La compañía que dirige Mike Pocock también informó esta semana a los inversores de una reducción contable de 764 millones de euros del valor de su filial española, para así adecuarse a la nueva realidad de la sociedad. Hace tres años, la compañía ya se vio obligada a realizar un ajuste equivalente a 1.373 millones de euros, también por los mismos motivos.
La aventura de Yell en España, iniciada hace seis años con la compra de TPI Páginas Amarillas a Telefónica por 3.000 millones de euros, puede tener los meses contados. Todo apunta a que el negocio de Yell en España se pondrá en el escaparate, expuesto a las firmas de capital riesgo, posible destino para unos activos que en los últimos años han cotizado a la baja por la caída de la publicidad convencional, la migración de los soportes de papel hacia el entorno digital y la canibalización de las guías de papel y servicios de información de telefonía por parte de los dispositivos móviles con acceso inmediato y permanente a Internet como smartphones y tabletas.
Por lo pronto, la primera ejecutiva de la compañía en España, Ana García Fau, junto con otros altos directivos de la filial, preparan las maletas para ocupar puestos de responsabilidad en la sede de Yell en Houston (Estados Unidos).
Con el objetivo de reducir los costes, la filial española también reducirá su plantilla en 80 personas, sobre un total de 800 trabajadores. Con ese nuevo ajuste, que se realizará a través de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), la firma habrá reducido el 40 por ciento su fuerza laboral desde su salida de Telefónica, en 2006, a través de tres ERE en el mismo plazo.
Mercado digital de empresas
Tras la salida de España, Chile, Argentina y Perú, el Grupo Yell reducirá su actividad al Reino Unido y Estados Unidos. Asimismo, la compañía dará un golpe de timón en su estrategia para concentrarse en actividades de MarketPlace, mercado digital de empresas, ante el descenso de los negocios tradicionales de directorios de papel.
Por lo pronto, el Grupo Yell someterá a la decisión de sus accionistas el próximo 26 de julio el cambio de nombre de la sociedad, para denominarse Hibu. Fuentes de la compañía indicaron que Hibu no significa nada, algo que tampoco es novedad en un sector en el que otras enseñas como Google o Yahoo! tampoco tenían ningún significado especial en el momento de nacer.