
El Banco de Valencia, intervenido por el Banco de España y con toda su cúpula directiva destituida, financió con más de 58 millones de euros la red inmobiliaria de Teddy Bautista durante su etapa al frente de la SGAE. En total, se concedieron tres créditos para la denominada operación Gran Vía, consistente en la compra de los teatros Lope de Vega y Coliseum por parte de Arteria, el holding de espacios escénicos de la SGAE, a finales de 2009. La Audiencia Nacional ha abierto ahora una investigación por el presunto desvío de fondos a través de ésta y otras operaciones, por las que Bautista, expresidente de la sociedad de autores, está imputado.
Tras su salida el pasado verano de la sociedad, y al margen de la investigación judicial, que sigue su curso, la SGAE encargó una auditoría interna a Ernst&Young, que ha destapado numerosas irregularidades en el proyecto. En su informe de conclusiones, al que ha tenido acceso elEconomista, se asegura por ejemplo que Bautista tomaba las decisiones sin contar con nadie. "Tenía capacidad para adquirir inmuebles por sí solos, tomó las decisiones de inversión y propició una red de clientelismo y fidelidades personales, con sumisión a su persona", asegura el auditor.
Irregularidades en la venta
En cuanto a la operación Gran Vía, la auditoría destaca que se cometieron irregularidades tanto en la negociación con la familia Soler, propietaria de los inmuebles, como con el Banco de Valencia.
Según el informe de Ernst & Young, la entidad entregó el crédito a la SGAE "con premura" y sin haber recibido "autorización escrita de orden de pago de Fundación Autor". A su vez, el informe destaca que el carácter "confidencial" de la operación llevó a la entidad a no realizar el pago del crédito de 58,6 millones por transferencia, un pago del que sólo se dejó constancia después de que la operación se cerró.
Por parte de Teddy Bautista y Quintanilla también hubo una serie de irregularidades, ya que la operación se llevó a cabo sin haber realizado un plan de negocio. El expresidente de la SGAE tan sólo solicitó tres valoraciones al mismo arquitecto. La de 73 millones, que utilizó para negociar con los propietarios; la de 96 millones y una última de 116 millones que usó para negociar con los bancos.
Falta de liquidez
El problema con el que se encuentra ahora la SGAE, según ha denunciado José Miguel Fernández Sastrón, el principal candidato a la presidencia tras las elecciones del próximo 26 de abril, es que no hay liquidez par afrontar los pagos. "Necesitamos un pulmón financiero cuanto antes porque la deuda generada es de 137 millones, tenemos que pagar 20 millones al año y no podemos utilizar el dinero de los autores", aseguró.
Al margen del Banco de Valencia, Cajamar concedió 63 millones de euros para la construcción de un auditorio en Sevilla, cuyo presupuesto se infló sin ninguna justificación, según denunció el arquitecto de la obra, Santiago Fajardo, y corrobora la auditoría que señala una desviación de casi 3,6 millones de euros en equipamiento.
Banesto abrió también una poliza de 20 millones para la compra del Palacio del Infante Don Luis en Boadilla del Monte, que finalmente no se llevó a cabo; Barclays financió la compra del teatro Campos Elíseos en Bilbao y Caixa Catalunya la del Parallel en Barcelona.
En conjunto, la SGAE logró financiación por un importe de 157,5 millones de euros, a los que hay que sumar otros 69,2 millones de recursos propios -se utilizaron los derechos de los autores- y 13,9 millones en subvenciones del Ayuntamiento de Barcelona, el de Bilbao y el ICIC (Institut Catalá de les Indústries Culturals), un organismo dependiente de la Generalitat de Catalunya.