Argentina se siente ganadora en medio de la expropiación de YPF. Cristina Fernández de Kirchner ha sumado adeptos ya que este tipo de medidas acrecientan el populismo nacionalista, pero ahora tiene que gestionar una crisis interna que puede ser un arma de doble filo. Se trata de la gestión de la petrolera. Las provincias petroleras del país no están de acuerdo en la forma en la que se ha decretado la toma de control y también quieren beneficiarse.
Precisamente será éste uno de los puntos más tensos que tendrá que negociar Kirchner esta semana, dado que las provincias ya comienzan a preguntarse qué rol jugarán en esta expropiación e incluso las zonas que no cuentan con petróleo no quieren quedarse fuera del negocio.
Según el diario Clarín, también afloran dudas sobre cómo se configurará el consejo de administración de la petrolera que cuenta con 17 miembros, de los cuales 9 son para el sector público. En principio, el Gobierno central nombrará a cinco consejeros, mientras a las provincias les quedarían tres.
Esos lugares serían en principio para Neuquén, Santa Cruz y Chubut, provincias petroleras que duraente los últimos dos meses han revocado diversas licencias a Repsol provocando una auténtica hecatombe a la cotización del grupo.
La provincia de Mendoza también rescindió contratos con la petrolera y ahora descuenta tener un representante en YPF. Sin embargo, esta zona tendrá que pugnar por su entrada, ya que a priori parece no contar con un puesto de facto.
Compromisos
La razón es que el nuevo interventor de la petrolera, Julio De Vido, también se comprometió con un representante sindical para tener representación de YPF en nombre de los trabajadores. De esta manera, el Go bierno central habría completado en principio su cupo porque ya ha impuesto a la cúpula encabezada por De Vido y el viceministro de Economía, Axel Kicillof.
A esto se suman las críticas del resto de provincias por no estar informados sobre cómo se va a abarcar la nueva gestión del grupo.
Asimismo, el reparto de acciones a las provincias, que deberían terminar quedándose con un 25 por ciento de YPF, también promete cierta dosis de controversia.
"La reglamentación deberá contemplar las condiciones de la cesión asegurando que la distribución de acciones entre las provincias que acepten su transferencia se realice en forma equitativa, teniendo asimismo en cuenta para tal fin los niveles de producción de hidrocarburos y de reservas comprobadas de cada una de ellas", dice el proyecto de ley.
Además, De Vido criticó a Repsol porque no estaba la "certificación" de las reservas del yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén.
Según el ministro de Planificación, allí podría radicar el gas equivalente "a 40 o 50 veces la reserva que hoy tiene la Argentina". Si esa certificación se realiza antes del traspaso accionario, Neuquén debería tener muchas más acciones que el resto, según Clarín. Sin embargo, parece que lo más probable es que dejen este evaluación para después, para la etapa de poner la compañía en valor.
Por otro lado, el vicepresidente argentino, Amado Boudou, defendió el fin de semana la nacionalización y dijo que las decisiones se "toman en la Casa Rosada", al tiempo que la ministra de Industria, Débora Giorgi, comentó que la toma de control de la petrolera argentina se adoptó porque "está en juego el futuro del país y el trabajo de los argentinos".