Empresas y finanzas

ACS pierde un 11,71% en la semana y queda a merced de la banca nacional

El presidente de ACS, Florentino Pérez. Imagen: Archivo

El sincidato de bancos que lidera BBVA tiene que decidir si exige garantías a Florentino Pérez. Tras vender las 'iberdrolas', N+1 cree que debería haber depositado otros 250 millones.

ACS atraviesa momentos delicados. Su situación financiera está prácticamente al límite y eso se nota en la cotización. La compañía que preside Florentino Pérez ha cedido a lo largo de esta semana un 11,71 por ciento. En esta caída tiene gran parte de culpa la presión que ha ejercido la banca internacional para que reduzca o cierre su posición en Iberdrola, pero la incertidumbre permanece a la espera de que la banca nacional, la otra gran prestamista de la empresa, decida si toma o no decisiones y le fuerza a poner garantías adicionales o desinvertir.

En febrero de 2011, una filial de ACS, Residencial Monte Carmelo, firmó con veintisiete entidades financieras, lideradas por BBVA, un crédito de 2.059 millones con vencimiento en el 2014. Ahora esta parte podría convertirse en el siguiente hito a superar por Florentino Pérez, ya que el valor de las acciones de la eléctrica sigue muy por debajo de los 4 euros por título.

La tensión en el mercado es tal que la compañía participada por la familia March y los Albertos arrastranya unas pérdidas anuales en bolsa del 34,45 por ciento, una situación más que preocupante.

Minusvalías latentes

ACS tiene en estos momentos una capitalización bursátil de 4.723 millones de euros y la participación que mantiene en Iberdrola, a precios de mercado, tendría un coste en este momentos de 3.185 millones. Lo malo de esta cuenta es que la constructora desembolsó, según las cuentas de los analistas del Banco Santander, hasta 8.500 millones para llegar al 18,5 por ciento, lo que supone que mantiene pérdidas acumuladas de 3.430 millones, tras haber materializado 770 millones con la venta del pasado martes. Es decir, una situación crítica si añadimos a la ecuación los problemas que atraviesa Hochtief.

La banca internacional, siempre algo menos sensible a la situación de las empresas nacionales, tomó cartas en el asunto esta semana. UBS y SG amenazaron con ejecutarle el 3,67 por ciento de los títulos que poseía de manera directa la compañía al haber caído la acción de Iberdrola por debajo de los 4 euros y ACS optó por vender, pese a las importantes minusvalías que suponía la operación.

Natixis, otro de los principales aliados de Florentino Pérez, en su asalto a Iberdrola, tampoco tuvo más remedio que forzar a la constructora a mejorar sus garantías. De este modo, la entidad que dirige Carlos Perello encareció el crédito que tenía la constructora que dirige Pérez para permitirle seguir adelante con el equity swap que mantiene con las acciones de Iberdrola.

El impacto directo que la venta tendrá en sus resultados de 2012 será de 540 millones de euros, es decir, el 56 por ciento del beneficio neto del grupo de 2011, que fue de 962 millones, con una caída del 26,7 por ciento. La única manera de compensarlo será obtener plusvalías a lo largo del ejercicio con la venta de otros activos considerados no estratégicos por 600 millones.

La constructora ha querido dar pruebas de fortaleza y se ha lanzado a dar a conocer contratos ganados por una cantidad más que considerable. En los últimos días, ACS ha logrado un contrato en Canadá de 1.500 millones, Hochtief anunciaba ayer otros tantos acuerdos por 673 millones a los que habría que sumar los logros en Estados Unidos por 202 millones, de 134 millones en Arabia Saudí y de 127 millones de Polonia. En total: 2.636 millones de euros.

Problemas para desinvertir

Pese a esto, ACS está teniendo serios problemas para cerrar sus desinversiones en renovables, aunque se ha descontado la deuda ya en sus cuentas de 2011. El grupo quiere seguir vendiendo parques eólicos pero la moratoria verde aprobada por el ministro Soria supone una incertidumbre en el sector que paraliza las decisiones, al igual que el cobro de la parte correspondiente al almacén de Castor.

Necesita conseguir 540 millones y por ese motivo mantiene a la venta concesiones de autopistas en Chile, nueve líneas de transporte en Brasil, desaladoras y en un último paso ya está barajando poner en el mercado Urbaser y su participación en Abertis, algo sumamente complicado por los acuerdos existentes entre los accionistas.

Con este escenario, no resulta extraño que el banco japonés Nomura se abone a la teoría de la venta total por parte de la constructora, pero para llegar a ese extremo habrá que esperar todavía, al menos, los 90 días que la entidad se ha comprometido a no vender acciones.

Los analistas de N+1 además destacan que la operación de venta realizada por ACS le habría supuesto tener que aportar otros 250 millones de euros en garantías adicionales por la caída que registró la eléctrica en bolsa.

Curiosamente, UBS -banco asesor de ACS en la colocación de Iberdrola- recomendaba vender los títulos de la eléctrica la semana pasada (antes de la operación) y dio ayer un giro y dio una recomendación de compra. Iberdrola subió un 3,10 por ciento hasta los 3,59 euros.

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