Más de un 1,1 millones de máquinas hablan entre ellas en España. Y lo hacen a todas horas, sin hacer apenas ruido y sin que casi nadie se entere. Lo mejor del asunto es que estos extraños clientes utilizan las redes de telefonía móvil, por lo que las operadoras se frotan las manos ante la pujanza de un negocio que promete crecer como la espuma.
Se trata de un segmento de actividad conocido como M2M (maquina a máquina) que, según los expertos consultados, "conviene tener muy en cuenta en el futuro, debido a su extraordinario dinamismo". Fuentes del sector estiman que los crecimientos anuales oscilan entre el 20 y el 30 por ciento, si bien los consumos unitarios suelen ser inferiores a los tres euros por línea, diez veces menos que el gasto de los clientes convencionales.
Según datos que maneja el sector, correspondientes a 2007, el negocio de telefonía M2M está muy concentrado en Movistar (con más 550.00 líneas) y Vodafone (con 450.000), mientras que Orange ronda los 100.000 accesos. Hasta ahora, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) ha censado las tarjetas SIM para máquinas de todos los operadores como si fueran clientes normales, sin hacer públicas las distinciones, lo que también elevó la penetración de la telefonía en España, que ya supera el 112 por ciento. En este porcentaje también se incluye el medio millón de tarjetas de datos, tanto USB como PCMCIA.
El criterio de contabilidad del M2M es muy diferente entre las distintas operadoras. Mientras que Movistar y Orange consideran las tarjetas M2M igual que cualquier otra línea activa, Vodafone excluye estas tarjetas SIM de sus estadísticas corporativas, siguiendo directrices de la corporación. Eso sí, el regulador incluye todas las líneas en el mismo saco.