
El corazón tecnológico de Estados Unidos es un buen lugar para los ejecutivos y directivos, pero no tanto para los trabajadores de clase media. Y es que, según un informe que recoge el diario The New York Times, el número de empleos con remuneración entre 30.000 y 80.000 dólares se ha reducido en cuatro años un 6%, mientras que la tasa de puestos altamente cualificados representa ya un 27% del total de asalariados de la zona.
Según el Índice de Silicon Valley 2008, un análisis anual que analiza sus aspectos económicos, sociales y medioambientales, este tipo de puestos que han ido quedando vacantes entre 2002 y 2006 en la región californiana ascienden a más de 50.000, entre secretarias, administrativos, oficinistas y encargados de atención al cliente.
Estas bajas se deben, según esplica el indicador, a las jubilaciones de la generación del baby boom. Con su marcha, estos trabajadores nacidos entre 1946 y la década de los 60 están creando miles de empleos, pero los autores del documento dudan de que vayan a ser ocupados por mano de obra autóctona.
Tendencia peligrosa
Pero este rango laboral es el único del Valle del Silicio que ha experimentado un retroceso. El informe revela que la cifra de trabajadores en puestos de responsabilidad y alta remuneración aumentaron ligeramente hasta el 27%, porcentaje que comparte con el sector de los blue collar o de menor cualificación, y que el pasado año se situó en el 22%.
Los responsables del estudio consideran que esta tendencia podría afectar a la estructura económica que sustenta la región, la más rica del país con diferencia, con un ingreso per capita un 57% mayor de el de la media nacional. "Si pierdes el nivel medio es más difícil sostener el superior", afirma uno de los expertos que colaboró en su elaboración.
En conjunto, las empresas instaladas en Silicon Valley sumaron 28.000 nuevos trabajadores, en 2007, un 2% más que el año anterior. Del total, más de 17.000 procedían de fuera de Estados Unidos, por lo que la región puede seguir enorgulleciéndose de ser uno de los focos de atracción para los talentos tecnológicos internacionales, aunque menos que en 2001, cuando marcaron la cifra récord de 30.000.