Omar Lugo
Río de Janeiro, 22 ene (EFECOM).- El miedo a una desaceleración en Estados Unidos ha disparado luces de alarma en los mercados bursátiles de Brasil, un activo exportador de materias primas, alimentos y productos básicos insertado en la economía global.
Esto explica en parte la fuerte caída acumulada en lo que va de año en la bolsa de valores de Sao Paulo, donde se ha cebado con particular fuerza la volatilidad que sacude a todos los grandes mercados, según especialistas consultados hoy por Efe.
Los precios de productos minerales, metálicos y agrícolas suelen ser los primeros golpeados cuando las economías pisan el freno.
"El principal riesgo para las empresas brasileñas es la caída en el precio de los commodities" (productos básicos), alertó la firma corredora de valores Gradual, en un reporte diario.
"La duda es si la economía mundial continuará manteniendo la demanda por esos productos aunque la economía norteamericana entre en recesión", agregó.
Las firmas mineras forman el tercer segmento más golpeado entre las empresas negociadas en la Bolsa de Sao Paulo, después de petróleo y bancos.
Acumulaban pérdidas por 25.500 millones de dólares en lo que va de enero, hasta el lunes, y antes del fuerte rebote de hoy, según cálculos de la firma consultora Economática.
Las acciones de minería, siderúrgica y metalúrgica componen casi un tercio del índice Ibovespa de la Bolsa brasileña, la mayor de Latinoamérica.
El sector de minería es uno de los más poderosos dentro de la economía de Brasil, con cerca del cinco por ciento del PIB y un 44 por ciento del saldo total de la balanza comercial, según el patronal Instituto Brasileño de Minería (IBRAM).
Brasil por ejemplo es el segundo mayor exportador mundial de mineral de hierro, con 18,8 por ciento del mercado, el segundo de bauxita, con 14 por ciento y el quinto en estaño (4,7 por ciento).
Pero el país tendría un tiempo para adaptarse a la nueva situación, pues la mayoría de los contratos de precios y volúmenes de exportación son fijados a largo plazo, explicó en entrevista el presidente de IBRAM, Camillo Penna.
"Esos contratos atenuarían o reducirían en un primer momento el impacto en la economía nacional, eso nos deja un tanto más tranquilos", observó.
China es uno de los principales clientes de minerales de Brasil y su fuerte demanda ha crecido a un ritmo anual del 10 por ciento. Aunque caiga unos dos puntos seguiría siendo tan alta que no llega a comprometer el escenario de exportación de Brasil, estimó.
"Pocas cosas se van a alterar. Brasil debe seguir contando con el sector mineral como protagonista de la balanza comercial", afirmó.
Las fluctuaciones de este sector en la bolsa se explican por el extraordinario volumen de inversiones en marcha, lo que lo convierte en "extremadamente sensible y susceptible a la especulación de capitales extranjeros", dijo.
El sector invierte al menos 32.000 millones de dólares hasta el 2011 en minería de hierro, níquel, alúmina, bauxita, aluminio, cobre, fosfato, zinc y nobio, según cifras de IBRAM.
Los precios de los metales industriales son justamente los que más caen por estos días en los contratos futuros de la Bolsa de Metales de Londres (LME).
Para Alex Agostini, economista jefe de la firma calificadora de riesgo Austin Ratings, no se justifica el pánico.
"Es una estrategia del mercado queriendo ajustarse a lo que puede venir, una corrección, ocasionada por la preocupación en torno a la economía estadounidense", dijo a Efe.
La tendencia a la baja de las materias primas minerales, agrícolas y metales -desde niveles extraordinariamente altos- ya venía desde finales de 2007.
En el mediano y largo plazo, se prevé que se mantenga la baja, por efecto de ese pánico y por la incertidumbre económica, señaló.
Esos precios buscan hoy un nuevo nivel de referencia, un "ajuste natural" pues la economía global esta saliendo del más alto ciclo de crecimiento desde los años 70.
En un escenario optimista ese crecimiento económico global sería de 4,5 por ciento este año, contra 5,0 en 2007. "Estamos hablando de una pérdida de impulso, no de una retracción", señaló Agostini.
"Nosotros no apostamos al escenario de colapso. Vemos un momento ahora muy doloroso, donde muchos van a perder capital a causa de ese pánico y ese ajuste de la economía estadounidense, que debe durar parte del primer semestre. El segundo será de recuperación y en 2009 de arranque", opinó.
Los altos precios de esos productos, incluyendo alimentos y combustibles, estaban "fuera de la realidad" de la oferta y la demanda e impulsados además por la especulación financiera de los fondos mutuos, de inversiones especulativas, explicó. EFECOM
ol/pam
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