Empresas y finanzas

Nuevas víctimas: las aseguradoras de bonos se hunden ante la posible revisión de su 'rating'

La agencia de calificación Moody's Investors Service indicó ayer que se planteaba retirar al financiador de crédito estadounidense MBIA su calificación máxima de 'AAA', indispensable para continuar con su actividad. Las aseguradoras son indispensables para el buen funcionamiento del mercado de bonos, uno de los focos de la crisis actual

El anuncio tiene lugar un día después del anuncio del éxito del plan de recapitalización de 1.000 millones de dólares, destinado precisamente a que el grupo pudiese conservar su 'AAA'. Los efectos de la crisis subprime podrían tener nuevas víctimas, puesto que Moody´s también está revisando el rating del número dos del sector, Ambac.

De hecho, ambas compañías fueron las que sufrieron las mayores caídas en Nueva York, ya que además los derivados muestran que los inversores les dan más de un 70% de posibilidades de caer en bancarrota en los próximos cinco años. En concreto, Ambac cayó un 52% y MBIA lo hizo más de un 31%. Básicamente, de perder su calificación, estas empresas no podrían continuar con su actividad.

Moody's alegó "crecientes preocupaciones" ante los riesgos presentados por las emisiones de títulos de deuda compleja de las cuales MBIA es actualmente garante. Si los emisores se encontrasen en la incapacidad de cubrir sus compromisos, sería MBIA quién debería reembolsar a los poseedores de bonos.

¿Por qué son tan imporantes?

Los aseguradores de bonos ayudan a reducir los costes de las emisiones de bonos, pero el negocio exige que mantengan un buen rating. A cambio de una comisión, el asegurador lo que hace esencialmente es transferir su calificación al cliente, permitiéndole emitir bonos a con una prima menor y ahorrar dinero.

Las aseguradoras de bonos ponen su sello 'AAA' en unos 2,4 billones de dólares vendidos por miles de municipios y empresas, e incluso han garantizado bonos respaldados por hipotecas subprime. Perder los 'ratings' de estas aseguradoras podría suponer unas pérdidas a los inversores y a los emisores de bonos de hasta 200.000 millones de dólares, según los datos recopilados por Bloomberg.

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