
México, 16 oct (EFECOM).- El Gobierno mexicano, a través del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), decidió hoy aceptar la oferta de 170 millones de dólares de los empresarios locales Alberto y Moisés Saba, padre e hijo, por Aeroméxico.
En un comunicado, las autoridades mexicanas anunciaron que han optado por la oferta de la familia Saba, que ayer aumentó su puja de 166 a 170 millones de dólares, frente a la del banco Banamex, propiedad de Citigroup, y de un grupo de catorce reconocidos empresarios mexicanos, que ofrecieron 166 millones de dólares y un "warrant" (título de opción de venta y compra).
El plazo para presentar ofertas venció hoy a las 12.00 horas locales (17.00 GMT).
Según la dependencia, la oferta de los Saba "maximiza el valor de recuperación para el IPAB en el menor tiempo posible" y aseguró que para tomar su decisión tuvo en consideración la valoración que hizo el banco francés BNP Paribas de Aeroméxico.
El Consejo de Administración de Aeroméxico había dicho el lunes que la oferta de los empresarios liderados por Banamex tenía un "componente de precio variable" que "depende de la materialización de un plan de negocios para la empresa y de ciertos eventos futuros de realización incierta", por lo que invitó a los inversores a "revisar con detalle la información".
Creada en 1934 con el nombre de Aeronaves de México y bautizada como Aeroméxico en 1988, se trata de una de las dos mayores líneas aéreas del país, controlada actualmente por el Gobierno, que posee el 62% a través de tres entidades públicas, después de que absorbiera sus activos y una cartera impagable durante la crisis económica de 1995.
El IPAB sostuvo que la Secretaría (ministerio) de Hacienda y la estatal Nacional Financiera han manifestado también su intención de vender las acciones que poseen a los Saba si se materializa la operación.
Los recursos que obtenga ese Instituto por la venta de Aeroméxico "se canalizarán para reducir el coste fiscal asociado a los programas de apoyo a ahorradores".
En el camino quedó también la oferta de la aerolínea Mexicana de Aviación, propiedad del grupo hotelero Posadas, que había propuesto desembolsar 200 millones de dólares.
Sin embargo, el regulador antimonopolios de México vetó la oferta de Mexicana porque consideró que la unión de las dos compañías generaría una concentración indebida en el mercado local de la aviación comercial.
Horas antes de que venciera el plazo de la puja, Mexicana exhortó en un comunicado a los accionistas de Aeroméxico a detener la venta de esa compañía aérea para evitar así "una operación en condiciones desventajosas".
Mexicana argumentó que el veto de la Comisión Federal de Competencia (CFC) no le ha sido notificado "en su contenido" e insistió en que esa decisión "no es cosa juzgada ni tiene carácter de resolución firme", en la medida en que tiene la opción de apelar.
En este sentido hizo "un llamamiento a que no se consume una venta precipitada de Aeroméxico, que resulte en un valor menor para los accionistas" y cuestionó el hecho de que no se hubiera ampliado el plazo de la puja. EFECOM
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