Empresas y finanzas

Woodstock aún da beneficios: venden la granja donde se celebró por 8 millones

El bajista David Brown y Carlos Santana durante un 'duelo de guitarra' en agosto de 1969. Foto:Archivo
Los verdes pastos que rodean esta descomunal granja de 2,4 kilómetros cuadrados todavía vibran por los energéticos riffs de la guitarra de Jimmy Hendrix y el silbar del viento deja sentir la melodía del Raise your hand de Janis Joplin. En este recinto de la recóndita ciudad de Bethel todavía se respira el espíritu que, hace casi 40 años, reunió a cerca de medio millón jóvenes en el festival de música que sentó cátedra en la historia.

Actualmente, la casa situada sobre los extensos campos de cebada donde en su día alucinaron miles de jóvenes con altas dosis de LSD y marihuana, está en venta por la módica cantidad de ocho millones de dólares. Al mismo tiempo, uno de los promotores del espectacular concierto ha ocupado portadas a este lado del Atlántico por haber sido víctima del empresario chino, Norman Hsu, uno de los donantes de campaña de Hillary Clinton.

Con este panorama, Woodstock vuelve a estar en boca de todos y si alguno se pasea por Craigslist.org, una reconocida página web de anuncios por palabras, podrá hacer un pormenorizado repaso a las incontables prestaciones de la casa. Entre su cocina gourmet, sus chimeneas vikingas o su curioso bidet, apenas se deja sentir "el amor libre" que impregnó los alrededores de esta construcción hace casi cuatro décadas.

Beneficios colaterales

Eso sí, hay que dejar claro que lo único que está en venta es la vivienda en sí, ya que el terreno donde realmente Santana rasgó su guitarra y engatusó con su Persuation o donde Joe Cocker pidió y utilizó la "pequeña ayuda de sus amigos", acoge hoy el conocido como Centro para las Artes de Bethel Woods, valorado en más de 70 millones de dólares y fundado por el multimillonario Alan Gerry.

Desde aquellos tres días abanderados por "el amor y la libertad", este descomunal encuentro supuso el comienzo de una nueva era y la imagen de toda una generación que, a día de hoy, con millones de dólares en sus bolsillos todavía sigue rezumando el sentimiento hippie heredado a finales de los 60. Por supuesto, lo que empezó como un negocio musical entre un par de chavales acabó convirtiéndose en un fracaso financiero amortizado gracias a un documental histórico y a los royalties que Woodstock ha registrado con el paso de los tiempos.

Pese a que aquella "feria de música y arte" estuviera inundada de cierto espíritu altruista, costó más de 2,4 millones de dólares. A día de hoy, Michael Lang, uno de sus productores que por entonces contaba con tan sólo 24 años, reconoce: "Se nos fue de las manos y si no hubiera sido por el documental que más tarde ganó un Oscar no hubiéramos rentabilizado el concierto".

Por aquel entonces el precio de la entrada al recinto quedó fijado en 18 dólares, alrededor de 100 dólares actuales si tenemos en cuenta la inflación, o 24 dólares si se adquiría en la misma puerta. Sin embargo, la falta de seguridad y la avalancha humana que comenzó su peregrinación hacia esta meca musical, "convirtió el evento en un concierto gratuito", reconoce el co fundador, que compartió tarea con John Roberts, Joel Rosenman y Artie Kornfeld.

Como es lógico, este cuarteto, que unió sus fuerzas financieras bajo el nombre de Woodstock Ventures, tuvo que prometer desorbitados sueldos para poder contratar a estrellas de la talla de Hendrix o The Who, por eso invirtió mas de 180.000 dólares sólo en rellenar el cartel de actuaciones. "Necesitábamos credibilidad y para tener credibilidad necesitábamos contratos", asegura Rosenman. Por eso no dudaron en contratar a la banda psicodélica de moda, The Jefferson Airplane, por 12.000 dólares, o pagar 11.500 por contar con la presencia de Creedence Clearwater Revival. "Si una banda cobraba normalmente 5.000 dólares por actuación nosotros doblábamos la cantidad", explica Lang.

A estas impensables cifras habría que añadir otros gastos como equipos, escenarios y traslado de artistas, ya que la mayoría llegó a la zona en helicóptero. Aunque este momento mítico del Rock & Roll siempre se ha caracterizado por no haber registrado altercados, lo cierto es que los accidentes y las sobredosis se cobraron la vida de tres personas.

Debido a la marabunta de jóvenes que deambularon por el recinto, el ejército estadounidense, así como distintos grupos de médicos y enfermeras tuvieron que ser trasladados a la zona mientras miles de padres buscaban desesperadamente a sus hijos, sumidos en una utopía de música.

Más beneficios

Todos los pequeños comercios de Bethel salieron enormemente beneficiados por aquel entonces ya que nunca habían registrado tanto volumen de negocio en tan poco tiempo. "Los beneficios se dispararon más de un cien por ciento", declara un sorprendido Lang. Mientras, en la pantalla grande, el documental de Woodstock dirigido por Michael Wadleigh y editado por Martin Scorsese y Thelma Schoonmaker consiguió erigirse con el Oscar de su categoría -mejor documental- y gracias a su difusión y distribución en distintos formatos consiguió salvar financieramente a los padres del festival.

Con el paso del tiempo, la profunda huella generacional de este encuentro, que ha pasado a la historia como uno de los 50 sucesos que cambiaron la historia de la música según la revista Rolling Stone, también ha sabido sacar provecho al fenómeno Woodstock. El evento se intentó repetir en 1979, 1989, 1994 y 1999, aunque nunca con el mismo éxito que el primero. Aún así, la venta de entradas y el interés del público siempre ha suscitado interés y ya se prepara la edición de 2009, con el que se pretende conmemorar el 40 cumpleaños del festival que marcó época en aquel verano del año 69.

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