Empresas y finanzas

Hacer el agosto en septiembre a cuenta del precio de los cereales

María Santos

Madrid, 8 sep (EFECOM).- Muchos son los sectores alimentarios que desde hace meses denuncian una importante subida del precio de las materias primas básicas en sus procesos de producción, que acabará desembocando en aumentos que los consumidores tendrán que pagar y que no siempre están justificados a juicio de los productores.

Se trata de productos básicos en la cesta de la compra de cualquier español como el pollo, que subirá un 11 por ciento; los huevos, que podrían encarecerse el 40 por ciento; la leche, un 16 por ciento más o el pan, un 5 por ciento.

Tanto la Administración como los propios agentes productores e industriales asumen que el hecho real de la subida de la cotización de los cereales ha incrementado el precio de los piensos en un 30 por ciento en los últimos doce meses y con esta subida el coste de producción de todos los productos ganaderos.

Aplicando la lógica en la formación de los precios, la subida de los costes de producción debería repercutirse en los precios en origen que perciben los ganaderos y a partir de ahí en mayor o menor medida a lo largo de la cadena de comercialización y distribución hasta llegar al consumidor.

Las causas de este aumento anunciado de los precios de los alimentos está efectivamente en el incremento de los de los cereales, un incremento que el Ministerio de Agricultura justifica en el marco de una coyuntura internacional con tendencia alcista derivada de una mayor demanda internacional y una reducción de las existencias de grano en el mundo.

El Consejo Internacional de Cereales (IGC en sus siglas en inglés) redujo a 1.653 millones de toneladas la cosecha mundial de grano para 2007, frente a un consumo estimado para este año de 1.670 millones de toneladas, lo que muestra cierto desequilibrio entre la oferta y la demanda de grano.

Muchas voces acusan a las políticas de fomento de los biocombustibles de provocar estas tensiones y de desviar el grano dedicado al consumo humano a la producción energética, pero los datos hablan por sí solos y a nivel mundial sólo el 6,5 por ciento de la producción total (109 millones) se destinará a usos no alimentarios.

El porcentaje de cereal destinado a biodiesel no justifica las tensiones en el mercado internacional de granos, que la OCDE, la FAO o el propio IGC atribuyen al incremento de la población mundial y a la demanda de las economías emergentes, especialmente a países como China y la India.

Asimismo, al crecimiento de la cabaña ganadera mundial, a los recortes de cosecha en centro europa, Australia o Canadá y a la especulación.

En este punto los comerciantes de cereal destacan dos hechos, uno que cuatro grandes multinacionales controlan el comercio del 40 por ciento del total del grano comercializado en el mundo, y que los fondos de inversión han vuelto su mirada a los comodities (materias primas), trigo, soja, maíz y arroz, fundamentalmente.

Como muestra el precio del trigo en el mercado de futuros de Chicago alcanzó el pasado agosto los 27,7 centavos de dólar por kilo, un récord que no se daba desde 1996, tras el anuncio de Canadá de reducir sus expectativas de producción.

Esta situación trasladada al mercado nacional, en un país claramente deficitario que importa entorno a los doce millones de toneladas de grano al año, se traduce en que siendo un año de cosecha récord, con 23,7 millones de toneladas de cereal, la mejor desde el año 2000, son los precios internacionales los que marcan las cotizaciones.

Cabe destacar que el uso de los cereales nacionales para la producción de biocarburantes que en la campaña pasada apenas fue del 2 por ciento del total de la producción nacional, en 2007 es insignificante ya que las principales plantas de extracción de bioetanol españolas han cerrado por el alto precio del cereal.

A partir del hecho de que en España el precio medio de los principales cereales ha subido un 10 por ciento respecto al año pasado -el trigo está un 20% más caro que el año pasado, la cebada un 22% y el maíz un 18,3%-, es de esperar que los piensos vuelvan a aumentar en octubre, según avanzaron los fabricantes de pienso a Efe.

Ante el continuo sobrecoste en la producción ganadera y a la vista de que todo apunta a que la coyuntura se alargará algunos meses, los precios tendrán que subir, eso sí de forma proporcional y no como hasta ahora, que en origen han crecido de media en el ultimo año un 1,49 por ciento y en destino un 4,88%.

Y como dicen los agricultores y ganaderos, "no sea que al final unos quieran hacer el agosto en septiembre".

Las cifras hablan por sí solas, un hipotético incremento del trigo panadero del 40% supone 0,1 euros por kilo de trigo. Si con un kilo de trigo se producen cinco barras de pan, la repercusión para el consumidor sería de 2 céntimos de euro por barra, cifra lejana de los tres céntimos de subida que han anunciado los panaderos.

Tampoco se justifica que mientras que en el último año el precio final del pollo se haya incrementado un 9,8 por ciento, el de origen solo haya crecido un 4 por ciento.

Lo mismo pasa con la ternera, cuyo precio en origen se ha mantenido estable en los últimos doce meses y el consumidor ha tenido que pagar un 6,6 por ciento más que en agosto del año pasado.

La situación es peor para el ganadero de porcino, que ha visto como el precio en origen ha bajado un 11 por ciento respecto a agosto del año pasado mientras que el consumidor paga por su carne casi un 1 por ciento más que en 2006.

En el caso de productos como la leche la subida de precios, tanto en origen como en destino, obedece a otros factores adicionales como la escasez de producción.

Así las cosas, ni los carburantes son los causantes de la subida de los precios de los cereales, ni los cereales justifican todas las subidas que anuncian algunos sectores; lo cierto es que para variar, el bolsillo del consumidor, si no del ganadero, será el que pague. EFEA

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