
Fray Bentos (Uruguay), 2 sep (EFECOM).- Más de un millar de argentinos cruzaron hoy a Uruguay para protestar contra la instalación por la empresa finlandesa Botnia de una fábrica de celulosa en las cercanías de Fray Bentos, a orillas del fronterizo río Uruguay y cerca de la ciudad argentina de Gualeguaychú.
La manifestación de los activistas argentinos, a los que se unieron algunos uruguayos, transcurrió en calma e incluyó críticas contra los gobiernos de los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y Argentina, Néstor Kirchner, a los que responsabilizaron de "lo que puede suceder" en cuanto a contaminación ambiental en la zona.
Jorge Fritzler, uno de los coordinadores de la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú, dijo a Efe que el grupo de argentinos volverá a Uruguay "cuantas veces sea necesario" hasta que Botnia "desista (de construir la planta) y se marche".
Según comprobó Efe, unos 200 vehículos argentinos lograron cruzar el fronterizo puente General San Martín -que los ambientalistas mantienen bloqueado desde noviembre pasado-, mientras otros tantos tuvieron que permanecer en Argentina.
Aunque el cruce de la frontera empezó a primera hora, los estrictos controles realizados por los aduaneros uruguayos ralentizaron enormemente el cruce de la frontera.
En los controles solo se permitía el paso de banderas, a las que sin embargo se despojaba de los mástiles.
Los funcionarios uruguayos confiscaron también máscaras quirúrgicas y calcomanías con leyendas en contra de Botnia.
Al crecer el retraso provocado por esta situación, los miembros de la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú, que lidera las protestas contra la fábrica de celulosa, decidieron que a las tres de la tarde empezaría formalmente el acto de protesta, con la lectura de un manifiesto.
A la salida del puente, que une Gualeguaychú con Fray Bentos, la policía uruguaya instaló una barrera donde revisaba con perros adiestrados el interior de cada vehículo y, con espejos, la parte baja de estos, cuyas matriculas también anotan.
A los vehículos solo se les permitía llegar hasta una segunda barrera policial ubicada a unos 500 metros de las puertas de la fábrica, donde tuvo lugar la concentración.
Las autoridades policiales dispusieron un tercer vallado a la salida de Fray Bentos y, según indicó a Efe el oficial a cargo del mismo, se permitió el paso a los residente en la zona contrario la instalación de la planta de celulosa que quisieron sumarse a la protesta de los ecologistas argentinos.
Hacia las tres de la tarde, y sin que se hubiesen producido incidentes, Ana María Costa, una de las coordinadoras de la Asamblea Ambientalista, comenzó la lectura del manifiesto, que pidió que "los piratas (en alusión a Botnia) se vayan a Finlandia".
Al millar de argentinos llegados desde Gualeguaychú se sumaron algunos ecologistas uruguayos y, juntos, cantaron los himnos nacionales de ambos países antes de empezar la lectura del manifiesto.
"Repudiamos la actitud del gobierno uruguayo del presidente Tabaré Vázquez que le dio permiso para que Botnia robe y contamine el río Uruguay", señaló Costa al leer el manifiesto.
La postura del gobierno uruguayo "es indigna" porque "se asocia a las multinacionales en contra de los derechos del mismo pueblo uruguayo y del argentino", afirmó Costa.
El gobierno de Kirchner "también es responsable de la situación" porque "no hace respetar el derecho a la vida".
"Nuestra lucha es contra los intereses políticos y económicos que ponen en riesgo el medio ambiente de la zona y no contra nuestros hermanos uruguayos", aseguró Costa.
Las autoridades argentinas, vecinos de Entre Ríos y ecologistas uruguayos se oponen a la planta, que está a punto de entrar en funcionamiento, con el argumento de que causará daños al medio ambiente de la zona, lo que niega el gobierno uruguayo y la empresa.
"Hacemos responsables a Botnia y a los gobiernos de los dos países de lo que pueda suceder en el futuro", señaló la proclama, leída en la carretera, cerca de la fábrica, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad de la policía uruguaya.
La uruguaya Delia Villalba, residente en Fray Bentos y opuesta a la construcción de la planta, también leyó una proclama, en la que exhortó al "respeto de la opinión de los pueblos y su calidad de vida".
"Somos merecedores de una vida sana y plena, sin contaminación y América Latina no puede ser el basurero del mundo", dijo Villalba tras asegurar que la lucha contra el funcionamiento de Botnia "crece día a día".
Argentina y Uruguay viven su peor conflicto en décadas a raíz de la construcción de la planta, que ha supuesto una inversión de 1.200 millones de dólares, la mayor en la historia de Uruguay. EFECOM
jf/E/ms/cr
(con fotografías)
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