Ginebra, 22 jun (EFECOM).- Brasil afirmó hoy que el fracaso de la reunión que sostuvo esta semana con India, EEUU y la Unión Europea, para impulsar las estancadas negociaciones de la Ronda de Doha, se debe en gran parte a que los dos últimos han conciliado posiciones que les son "mutuamente cómodas y de las que no quieren moverse"
Los cuatro países, que integran el llamado G-4, iniciaron una ronda de reuniones el pasado martes en Postdam (Alemania) para intentar dar un nuevo aliento al proceso negociador en la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero las suspendieron ayer, dos días antes de lo previsto, ante el evidente fracaso en conciliar sus posiciones.
En una conferencia de prensa ofrecida hoy en Ginebra, el ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Celso Amorin, sostuvo que EEUU y la UE mantienen posiciones "mutuamente cómodas" que implican "rebajar el nivel de ambición" de las negociaciones, en cuanto a recortes de sus ayudas internas y apertura de los mercados agrícolas.
Esas son dos de las mayores exigencias de los países en desarrollo que integran el llamado Grupo de los Veinte (G-20), coordinado por Brasil y la India.
El ministro brasileño, quien llegó a Ginebra para exponer su posición ante el director general de la OMC, Pascal Lamy, fue más lejos en responsabilizar a Washington y Bruselas de la falta de resultados en la reunión de Postdam, al señalar que "como es habitual", ambos "consideran que lo que acuerdan (entre ellos) es el acuerdo (final)".
Consideró muy difícil que, tras el nuevo fracaso experimentado, el G-4 vuelva a reunirse, al menos en el corto plazo, puesto que ha quedado claro que esos encuentros "no son útiles", por lo que las negociaciones deben quedar ahora en manos del conjunto de 150 países miembros de la OMC.
No obstante, sostuvo que "sería imposible" alcanzar acuerdos en todos los detalles de la negociación entre tantos participantes, por lo que mencionó que podría pensarse en formatos de reuniones con algo más de una docena de países, entre los que mencionó que sería fundamental incluir a varios en desarrollo, como Argentina, Suráfrica y China.
Preguntado sobre si después de este traspié todavía consideraba posible concluir la Ronda de Doha a finales de 2007, Amorín se mostró mucho menos optimista que en el pasado reciente y reconoció que "no lo sabía", aunque "lo esperaba".
"Será difícil, pero no imposible", recalcó, tras asegurar que "se trata de un retroceso, pero no de la muerte" de la Ronda de Doha, lanzada en 2001 con el fin de avanzar en la liberalización del comercio mundial, pero con la promesa de que se tomarían en cuenta las necesidades de desarrollo de los países pobres.
Sobre la reacción de EEUU y Washington, que han acusado a Brasil y la India, de mantener posiciones inflexibles, Amorín señaló que "eso no le preocupaba en absoluto" y que no esperaba nada diferente de esos países.
"Lo que me hubiese preocupado es que los países del G-20 pudieran pensar que los habíamos traicionado", concluyó. EFECOM
is/mdo
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