La Paz, 9 may (EFECOM).- El Gobierno de Bolivia y la compañía brasileña Petrobras terminaron hoy una reunión sin haber cerrado un acuerdo definitivo sobre el precio de las dos refinerías nacionalizadas hace un año, un conflicto que ha tensado las relaciones entre ambos países.
El presidente de Petrobras-Bolivia, José Fernando de Freitas, viajó desde su sede en Santa Cruz hasta la del gobierno boliviano para entrevistarse con el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, en un encuentro que duró más de tres horas.
El ejecutivo dijo que durante la reunión hizo aclaraciones sobre la propuesta brasileña al ministro y que ahora sólo resta aguardar una respuesta definitiva.
"Fue una reunión muy cordial, muy tranquila, donde intercambiamos conceptos, intercambiamos significados. El gobierno ahora va tomar su tiempo para hacer su evaluación", dijo De Freitas, al abandonar el Ministerio de Hidrocarburos.
El ejecutivo brasileño evitó referirse explícitamente a las cifras del precio planteado por Petrobras durante la negociación o a la vigencia del ultimátum que dio la petrolera para lograr un acuerdo hoy o, caso contrario, recurrir a un arbitraje internacional para resolver la situación de las refinerías nacionalizadas en 2006.
"La propuesta de Petrobras está tal como fue presentada, no hubo ningún cambio y ahora (hay) que esperar la posición del Gobierno", insistió De Freitas.
No obstante, fuentes del sector petrolero confirmaron hoy a Efe que el precio demandado por Petrobras por las refinerías, una en Cochabamba (centro) y otra en Santa Cruz (oriente), es de 112 millones de dólares, cifra comunicada al gobierno en una carta enviada el lunes pasado.
La cantidad reclamada por la empresa dista de los "cerca de 200 millones" de los que habló el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, la semana pasada, y de los 140 millones que citaron autoridades brasileñas.
"Petrobras ha propuesto esa cifra (112 millones) para que se viabilice el acuerdo, aunque compró las refinerías en 104 millones (en 1999) y en estos siete años hizo inversiones por cerca de 20 millones", dijo la fuente al pedir el anonimato.
La oferta boliviana rondaba, la semana pasada, los 60 millones de dólares, fijado en los libros de la compañía, según fuentes oficiales.
Al término de la cita de hoy, el ministro Villegas fue más escueto en sus declaraciones y dijo que la propuesta de Petrobras continua en análisis y que sólo cuando haya una posición definitiva el presidente boliviano, Evo Morales, hará un anuncio al respecto.
"Estamos negociando y en la medida en que continúe el proceso prefiero mantener cautela", dijo Villegas, quien en las siguientes horas se reunirá con su equipo técnico y luego con Morales y con el vicepresidente, Álvaro García Linera.
"Yo creo que vamos a llegar a un acuerdo de alguna manera", apuntó Villegas, al expresar optimismo luego del encuentro con De Freitas.
Horas antes, el ministro de Minas y Energía de Brasil, Silas Rondeau, dijo en Brasilia que "el clima (de la negociación) ha mejorado y parece que es productivo".
La tensión con la empresa y el ultimátum de ésta para cerrar las negociaciones durante esta jornada sobrevinieron luego de que Morales firmara el domingo un decreto que apartó a Petrobras de la exportación de crudo reconstituido y de gasolinas "blancas" producidas en las plantas de refino.
La venta de esos productos de las dos refinerías, motivo del conflicto, supone un negocio de 70 millones de dólares anuales que ahora pasó a manos de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
El conflicto tensó otra vez las relaciones entre Morales y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, quien respaldó el endurecimiento de los reclamos de Petrobras al gobierno boliviano y sus advertencias de recurrir a un tribunal internacional.
Morales dijo el martes que Bolivia apuesta por el diálogo para saldar este conflicto y descartó que la situación derive en un arbitraje internacional o afecte sus relaciones con Lula.
No obstante, el embajador plenipotenciario para Asuntos Comerciales, Pablo Solón, asesor de Morales, dijo al martes que la brasileña no podrá plantear un arbitraje por sí misma y tendrá que recurrir a sus accionistas de terceros países, dado que entre Bolivia y Brasil no hay un acuerdo de protección de inversiones.
Petrobras tampoco podría recurrir al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), ya que Brasil no ha ratificado la convención al respecto, según Solón. EFECOM
ja/jma
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