La Paz, 3 may (EFECOM).- Bolivia ofreció cerca de 60 millones de dólares a la brasileña Petrobras por las dos refinerías nacionalizadas el año pasado, pero la petrolera replicó con una cifra "que no supera los 200 millones", dijo hoy el vicepresidente, Álvaro García Linera.
García Linera, quien abandonó hoy la clínica de la ciudad de Cochabamba en la que se sometió a una cirugía en la columna vertebral, declaró a radio Erbol que el gobierno boliviano pretende pagar a Petrobras el valor en libros de las refinerías, que está 60 millones de dólares.
Las dos instalaciones, una en Cochabamba (centro) y la otra en Santa Cruz (oriente), fueron compradas por Petrobras al Estado boliviano en 1999 en una licitación por 104 millones de dólares.
"La decisión de la recuperación de las refinerías está dada, es irreversible y esto se logrará tarde o temprano. Hemos sido muy cautelosos para mantener unas relaciones de buena negociación, de buena amistad con Petrobras", dijo García Linera.
Según el vicepresidente, ambas partes alcanzaron "un acuerdo de principios" para que esas dos instalaciones de refino pasen a manos del Estado y sobre otros aspectos del negocio en el sector, pero no sobre el precio de la transferencia de las plantas.
"Petrobras acepta una serie de medidas, que vamos a asumir en los siguientes días, en torno al tipo de trabajo que va hacer la refinería como vendedora de servicio, ya no como propietaria de los productos que salen de refinería, como hasta ahora. Ahí hay acuerdo", dijo el vicepresidente.
Remarcó que las negociaciones sobre el precio no están estancadas, sino que "están avanzando un poco lentamente" porque Bolivia persigue que la cantidad ofrecida por las refinerías tenga un sustento legal y técnico.
Si es necesario, agregó, se contratará a una empresa para que haga una valoración de las refinerías, porque Bolivia "no quiere dar un sólo paso sin una certificación legal".
Insistió en que para el presidente Evo Morales la recuperación de esas instalaciones petroleras es "una prioridad", de tal manera que el Estado pase a controlar la totalidad de la cadena de hidrocarburos, en el marco de la nacionalización del sector.
Este proceso, que algunos críticos han calificado de reforma que sólo subió tributos a las petroleras, avanzó el miércoles pasado cuando los 44 contratos firmados con doce compañías en octubre pasado para operar bajo el nuevo régimen entraron finalmente en vigor.
Además de las refinerías de Petrobras, el gobierno de Morales aún negocia la recuperación de otras empresas nacionalizadas, como Andina, filial de Repsol YPF; Chaco, del grupo British Petroleum; Transredes, de Shell y Ashmores, y una compañía de almacenaje de hidrocarburos de capitales peruanos y alemanes. EFECOM
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