Empresas y finanzas

Más de 2.500 sindicalistas protestan en Belgrado por mala situación económica

Belgrado, 30 abr (EFECOM).- Más de 2.500 sindicalistas protestaron hoy en el centro de Belgrado, con motivo del 1 de mayo, por su descontento con la situación económica y social de los trabajadores del país.

La manifestación fue convocada por los sindicatos del sector de la metalurgia y la agricultura, que organizaron una marcha de protesta por el centro hasta la sede del Gobierno, donde pidieron un aumento de salarios y la elaboración de una estrategia de desarrollo de esos sectores "atrofiados".

Entre gritos de desaprobación a la aparición del ministro de Trabajo saliente, Slobodan Lalovic, los sindicalistas amenazaron con una serie de protestas por todo el país si no se cumplían sus peticiones.

Los trabajadores denunciaron ganar entre 120 y 140 euros al mes, que no alcanza ni para la cesta básica, cuando el sueldo medio en el país es de unos 300 euros.

Se sumaron a la protesta también los sindicalistas de la policía, de los sectores de educación y sanidad, mientras que los empleados en el sector ferroviario organizaron una huelga de advertencia por la mala situación económica y social.

Los manifestantes también pidieron la formación de un nuevo Gobierno, pendiente desde las elecciones de enero pasado, que se dedique más al problema de los trabajadores.

En esos comicios los partidos reformistas, que en el 2000 derrotaron al autoritario Slobodan Milosevic, ganaron unidos una mayoría, pero ahora no logran superar sus eternas discrepancias ni ponerse de acuerdo sobre el primer ministro ni las importantes carteras.

Muchos trabajadores en Serbia están inseguros en sus puestos debido al proceso de reestructuración de las empresas y la privatización.

Serbia tiene hoy en torno a un 30 por ciento de desempleados, o en cifras absolutas, más de 900.000 personas, y sigue una tendencia al alza.

Los trabajadores en Serbia se ven como grandes perdedores de la transición, en la que entraron de la seguridad del socialismo de la antigua Yugoslavia y una inercia que se prolongaba durante años.

Además, denuncian la falta del diálogo social y tienen desconfianza en los sindicatos, que no logran consolidarse ni coordinar sus actividades. EFECOM

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