César Muñoz Acebes
Washington, 8 mar (EFECOM).- El gobierno del presidente de EEUU, George W. Bush, ha hecho borrón y cuenta nueva y diseñado una nueva agenda económica para América Latina basada en la energía, con la que redefinirá sus vínculos con esa región para donde partió hoy.
La anterior gira del presidente hacia el sur, en noviembre de 2005, se centró en la promoción del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el proyecto estrella de EEUU para el continente desde hace más de una década.
El ALCA fue un fracaso, y las negociaciones sobre el tema siguen paralizadas.
En cambio, de la noche a la mañana el gobierno de Washington se ha percatado del potencial de Brasil, los países andinos y América Central como una fuente de energía mucho menos problemática que Irán y Venezuela.
La clave es el etanol, un combustible del que hace tres años prácticamente sólo hablaban en EEUU los ecologistas, pero que con la reciente escalada de los precios del petróleo ha pasado a ser el tema de moda entre los políticos.
La ley de Política Energética, del 2005, obliga a las refinerías a doblar para 2012 la cantidad de etanol mezclada en la gasolina, lo que ha dado un impulso extraordinario a los productores nacionales, que transforman el almidón del maíz en azúcar y luego en alcohol.
Sin embargo, EEUU por sí solo no puede destilar el volumen requerido para esa fecha, según Johanna Mendelson Forman, una ex alta funcionaria de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID, en inglés).
Ahí es donde entra América Latina. Brasil, adonde Bush llegará hoy, es la pieza clave, pues es el mayor productor de etanol de caña de azúcar del mundo, que destila de forma más barata que los procesos a base de maíz o trigo.
El país suramericano cuenta con tecnología más avanzada que EEUU en el uso de ese alcohol y Washington quiere que Brasil ayude a otros países de la región para que América Latina se convierta en una fuente de energía para sus automóviles y sus líneas de montaje.
EEUU y Brasil plasmarán su cooperación en "un marco de entendimiento", cuya fecha de firma aún no se ha definido y que prevé la investigación conjunta de biocombustibles y el establecimiento de estándares comunes.
Actualmente EEUU mantiene un arancel de 54 centavos por galón (3,8 litros) a la importación de etanol de países como Brasil, y el gobierno de Brasilia ha anticipado que pedirá a Bush que establezca una cuota de entrada del carburante sin pago de impuestos.
No obstante, el Consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Stephen Hadley, ha señalado que Bush no hablará de ese impuesto aduanero durante su visita.
Eximidos de esa tasa están América Central y el Caribe, debido a acuerdos comerciales con EEUU, lo que ha convertido a Costa Rica y El Salvador en exportadores.
Además, "Guatemala, Colombia y Perú tienen grandes oportunidades de convertirse en productores de etanol en los próximos cinco o diez años", según Mendelson.
La promoción de este carburante alternativo es también una buena baza de política exterior para EEUU, pues reduce la influencia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ganada a fuerza de petróleo subsidiado y compra de bonos soberanos de sus vecinos, según los expertos.
Pese al énfasis en el etanol, Bush también abordará en su viaje el tema económico más tradicional del comercio.
Junto a su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien se reunirá mañana, analizará cómo dar oxígeno a las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para la reducción de las barreras a los intercambios de bienes y servicios.
En Bogotá, donde estará el domingo, Bush reiterará su determinación en favor del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Colombia.
Sin embargo, el futuro de ese acuerdo no depende "de un debate entre Estados Unidos y Colombia, sino que es un debate entre los demócratas y los republicanos", según Grant Aldonas, uno de los principales asesores de Bush en materia económica entre 2001 y 2005.
Los legisladores discuten cuáles deben ser las cláusulas laborales y medioambientales no sólo en el pacto con Colombia, sino en los acuerdos comerciales bilaterales de EEUU en general.
La negociación demuestra el poder del nuevo Congreso, dominado por los demócratas, de frenar la política comercial de Bush. En cambio, al etanol no hay quien se oponga. EFECOM
cma/mla/joc/jj
Relacionados
- PPL venderá sus empresas de suministro de electricidad en América Latina
- La fiebre del "oro verde" se propaga por América Latina
- EEUU se aliará a Brasil para promover etanol en América Latina, según diario
- RSC.- El 'Festival de Buenas Prácticas de Género' recorrerá América Latina promoviendo políticas de igualdad
- RSC.- Un nuevo libro sobre RSC analiza el presente y el futuro de este tipo de gestión empresarial en América Latina