Pekín, 5 mar (EFECOM).- El primer ministro chino, Wen Jiabao, presentó hoy a la Asamblea Nacional Popular (ANP) su plan para avanzar en 2007 en la construcción "del nuevo campo socialista" y lograr un crecimiento del 8 por ciento del PIB (frente al 10,7 por ciento de 2006).
El Gobierno, dijo, dedicará unos 50.000 millones de dólares a construir el "nuevo campo socialista" en el que los cultivos agrícolas, las infraestructuras rurales y la vida de los campesinos se vean mejoradas gracias a inversiones que persiguen también desarrollar una agricultura moderna.
Para ralentizar el crecimiento (algunos sectores, como la construcción están recalentados) se fortalecerán y mejorarán las regulaciones macroeconómicas manteniendo las inversiones fijas y el crédito bajo control e impulsando el equilibrio oferta-demanda.
Además, se mejorará el mecanismo de cambio del yuan, (infravalorado para favorecer las exportaciones según EEUU), y se buscará el tratamiento adecuado de las masivas reservas.
El enfriamiento del sector inmobiliario y la reducción del superávit comercial serán pues medidas directamente dirigidas a la ralentización deseada.
El primer ministro reconoció hoy el desequilibrio existente entre ciudades y zonas rurales y entre regiones "por la falta de coordinación entre inversiones y consumo y con dificultades en aumento para mejorar los ingresos del campesinado".
Según Wen, la armonía social (reducción de la desigualdad creciente entre ricos y pobres) y la estabilidad, es aspiración general, por lo que el Gobierno adoptará medidas más eficaces para lograrla.
Informó de sus planes de inversiones para abordar los problemas que afectan a la vida cotidiana de la población rural.
Entre ellos la eliminación de los costes de la escolaridad obligatoria, 513 millones de dólares para agua potable a 20 millones de personas y 220 millones de dólares para carreteras rurales y decenas de millones para agricultura.
El objetivo es también conseguir en 2007, dijo, que la población rural del 80 por ciento de los condados chinos esté cubierta por un sistema médico de seguridad social.
Además, para el primer ministro, "llegó ya el momento" de acabar con los privilegios impositivos de las compañías extranjeras (impuesto de sociedades) y unificar sus cargas a las de las nacionales "para equilibrarlas en el terreno de juego".
Basándose en eventuales protestas de empresas domésticas, el Gobierno se propone acabar con el trato preferencial a las extranjeras al instalarse en China e igualar al 25 por ciento una carga hasta ahora situada en el 33 y 15 por ciento respectivamente.
El Ejecutivo asumió críticas iniciadas en diciembre y considera que la discriminación pone cortapisas a las empresas domésticas que afrontan una mayor competencia desde la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
Un portavoz de la presidencia semestral alemana de la UE dijo en Pekín no estar satisfecha con la medida que, dice, perjudica a las empresas europeas que se arriesgaron a venir.
Según Jiang Enzhu, portavoz de la sesión anual de la ANP, la unificación del impuesto sobre sociedades contribuirá a un sistema fiscal más justo y transparente para todo tipo de actividad así como a mejorar la calidad y las normas de inversión extranjera en China.
La ley que debe aprobar la sesión de la ANP que concluirá el 16 de marzo, "no repercutirá mucho sobre la actividad de las empresas extranjeras y no afectará a su entusiasmo para invertir", dijo.
Según Shi Yaobin, director del departamento de política fiscal del ministerio de Finanzas, la reforma de dicho impuesto "demuestra la madurez de la economía de mercado socialista china".
Wen reconoció hoy que "es excesivo el consumo de energía y grave la contaminación del medio ambiente" y se comprometió a impulsar la puesta en práctica de los objetivos incumplidos fijados en el Plan Quinquenal 2006-2010.
Según el Plan, se deben reducir el 20 por ciento el consumo de energía por unidad de Producto Interior Bruto (PIB) y el 11 por ciento las emisiones de los principales contaminantes.
Pero, en 2006, el consumo de energía por unidad de PIB bajó el 1,2 por ciento en 2006 mientras que la demanda química en oxígeno y la emisión de anhídrido carbónico aumentaron el 1,2 y 1,8 por ciento respectivamente, dijo hoy Wen.
"No pueden revisarse los objetivos. Hay que cumplirlos", concluyó Wen.
La actual sesión anual es clave a seis meses del Congreso XVII del Partido Comunista de China (PCCh), que deberá reforzar el mandato del actual liderazgo para el próximo lustro. EFECOM
pc/cg/pam
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