
Es la única mujer en la directiva del club y su visión creativa cuenta para Joan Laporta.
¿Recuerdan quién se escondía detrás de una espesa cortina de humo blanco en el palco del Barça? Una pista: eran tiempos del ex presidente Josep Lluís Núñez y pasará a la historia como el patriarca de las peñas del club azulgrana.
El pasado día 12 cumplió 94 años... Algunos párrafos más adelante llegará la respuesta a este corto enigma, que guarda relación con un detalle peculiar de la protagonista de este artículo: Clàudia Vives-Fierro. Un nombre y un apellido compuesto poco conocidos en el deporte, pero que encarnan a una mujer que lleva cuatro años en la directiva del presidente del Barça, Joan Laporta.
La única mujer
Es la única mujer en una junta dominada por hombres, aunque no la primera en la historia del club barcelonés fundado por el suizo Joan Gamper.
"Estoy en el Barça porque Laporta ha querido abrir la junta a distintos sectores sociales que no estaban vinculados con el deporte, como en mi caso el artístico", asegura Vives-Fierro. "Me ocupo de organizar eventos culturales del Barça y exposiciones sociales. Estoy bien como estoy y cuentan con mis opiniones. En el futuro no quiero llegar a ser presidenta, pero más mujeres deberían ocupar puestos de decisión. Yo soy pintora, madre y culé y así seguiré siendo".
Clàudia Vives-Fierro transmite energía y habla claro. Llegó en 2003 al Fútbol Club Barcelona en la primera junta directiva de Joan Laporta de la mano de Sandro Rosell, el ex vicepresidente que le dio grandes éxitos de patrocinio al Barça: negoció el contrato de Nike y trajo la magia brasileña fichando a Ronaldinho. Pero Rosell se enemistó con Laporta y ya no formó parte de la nueva junta renovada del año pasado. Pero Clàudia se ha mantenido en la segunda etapa de Laporta.
Le viene de familia
También es cierto que ella tiene una buena vinculación con el club porque su padre Antoni Vives-Fierro es vocal del Consejo Asesor en la Fundación.
Y está casada con Marc Ingla, uno de los vicepresidentes, con quien tiene tres hijos. Ingla es un hombre fuerte del núcleo de confianza de Laporta, junto con Ferran Soriano, vicepresidente económico. "Laporta escucha antes de tomar decisiones. Su única ambición es el éxito del Barça, nada de entrar en política como dicen algunos", asegura.
Con 37 años, a Vives-Fierro le da tiempo para pasar toda una jornada laboral en su estudio de pintura, cosa que hace desde 1991. Le gusta correr al mediodía y esquiar. "Antes de pintar, mi padre me obligó a estudiar Empresariales y a cambio de terminar me concedió los dos años de plazo que le pedí para demostrarle si era capaz de pasarme ocho horas en el taller. Y lo hago a diario".
"El Barça es una pasión indivisible, como lo son mi familia y la pintura. No dejaría ninguna de las tres para mejorar otra". Ese talento se traduce en innumerables exposiciones del pop art, obras con cajas de habanos y grabados. Y un trabajo inédito que ha mantenido en secreto hasta ahora. "He pintado a todos los jugadores del actual primer equipo. Uno por uno. Me encanta la estética de los futbolistas. Pero no al entrenador...", confiesa.
Deportista empedernida, contrasta con su pasión íntima: fumar puros habanos en casa, no en el palco "como hacía Nicolau Casaus".