Miami (EEUU), 14 feb (EFECOM).- La lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo gana cada día más adeptos al aumentar a cien los países que han creado unidades de inteligencia financiera para combatir estos delitos trasnacionales.
Antes de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 apenas catorce naciones habían puesto en vigor esas unidades, mientras que otros países cuando se les mencionaba que debían incluirlas en sus estrategias de combate, se mostraban renuentes.
Pero después de los ataques el panorama cambió, afirmó hoy en Miami William Baity, director interino de la Red de Prevención contra Delitos Financieros (FinCen, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento del Tesoro de EEUU.
"Ahora todos quieren tener una unidad de inteligencia financiera", dijo el funcionario en la conferencia anual de Prevención de Lavado de Dinero, organizada por la Asociación de Bancos Internacionales de Florida (FIBA), que concluyó hoy.
Las unidades de inteligencia financiera se encargan del análisis, tratamiento y transmisión de información sobre transacciones sospechosas y otros datos relacionados con el lavado de dinero.
Baity explicó que desde 1995 había sólo un puñado de unidades alrededor del mundo que fueron establecidas para que los países tuvieran un ente centralizado donde recibir, revisar y hacer más disponible a las autoridades financieras los informes de las transacciones.
Las unidades se reunieron en Bruselas, en el palacio D'Egmont, y de allí surgió el llamado Grupo Egmont, que junto con las unidades establecieron estándares internacionales para compartir la información.
En este momento, según Baity, las unidades se han expandido a cien países que han asumido el compromiso de cumplir con las regulaciones en esa materia.
Entre el centenar de naciones hay más de veinte de América Latina y el Caribe, de acuerdo con el sitio de internet del Grupo Egmont, que contiene datos actualizados hasta noviembre del año pasado.
El funcionario estadounidense destacó que el FinCen está muy centrado en el área de cooperación internacional en la lucha contra la financiación del terrorismo y de lavado de dinero.
De allí que ratificó la importancia de compartir la información entre gobiernos y el sector privado, en especial con los sistemas financieros, un área vulnerable al flujo de dinero ilícito.
Para profundizar en este aspecto dijo que las autoridades estadounidenses están buscando ampliar el intercambio de datos entre las entidades financieras.
Otra área en la que se trabaja es en el mejoramiento de la transparencia en relación con las transacciones financieras internacionales.
Al concluir su disertación, el experto informó que el Grupo Egmont establecerá una secretaría permanente en Toronto, Canadá, y que el nuevo secretario ejecutivo asumirá sus funciones en unos meses.
La conferencia de FIBA reunió a 1.100 banqueros de 38 países de América Latina, Estados Unidos y Europa. EFECOM
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