Madrid, 8 feb (EFECOM).- El 76 por ciento de los españoles no sabe qué es la dependencia y aproximadamente el 50 por ciento está convencido de que el Estado paga todos los gastos de los casos más graves, explicó hoy director de Vida y Pensiones de la compañía de seguros Caser, Ernesto Sanz.
Estas cifras, explicó Sanz, demuestran que entre la población española hay un "enorme desconocimiento" de la Ley de Dependencia, que está en vigor desde el pasado 1 de enero.
"La mayoría de la gente cree que la dependencia está incluida en la sanidad pública y no sabe que cuando el paciente vuelve a casa desde el hospital, la Seguridad Social no cubrirá sus gastos".
Esta es la principal conclusión de un estudio elaborado por Caser, la tercera aseguradora de España por volumen de primas, sobre la situación de la dependencia en España y el mercado potencial de productos y servicios para las personas dependientes.
El estudio, elaborado a partir de 2.300 entrevistas personales, concluye que, entre los que han oído hablar de la dependencia, el 66 por ciento es consciente de que en el futuro podría ser una persona dependiente.
Además, el 43 por ciento estaría dispuesto a ahorrar por si acaso, una cifra que sube al 58 por ciento si los productos relacionados con la dependencia tuvieran ventajas fiscales.
De hecho, el precio de los servicios "es un elemento determinante" para la contratación de seguros de este riesgo, ya que, el 70 por ciento de los encuestados no suscribiría un seguro con una prima mensual superior a los 50 euros.
Sin embargo, según Ernesto Sanz, el precio no tiene que ser un problema porque es perfectamente posible diseñar seguros de dependencia "bastante asequibles" y por debajo de los 50 euros al mes, especialmente para las personas de entre 45 y 55 años.
Por otra parte, entre las familias con dependientes, las información tampoco es mucho mayor.
Según el estudio, el 60 por ciento de las familias "no asocia su circunstancia personal a la dependencia", una situación que "se agrava en las zonas rurales".
Además, la dependencia está asociada a las mujeres de la tercera edad, ya que, casi el 70 por ciento de los dependientes son mayores de 65 años y el 65 por ciento son mujeres.
Entre los dependientes, el problema más común es la limitación para alimentarse de forma autónoma (no sólo para comer, sino también para cocinar o hacer la compra), que alcanza al 68 por ciento de los dependientes, según el estudio de Caser.
Las limitaciones psíquicas alcanzan al 30 por ciento de estas personas, la mayor parte con Alzheimer o demencia senil.
La ayuda domiciliaria para estas personas llega casi al 70 por ciento de las familias que la necesitan y que viven en zonas urbanas (en zonas rurales, hay más problemas).
En cuanto a la posibilidad de ingresar a estas personas en residencias especializadas, solo el 15 por ciento de los familiares está dispuesto a hacerlo, y el 75 por ciento prefiere la asistencia a domicilio y rechazan el internamiento por motivos culturales y morales "más que por cuestiones económicas", según Sanz.
Sobre la financiación de estas ayudas, el 82 por ciento de los familiares de personas dependientes desconocen las ayudas que establece la Ley de Dependencia.
Respecto a los instrumentos financieros ofertados para hacer frente a los gastos de la dependencia, como la hipoteca inversa (el banco paga al dueño del inmueble una cantidad mensual acordada) o las rentas vitalicias (van en función de lo que se haya pagado en primas), el estudio explica que son "muy desconocidos" y que provocan "muchas reticencias". EFECOM
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