En plena avalancha de resultados, las cotizadas se vuelven muy volátiles. Sin embargo, es el momento idóneo para cazar algunas plusvalías en el parqué. Siga de cerca las expectativas que manejan los expertos para las compañías e invierta con ellas.
¿Es usted un inversor que juega fuerte? ¿Se atreve a entrar y salir en un valor rápidamente para buscar jugosas plusvalías? ¿Es capaz de soportar el riesgo con tal de ganar? Pues ahora es el momento idóneo para seguir esta estrategia. No sólo porque este año la fiscalidad le castiga menos por especular, sino porque, además, las presentaciones de resultados son el abono perfecto para este tipo de peripecias en los parqués.
Cumplir con las estimaciones
Estas publicaciones siempre están rodeadas de gran interés por los inversores y analistas, sobre todo cuando las compañías dan a conocer sus resultados anuales, que se descubren entre finales de enero y marzo. La clave de esta táctica, y que debe tener muy presente el inversor, es que el mercado se mueve por expectativas. Aunque parezca extraño, en la bolsa pesa más que una compañía no supere las previsiones de las firmas de inversión, que la cuantía total de los beneficios empresariales.
Y es que si una empresa sobrepasa las estimaciones que esperan los analistas, el mercado le suele premiar con importantes avances. Sin embargo, no tiene piedad cuando ocurre lo contrario, ya que el valor puede padecer serios recortes. "Ante el buen momento económico que se vive en España, las compañías siguen cumpliendo o batiendo mayoritariamente las expectativas del mercado, mientras que las empresas que decepcionan se han convertido en minoritarias", comentan los expertos de Norbolsa. Por lo tanto, el panorama invita a que los inversores puedan sacar partido de esta positiva situación.
Banesto, el mejor ejemplo
Uno de los mejores ejemplos se ha visto en Banesto (BTO.MC). La entidad presentó sus cuentas el pasado 10 de enero. En el conjunto de las once sesiones anteriores a los resultados el valor subió un 11,11 por ciento. Este rally se debió, en parte, a que las firmas de inversión empezaron a difundir unos positivos informes con las previsiones de resultados de la entidad.
Además, tras la publicación de un beneficio neto de 673 millones de euros, un 18 por ciento más que el mismo periodo del año anterior y superior las expectativas que barajaba el mercado, las reacciones fueron bastante rápidas: los títulos ganaron un 6,87 por ciento en el conjunto de los 17 días posteriores, hasta llegar a tocar los 18,64 euros.
Por si fuera poco, siete casas de análisis tuvieron que mejorar sus estimaciones de beneficios para el próximo ejercicio. De hecho, la firma Ibersecuties dejó patente en su análisis que le sorprendieron las cuentas de la entidad presidida por Ana Patricia Botín. "Ha publicado unos resultados que han sido buenos y mejores de lo esperado en líneas operativas [...], lo que nos lleva a cambiar nuestra recomendación a comprar desde bajo revisión", explicaba esta casa en su informe del 11 de enero.
Suma y sigue
Esta situación también se repitió con Banco Popular (POP.MC). Cuatro días antes de rendir cuentas al mercado, el valor subió un 3,15 por ciento, hasta los 14,73 euros. Sin embargo, este comportamiento sólo fue el principio, ya que tras batir con creces las previsiones fijadas por el consenso de analistas -se estimaba un beneficio atribuido de 1.000 millones de euros y al final el banco ganó 1.030 millones de euros- las acciones consiguieron sumar un 2 por ciento sólo en la semana siguiente a las cuentas.
Estos dos ejemplos no son dos casos aislados. En las últimas presentaciones de resultados -las del segundo y las del tercer trimestre de 2006- las compañías que forman el Ibex 35 subieron de media más de un 1,6 por ciento en el conjunto de los siete días posteriores a las cuentas (ver cuadro adjunto en la siguiente página), un comportamiento mejor que el registrado en la semana anterior a su presentación, cuando de media avanzaron un 1,2 por ciento.
Revisiones al alza
Una de las explicaciones adicionales a esta evolución es que si las compañías sorprenden gratamente con sus cuentas, las firmas tienen que revisar al alza sus previsiones de beneficios para los próximos trimestres y poder ajustar así esa diferencia. Esto provoca que los inversores se sumen a esta tendencia positiva con nuevas compras que sirven de estímulo para los valores. De hecho, en la mayoría de las empresas se repite un patrón común con simples pasos: la empresa alienta buenas expectativas al calor de las previsiones de los resultados empresariales de las firmas. Cuando publica sus cuentas y sorprende, los analistas incrementan sus estimaciones, otro hecho que también incrementa las ganancias en el valor
Pero cuidado, cuando ocurre al contrario y una compañía decepciona, el mercado tampoco perdona. Esto le ocurrió a Antena 3 (A3TV.MC), que en los nueve primeros meses de 2006 tuvo unos resultados por debajo de las previsiones, por lo que las acciones cayeron más de un 7 por ciento la semana posterior.
Otras tácticas
Sin embargo, ésta no es la única táctica. El mercado también se mueve comprando con las expectativas y vendiendo con las noticias. Este ejemplo se ha vivido esta semana con Santander (SAN.MC). Los inversores de la entidad consiguieron unas plusvalías del 2,24 por ciento los tres días antes a la presentación. Sin embargo, tras conocer que el banco presidido por Emilio Botín tuvo un beneficio neto atribuido sin plusvalías de 6.582 millones, un 26 por ciento más que en 2005 -en línea con las previsiones-, el valor bajó un 1,3 por ciento en tan sólo una sesión.
También, los inversores de Cintra <:CIN.MC:> se inclinaron con fuerza por las compras los siete días anteriores a que la concesionaria de autopistas presentara sus cuentas del tercer trimestre, lo que permitió que las acciones subiesen más de un 6 por ciento, una de las mayores revalorizaciones del parqué en ese periodo.
¿Dónde jugar?
Ante esta situación, hay que tener en cuenta, por lo tanto, que no todas las compañías sorprenden. Los expertos consideran que el cumplimiento en la presentación de objetivos varía dependiendo del sector: hay empresas que tienen una gran visibilidad sobre lo que ocurrirá en el año. Por ejemplo, el sector eléctrico es bastante estable, ya que tiene precios fijados por el Estado, por lo que tiene un conocimiento aproximado de la demanda que tendrán en el año y difícilmente se aleja de las previsiones de los analistas.
Pero, por otro lado, hay empresas más expuestas a factores exógenos a su actividad ordinaria y temen dar una previsión que no puedan cumplir. Un claro ejemplo es Iberia (IBLA.MC). Los resultados de la aerolínea se vieron afectados el año pasado por el fuerte incremento del precio del petróleo, ya que el 10 por ciento de los costes de la aerolínea depende de esta materia prima. La empresa reina en sorprender gratamente o en defraudar con fuerza es Inditex, ya que depende tanto del clima como del capricho de la moda. Este fabricante textil ha llegado a subir más de un 13 por ciento en un día o a caer casi un 20 por ciento en función de sus resultados. Aunque en las últimas presentaciones esta reacción se ha atemperado, los analistas apuntan que sus cuentas son una cita ineludible.
Por eso, en plena avalancha de resultados, si quiere cazar estas apetecibles plusvalías tiene que apuntar en su agenda las próximas fechas de presentación y ver así si la compañía cumple o no con lo que se espera de ella (ver cuadro de la página anterior). En este sentido, la primera en llegar será Mapfre, que rinde cuentas el próximo 7 de febrero, seguida de Enagás, que presentará el 9 de febrero, al igual que Iberdrola.