
La plataforma audiovisual YouTube se ha convertido en el protagonista de la vida cotidiana de millones de ciudadanos. Últimamente, la polémica parece perseguir al portal.
Primero fue la compra por parte de Google (GOOG.NQ) a cambio de la friolera de 1.650 millones de dólares (unos 1.300 millones de euros) , algo que la convirtió en el referente de eso que llaman la web 2.0 o, para entendernos, la segunda revolución tecnológica de las finanzas estadounidenses.
Después vinieron las protestas de los titanes mediáticos que exigían royalties (pago que se realiza al titular de derechos de autor) por el uso gratuito e ilegal de su material, que tanto dinero les cuesta producir.
Ahora, las cruzadas personales y los conflictos culturales y religiosos vuelven a situar al popular portal de vídeos en el centro de la polémica.
Nuevos escándalos
Por un lado está el caso de la modelo brasileña Daniela Cicarelli, ex mujer del jugador de fútbol Ronaldo. Cicarelli no está dispuesta a que el vídeo, algo subidito de tono, en el que se la puede ver retozando con su novio en una playa de Cádiz, esté al alcance de toda la humanidad.
Por otro, ver a una figura tan relevante como Mahatma Gandhi imitado en una parodia de mal gusto bailando en calzoncillos a modo de streapper parece haber colmado la paciencia de muchos, en especial en India.
A esta afrenta contra los contenidos de YouTube hay que añadir el escepticismo con el que la industria cinematográfica de Hollywood mira a la compañía fundada por Chad Hurley y Steve Chen.
Mientras muchos apuestan por esta plataforma como un medio de distribución sin precedentes, a otros les molesta que películas como Titanic u 8 millas puedan visualizarse de forma gratuita en la Red, eso sí, en intervalos de 12 minutos cada uno (es necesario que quien cuelgue el archivo en YouTube lo trocee; no es posible subir al portal las películas de una sola pieza). Por eso, desde el mundo del cine no dudan en contratar verdaderos guardianes que vigilen cada vídeo que se sube a la web.
Vigilancia de Google
Por supuesto, Google, actual dueño del portal, horrorizado ante las potenciales demandas que se ciernen sobre su codiciada joya, no ha dudado en limpiar los contenidos de YouTube a base de filtros. Pero, con más de cien millones de nuevos contenidos audiovisuales diarios, la tarea es algo más que complicada. Por su parte, los inversores siguen preguntándose dónde están los beneficios tras la compra del portal.
En Brasil, la gracia de subir el vídeo de Cicarelli le valió a YouTube el cierre de su página tras una orden de un juez de Sao Paulo, decisión que causó una tremenda polémica y que finalmente quedó reducida a la mera restricción del acceso a la cinta de la modelo. Aún así, tras la primera decisión del tribunal, Google alegó que había retirado el vídeo de Cicarelli y su acompañante, pero indicó que, por tratarse de un portal interactivo, los controles son difíciles y las imágenes volvieron a ser cargadas por "internautas".
Ahí está el problema: se trata de una web en la que cualquiera puede alojar los contenidos que desee. Si no se consideran adecuados, esos archivos terminarán por ser retirados, pero nada impide que lleguen a estar online durante un tiempo.
Cuestión polémica
Respecto a la orden inicial del juez brasileño de cerrar YouTube en ese país, un experto español explicó a este diario que fue excesiva. En su opinión, para proteger a la denunciante, esa orden "viola el derecho a la libertad de expresión y de información" de muchas otras. El jurista señala que el vídeo no viola la intimidad de la modelo, ya que se encontraba en un lugar público y no se ocultaba, pero señala que sí puede constituir una violación de los derechos al honor y a la propia imagen.
Las redes sociales en Internet hacen imposible que exista un control: "El juez puede parar a las operadoras brasileñas, pero no a las japonesas. No es como antes; si esto hubiera ocurrido en Interviu, se hubiese secuestrado la edición y ya está".
Parece que el caso de la parodia de Mahatma Gandhi también traerá cola. Como ya ocurrió en Brasil, el Gobierno indio se plantea cerrar YouTube a causa del vídeo satírico, aunque algunas fuentes aseguran que simplemente se pedirá al portal que retire el archivo de su servicio.
Acuerdos con las 'teles'
En un intento por agradar a sus proveedores, YouTube ha emprendido una campaña de conversaciones con las principales cadenas de televisión para intentar firmar acuerdos que permitan colgar vídeos en la Red de forma legal. La propia BBC confirmaba este hecho aunque también aseguraba que, de momento, no se había alcanzado ninguna decisión definitiva.
Según explicaba a elEconomista el vicepresidente ejecutivo y consejero legal de NBC Universal, Rick Cotton, pese a que NBC ha alcanzado un acuerdo con YouTube para permitir colgar videos promocionales de algunos de sus programas más conocidos como Saturday Night Live o Tonight Show With Jay Leno, "todavía queda mucho por hacer".
Cotton no dudaba en afirmar que cerca de la mitad de los videos de su compañía que nutren YouTube están ahí de forma ilegal y mientras bloqueamos uno, "los usuarios siempre pueden subir decenas más".
Hollywood
La próxima industria en poner su atención en el portal de vídeos más conocido del mundo ha sido Holllywood, que gasta alrededor de 96 millones de dólares (73,9 millones de euros) en crear clips de sus películas para más tarde ser distribuidas de forma gratuita e ilegal por YouTube. Por esta razón, Warner Brothers, NBC Universal y la 20th Century Fox, ya se han puesto manos a la obra para negociar contratos con el portal.
Pese a que los resultados todavía no son patentes, lo cierto es que los estudios cinematográficos cuentan con una gran baza a su favor y es que si no consiguen un contrato que les agrade siempre podrán imponer demandas millonarias sobre YouTube por infringir las leyes de propiedad intelectual.