
El presidente de La Seda, Rafael Español, presentó esta tarde su renuncia en el cargo después de que varios consejeros anunciaran a finales de la pasada semana que estaban disconformes con las cuentas de 2008, y en el trasfondo, con su gestión.
Fuentes de cercanas a la empresa avanzaron que Español será sustituido, en funciones, por Joan Castells, consejero y vicepresidente de la química catalana, y ahora presidente de la aseguradora FIATC.
Esta decisión se tomó en la reunión del consejo de administración que empezó este mediodía en la planta de El Prat de Llobregat (Barcelona) y que todavía sigue. Español optó por dejar el cargo y permitir que se abra una "nueva etapa" en la empresa, después que Caixa Geral aporte 25 millones de euros para sufragar las necesidades de financiación de la compañía.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidió el pasado viernes día 5 de junio suspender la cotización en el mercado bursátil de las acciones de La Seda de Barcelona (SED.MC) por "concurrir circunstancias que pudieran perturbar las operaciones realizadas con este valor". Los títulos de la compañía todavía no han vuelto a cotizar.
Apoyos para la empresa
Por ahora la compañía ha contado con el apoyo de Caixa Geral que ha facilitado una línea de financiación de 25 millones para dar apoyo a la falta de circulante que está sufriendo el grupo químico y que hace que tenga paralizadas las plantas de El Prat (Barcelona) y la de IQA en Tarragona.
El consejo de administración se reforzará con la entrada de otro representante del grupo Imatosgil, a través de la sociedad Jupiter, que estará representada en el consejo por Carlos Morera da Silva.
Con esta incorporación el grupo luso Imatosgil, tendrá dos consejeros ya que contaba con el abogado Carlos Gila, que está a través de la sociedad Inverland Dulce.
Este cambio implica que los críticos con la gestión de Español serían ya cinco consejeros -sumando a la caja portuguesa Caixa Geral, Liquidambar y el fondo Oman Oil- y dejarían en minoría al grupo que apoya a Español, y que está integrado por Castells, por el abogado Jacinto Soler Padró y por José Luis Morlanes.
Los principales accionistas de La Seda de Barcelona son Imatosgil (12% a través de diversas sociedades), Caixa Geral (7,2%), la firma Liquidambar (6,1%) y Oman Oil (5,99%), con lo que todos los críticos con Español aglutinan cerca del 30% del capital.
La marcha de Español de la presidencia coincide con una reformulación de las cuentas que está negociando el consejo en este momento con la firma auditora y que elevaría las pérdidas de 2088 hasta los 368 millones.
El grupo, además, tiene deudas por valor de 725 millones -contra unos fondos propios de 626 millones- la mayoría en un crédito sindicado de 600 millones con un grupo de entidades financieras lideradas por Deutsche Bank.