Céline Aemisegger
Madrid, 15 dic (EFECOM).- A comienzos de este ejercicio nadie se podía imaginar que 2006 iba a ser el año de la agitación inmobiliaria y mucho menos que el mapa empresarial del sector acabara transformándose por completo con tantas operaciones corporativas y concentraciones que se han apoderado del negocio.
¿Y qué decir de las constructoras? En la primera mitad de 2006 el panorama del sector estaba bastante más tranquilo que el de las inmobiliarias, aunque, eso sí, casi todas aprovecharon para irse de compras, sobre todo en el extranjero y con el Reino Unido como protagonista indiscutible, como en el caso de Ferrovial y FCC.
Pero en el segundo semestre las que más "relajadas" habían estado en los seis meses anteriores cogieron carrerilla y se apuntaron a la actividad frenética en la que estaba inmersa su más directa competencia, para impulsar su crecimiento y diversificar su negocio.
Bajo esta premisa, Acciona, ACS y Sacyr Vallehermoso interrumpieron con fuerza la aparente tranquilidad y, con sus sonadas entradas en los accionariados de Endesa, Iberdrola y Repsol YPF, se erigieron en los "guardianes" de estas empresas al convertirse en sus principales accionistas.
El grupo de la familia Entrecanales fue el primero en saltar a una eléctrica y además en medio de la pugna entre Gas Natural y E.ON por el control de Endesa.
Tan sólo un día después ACS dio a conocer su inversión en Iberdrola.
Este movimiento abre nuevas posibilidades en el tablero energético con una eventual fusión con Unión Fenosa en el horizonte.
El sector energético no es un terreno desconocido para estas dos compañías, dado que la empresa que preside Florentino Pérez es máximo accionista de Unión Fenosa, y Acciona tiene parte de su negocio en las energías renovables.
A la estrategia de sus competidoras se unió poco después Sacyr Vallehermoso, aunque su entrada en Repsol YPF fue precedida por insistentes rumores en el mercado sobre esta operación.
Muchos fueron los que se echaron las manos a la cabeza ante esta "intromisión" de las constructoras en el sector energético.
Pero más fueron los que se dieron cuenta de la gran liquidez y capacidad de endeudamiento de las grandes constructoras.
El dinero también fue clave en el sector inmobiliario. De hecho, el calificativo "chicos de oro" -para la figura del empresario recién llegado que revoluciona el sector- se corresponde a la perfección con protagonistas de este ejercicio como Luis Portillo, Fernando Martín o Enrique Bañuelos.
Ellos, entre otros, han revuelto las aguas en el sector inmobiliario con sus movimientos corporativos y han dado una clara muestra de que las nuevas fortunas emergentes son las que compran el negocio. Su objetivo: las cotizadas.
Durante este año, las inmobiliarias españolas, sobre todo las pequeñas y medianas, han demostrado que ellas también pueden sorprender al mercado con operaciones multimillonarias y "pescar" peces grandes.
Así, muchas de las principales inmobiliarias cierran el ejercicio con un nuevo primer accionista, como Fadesa, Colonial, Parquesol y Urbis, todas objeto de ofertas públicas de adquisición.
Quizá la avalancha de compras que ha experimentado el sector en 2006 responda a la necesidad de ganar tamaño y blindarse así ante un eventual cambio de ciclo del sector inmobiliario, pero no sería descabellado pensar que algunas empresas se han contagiado del movimiento de fichas que ha realizado su competencia.
El pistoletazo de salida lo dio en marzo Metrovacesa con una opa y contraopa que desataron un duro enfrentamiento de siete meses entre la familia Sanahuja, principales accionistas de la inmobiliaria y el presidente de la empresa, Joaquín Rivero, que tenía la lucha por el control de la sociedad como único protagonista.
El primer paso estaba dado y a Metrovacesa le siguieron un sinfín de ofertas públicas de adquisiciones, como desde hace tiempo no experimentaba el sector.
A estos movimientos corporativos hay que añadir las numerosas salidas a bolsa que protagonizaron las inmobiliarias durante 2006.
De los diez estrenos en el parqué de este año, cuatro correspondieron a inmobiliarias: Renta Corporación, Parquesol, Astroc y Riofisa.
Precisamente, Asctroc, presidida por el "chico de oro" Enrique Bañuelos, se ha revalorizado por encima del 400 por cien desde su estreno en bolsa a finales de mayo, con lo que se ha convertido en la estrella del mercado continuo.
Así, por un motivo u otro, las inmobiliarias y las constructoras se convirtieron en protagonistas de la bolsa durante este ejercicio, en un momento en el que la avalancha de compras y concentraciones está todavía lejos de haber concluido.
Después de todo, ha quedado claro que 2006 finaliza con un nuevo mapa empresarial que poco tiene que ver con el que lo inauguraba. EFECOM
cae/cs
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