Empresas y finanzas

Las regasificadoras flotantes emergen como alternativa

  • Estas instalaciones son una respuesta rápida a un incremento de la demanda

La Unión Europea ha puesto en marcha una estrategia para no depender del gas de Rusia tras la invasión de Ucrania, que pasa desde la compra o alquiler de regasificadoras flotantes en el corto plazo hasta la transición a fuentes renovables, medidas para el control de la demanda o el aumento de la capacidad de los canales por los que se recibe actualmente esta materia en el largo plazo.

Llama especialmente la atención el interés de las grandes potencias económicas europeas por las unidades de flotación, almacenamiento y regasificación (FSRU), que son plantas móviles que tienen como objetivo abastecer a un mercado que demanda gas como fuente principal de energía, desde sitios que no permiten la instalación de una planta en tierra, acortando radicalmente los plazos de instalación.

Estas posibilitan además a los países importadores de gas diversificar las fuentes de aprovisionamiento, imprescindible para mantener independencia en materia energética. Y, además, dan una rápida respuesta ante un posible aumento de demanda de gas en zonas que no cuentan con sus propias instalaciones de regasificación. Por tanto, se trata de una solución flexible a la creciente demanda de gas natural en el mundo y también como la alternativa más rápida y barata para la importación de GNL.

Aunque en los últimos años se ha logrado reducir parte de la vulnerabilidad gasística de Europa frente a Rusia, el Viejo Continente todavía no tiene la suficiente independencia energética para prescindir de los recursos de Rusia. Precisamente, para romper con la dependencia de combustibles fósiles, el presidente del Consejo Europeo, en un debate en el pleno del Parlamento Europeo, incidió en que después de la propuesta para cortar el suministro de carbón, las sanciones al petróleo y al gas "serán necesarias tarde o temprano".

En el año 2020, la dependencia era cercana al 11% en España, del 20% en Francia, mientras en Italia y Alemania superaba el 40%. Hablamos del 41% y del 46%, respectivamente. En conjunto el continente europeo importaba un 90% del gas natural del extranjero, siendo más de un 40% de origen ruso.

Estrategia

Alemania anunció la puesta en marcha de la construcción exprés de dos regasificadoras para recibir gas natural licuado por barco, ya que actualmente no tiene ninguna, y mientras tanto está examinando posibles ubicaciones, sobre todo en el mar del Norte y en el Báltico, para instalar este tipo de terminales flotantes que puedan estar operativas rápidamente, incluso de cara al próximo invierno.

Italia tiene una línea de actuación más clara y comprará una unidad flotante de regasificación y alquilará una segunda como parte de su estrategia para no depender del gas sobre el que el Kremlin tiene el poder. "Hemos encargado oficialmente a la compañía Snam que inicie la negociación y compra de una nave de regasificación y el alquiler de una segunda", confirmó el ministro de Transición Ecológica, Roberto Cingolani, aunque advirtió de que "encontrarlas será un aspecto crítico puesto que todos los grandes países consumidores se están moviendo en esta dirección".

Así pues, el ministro Cingolani ilustró su estrategia para reducir la fuerte dependencia de Italia del gas natural importado del extranjero, que supone el 95% del total que consume, pero sobre todo de Rusia, de donde llegaron casi 29.000 millones de metros cúbicos en 2021, un 38% del total. Una dependencia que con el tiempo ha ido al alza si se tiene en cuenta que, por ejemplo, Italia utilizaba en 2011 unos 20.000 millones de metros cúbicos del gas ruso, lo que representaba un 25% del consumo total.

Llegan a zonas que no cuentan con instalaciones propias de regasificación

Además, la producción nacional de Italia se ha visto reducida, pasando de los 15.000 millones de metros cúbicos extraídos en 2011 a los 3.000 millones del pasado año, debido a tal y como indicó el ministro italiano, la ausencia de inversiones y al agotamiento de los yacimientos.

España tampoco se queda atrás y es que, a pesar de recibir principalmente gas desde el continente africano, el Gobierno de las Islas Canarias ya ha pedido ubicar una regasificadora flotante en Tenerife, junto al puerto industrial de Granadilla, en el contexto de tratar de mitigar el golpe económico de la invasión rusa, para "reducir los costes de la generación de la energía y la contaminación atmosférica a la espera de que se consolide el desarrollo de las energías renovables". Esto se junta al reciente comunicado por parte de Argelia, a través de su empresa estatal Sonatrach, de la intención que tiene de subir los precios del gas a España. El presidente del grupo público argelino Sonatrach, Touffik Hakkar, anunció el pasado viernes que su país contempla una subida de precio para el gas que vende a España, al contrario de lo que han decidido para el resto de compradores europeos de este combustible. Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico, en declaraciones a TVE, indicó que la intención de Sonatrach de subir los precios "viene desde octubre porque entiende que los precios están muy por debajo del precio al que se cotizaba el gas en los mercados internacionales" aunque espera que el incremento sea "moderado". Según recordó, las negociaciones entre compañías españolas y Sonatrach "suelen llevar mucho tiempo" pero confía en que los términos comerciales en los que se fija el precio del gas se cierren "cuanto antes".

Sobre si la postura del Gobierno en relación con el Sáhara Occidental puede perjudicar el suministro de gas procedente de Argelia, Ribera aseguró que para España es "fundamental" tener una "excelente relación" tanto con Marruecos como con Argelia y ha lamentado que entre estos dos países no exista una "relación fluida" siempre.

Reservas al 80%

El pasado 23 de marzo, la comisión de Industria, Investigación y Energía de la Unión Europea solicitó la aplicación del procedimiento de urgencia (artículo 163) para acelerar la reposición de las reservas estratégicas de gas en Europa, de modo que haya suficiente suministro tanto para hogares como empresas el próximo invierno, bajo el contexto de la invasión rusa de Ucrania. La propuesta, aprobada en el marco del procedimiento de urgencia del Parlamento, se procederá a negociar ahora con los diferentes ministros de la UE.

La UE quiere establecer en un 90% el mínimo de almacenamiento de gas obligatorio

Los eurodiputados quieren establecer un nivel mínimo obligatorio de almacenamiento del 80% para el 1 de noviembre de 2022 y del 90% para los próximos años, a pesar de que a principios de este año no se consiguió rebasar el 72%, con el fin de garantizar la seguridad del suministro y proteger a los europeos de posibles alteraciones en el abastecimiento energético.

Además, todos los operadores de almacenamiento tendrán que someterse a una nueva homologación obligatoria para evitar los riesgos derivados de una posible interferencia externa. Las empresas que no consigan esta certificación tendrán que renunciar a la propiedad o al control de las instalaciones de almacenamiento de gas en la UE. Asimismo, los operadores no podrán cerrar una instalación de almacenamiento gasístico sin autorización previa del regulador nacional.

Para acelerar la reposición de las reservas de gas, la nueva ley también incentivará a las empresas energéticas ofreciéndoles un descuento en las tarifas de transporte hacia o desde las instalaciones de almacenamiento.

Los eurodiputados aprobaron con 516 votos a favor, 25 en contra y 15 abstenciones

Jerzy Buzek, que lidera el equipo negociador del Parlamento Europeo, declaró que "esta propuesta no son sólo disposiciones legales muy necesarias, se trata de garantizar el suministro de gas para el próximo invierno. Esto es lo que nuestros ciudadanos esperan de la UE. Tenemos que estar a la altura, y por eso estamos preparados para empezar las negociaciones de inmediato. Creo que el Consejo comparte nuestro enfoque".

Los eurodiputados aprobaron con 516 votos a favor, 25 en contra y 15 abstenciones enviar el asunto de vuelta a la comisión parlamentaria de Industria para las negociaciones, las cuales se iniciarán en el momento en el que los ministros de la Unión Europea hayan acordado su posición.

Durante la Cumbre de Versalles, los líderes de la UE solicitaron la adopción de medidas para abordar el problema de la independencia energética. La propuesta de la Comisión, que fue bien acogida por el Consejo Europeo en su cumbre de los días 24 y 25 de marzo, pretende reducir los riesgos para la seguridad del suministro de gas.

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