La escasez de semiconductores provocó que las matriculaciones mundiales de vehículos en 2021 retrocediesen a niveles de hace una década.
Así, el año pasado se comercializaron en todo el mundo un total de 82.684.788 turismos y vehículos comerciales, lo que supuso un 5% más que en 2020 y un 9% menos en comparación con 2019, último ejercicio antes de la pandemia, según datos de la Organización Internacional de Fabricantes de Automóviles (OICA, por sus siglas en inglés).
Estos registros son ligeramente superiores a los alcanzados en 2012, año que supuso el tercer ejercicio de incrementos tras el hundimiento de las matriculaciones en 2009 debido a la crisis financiera de 2008. Así, en 2012 se comercializaron en todo el mundo un total de 82.129.138 turismos y vehículos comerciales.
Asia gana terreno a Europa
En la última década, la región de Asia, Oceanía y Oriente Medio ha comido terreno a Europa y América. Si hace diez años casi tres de cada diez vehículos que se comercializaban en todo el mundo se hacía en América, en 2021 la cuota se situó en el 26,6%.
Lo mismo ha sucedido en Europa. El Viejo Continente aglutinaba en 2012 un 22,7% del total de las matriculaciones que se hacían en todo el mundo. En 2021 esta cuota descendió hasta el 20,4%.
El año 2017 fue un ejercicio récord en las matriculaciones de vehículos, ya que se comercializaron en todo el mundo un total de 95.892.819 vehículos. Desde entonces, las ventas de vehículos no han logrado alcanzar esos registros. Ni siquiera en 2018, cuando se vendieron en todo el mundo un total de 95.649.543 unidades, un 0,2% menos en tasa interanual. En 2019, último año antes de la pandemia, se consiguieron vender en todo el mundo un total de 91.227.182 vehículos, lo que supuso un 4,6% menos frente a 2018 y un 4,8% menos si se compara con 2017.
En 2017, la región de Asia, Oceanía y Oriente Medio alcanzó una penetración en las matriculaciones mundiales de vehículos del 50,6%. Es decir, más de la mitad de todos los vehículos comercializados en el mundo se hacían en esa región. No obstante, fue el año pasado cuando esta región logró una mayor cuota de mercado, hasta alcanzar el 51,6%. Y es que la región Asia, Oceanía y Oriente Medio alcanzó un total de 42.663.736 matriculaciones el año pasado, lo que supuso un incremento del 6% en comparación con 2020 y un 2% menos frente a los registros de 2019.
En el caso de Europa, los mejores registros se produjeron en 2007, cuando se lograron unas matriculaciones de 23.006.722 unidades. Esto supuso alcanzar una cuota de mercado del 32,1%. Cabe aclarar que este porcentaje se alcanzó debido a que las ventas mundiales de vehículos ese año se situaron en las 71.563.399 unidades. En ese ejercicio, las ventas en la región Asia, Oceanía y Oriente Medio alcanzaron los 23.625.638 vehículos, es decir, el 33% de todos los modelos comercializados en todo el mundo.

En el caso de la región de América, en 2007 también se logró la mejor cuota de mercado, con un 33% del total de todas las ventas que se efectuaron ese año. No obstante, la mejor cifra de matriculaciones en la región americana fue en 2015, cuando se matricularon un total de 25.688.159 vehículos.
África, por su parte, matriculó el año pasado un total de 1.145.007 vehículos, lo que supuso un 24% más que en 2020 y un 4% menos en comparación con 2019. Estas cifras aún están lejos de los registros de 2014, cuando se lograron vender en el continente africano un total de 1.717.921 vehículos, lo que supuso alcanzar una cuota de mercado del 1,94%. Una cuota que aún no se ha recuperado, hasta finalizar el año pasado en el 1,38%, es decir, 0,21 puntos porcentuales más que en 2020.
La producción cae a niveles de 2011
Las consecuencias derivadas de la pandemia, así como los intermitentes parones en las factorías de vehículos ante la escasez mundial de semiconductores provocó que el año pasado se fabricasen en todo el mundo 80.154.988 unidades, un 3% más en tasa interanual y un 13% menos si se compara con los datos de 2019, último año antes de la pandemia. Estas cifras, pese a ser de incremento, no muestran más que las dificultades con las que se encontraron los fabricantes a la hora de tener una cadencia de producción a lo largo del año.
De hecho, hay que remontarse una década atrás para ver unas cifras semejantes. Así, en 2011, año marcado por las consecuencias para paliar la crisis financiera de 2008, se ensamblaron en todo el mundo 79.880.920 unidades entre turismos y vehículos comerciales e industriales, según datos de la OICA.
Si se analizan los datos por regiones, ninguna de ellas logró equiparar las cifras de producción a los datos logrados en 2019. Y es que las consecuencias derivadas de la pandemia tuvieron un efecto importante en las factorías de los fabricantes.
Así, Europa fue una de las regiones que más sufrió la escasez mundial de semiconductores, al ser dependiente de Asia. De esta manera, en Europa se produjeron en 2021 un total de 16.339.509 vehículos, lo que supuso un 4% menos que en 2020, cuando las fábricas se vieron obligadas a paralizar la producción para contener el avance de la pandemia. Si esta cifra se compara con 2019, la caída es del 24%.
En el Viejo Continente el principal productor, Alemania, redujo la fabricación de vehículos un 12% en tasa interanual y un 33% menos frente a 2019, hasta totalizar 3.308.692 turismos y vehículos comerciales ligeros producidos. España, por su parte, segundo productor europeo, también recortó su producción en 2021 un 8% en tasa interanual y un 26% menos en comparación con 2019, hasta ensamblar 2.098.133 vehículos. Esta situación provocó que Brasil se situase como octavo productor mundial de vehículos, al haber ensamblado un total de 2.248.253 vehículos, un 12% más en tasa interanual y un 24% menos frente a 2019.
En América se produjeron un total de 16.151.639 vehículos, un 3% más en tasa interanual y un 20% menos frente a 2019. Tanto México como Canadá recortaron su producción el año pasado en tasa interanual, un 1% y un 19%, respectivamente. Por su parte, Estados Unidos incrementó la fabricación de vehículos un 4% el año pasado, hasta las 9.167.214 unidades. No obstante, estos datos son un 16% inferiores a los de 2019.
La región de Asia-Oceania fue la que menos acusó la falta de chips durante 2021. Así, esta región alcanzó una producción de 46.732.785 unidades, un 6% más en tasa interanual y tan solo un 5% menos que en 2019. China volvió a ser la fábrica del mundo, con un total de 26.082.220 unidades ensambladas. Es decir, el 32,5% de todos los vehículos fabricados en el mundo se produjeron en China. De hecho, el gigante asiático superó las cifras de producción de 2019 en un 1% y en un 3% a las de 2020. India tampoco se vio afectada por la falta de chips, ya que su producción se incrementó en un 30% en tasa interanual y tan solo fue un 3% inferior a la de 2019, al haber fabricado 4.399.112 vehículos.
En el continente africano se produjeron 931.056 unidades, lo que supone un 16% más en tasa interanual y un 16% menos frente a 2019. Sudáfrica registró un total de 499.0887 vehículos fabricados, lo que supuso un 12% más en tasa interanual y un 21% menos frente a 2019. Marruecos, por su parte, elevó su producción un 23% frente a 2020, hasta los 403.007 vehículos, lo que supuso tan solo 211 unidades menos que en 2019.
Este año las ventas se mantendrán planas
Las últimas previsiones en las ventas mundiales de vehículos datan del mes de enero y establecían alcanzar las 82,8 millones de unidades, lo que supondría manter los niveles alcanzados en 2021. No obstante, cabe recordar que estas previsiones de IHS Markit no recogían los últimos sucesos, como la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el consiguiente incremento de los carburantes. Por el contrario, la consultora sí ha rebajado las previsiones de producción mundial de vehículos que había establecido al cierre del año pasado debido a la invasión de Ucrania. Así, IHS estima que la producción mundial de vehículos para 2022 se situará en los 81,5 millones de unidades, lo que supone 2.574.386 unidades menos y un 3% menos que las anteriores previsiones. Tal y como detalla IHS, hay un impacto directo inmediato en las ventas y la producción de vehículos en Rusia y Ucrania; sin embargo, otro impacto significativo se debe a la interrupción de los suministros de componentes críticos de ambos países, con arneses de cables producidos en las instalaciones ucranianas que proporcionan la interrupción más inmediata de la producción de vehículos en las zonas de toda Europa. Una situación que ha obligado a algunos fabricantes a detener la producción en alguna de sus factorías.