El Comité Técnico de la Agencia Europea del Medicamento (CHMP) ha dado el visto bueno a la primera CAR-T de Janssen (Carvykti), un tratamiento oncológico dirigido al mieloma múltiple. La tecnología que envuelve a estas terapias las convierte en uno de los tratamientos contra el cáncer más caros que existen. En España hay dos aprobados, Kymriah y Yescarta (de Novartis y Gilead, respectivamente) y ambos obtuvieron un precio de financiación que rondaba los 300.000 euros por tratamiento. Eso sí, ninguno de los dos recibe el reembolso completo si no demuestra su eficacia. De hecho, durante 18 meses se realizan pruebas al paciente para ver si el cáncer ha desaparecido.
El fármaco que ahora llegará de Janssen no competirá con los dos mencionados, pero tampoco tiene el mercado libre. Hace dos meses, Bristol Myers Squibb consiguió la aprobación europea para su propio CAR-T en la misma indicación y ahora entrará en negociaciones con el Ministerio de Sanidad para decidir sobre su financiación. La llegada casi al unísono de ambos fármacos puede permitir al departamento de Carolina Darias presionar a las farmacéuticas para buscar un precio menor.
El mecanismo de acción de las CAR-T las han convertido en uno de los tratamientos más novedosos de los últimos años. En síntesis, lo que se realiza es una extracción de células de paciente oncológico para 'enseñarles' a combatir el tumor. Este aprendizaje se realiza en un laboratorio a miles de kilómetros del paciente (Gilead lo hace en Holanda y Novartis en Estados Unidos), por lo que requiere de unas condiciones de conservación muy exigentes para que no se produzca ninguna contaminación del tejido biológico. Una vez 'entrenadas', estas células regresan al hospital para inoculárselas al paciente.
Las CAR-T son también un ejemplo de la externalización de la investigación que comenzaron las farmacéuticas hace tiempo. Ninguna de las cuatro mencionadas es tecnología 'in house', si no que provienen de pequeñas biotecnológicas que fueron absorbidas por grandes multinacionales al ver su potencial. En el caso de Jannsen, la filial farmacéutica de J&J alcanzó en diciembre de 2017 un acuerdo exclusivo de licencia mundial y colaboración con Legend Biotech USA, Inc. para desarrollar y comercializar el medicamento recién autorizado por el CHMP. BMS hizo lo propio con Juno y Gilead también adquirió en 2017 a la compañía responsable de su Yescarta: Kite. El caso de Novartis es similar, si bien no hubo una transacción con otra empresa. Fue un acuerdo con la Universidad de Pensilvania.
El rédito de las CAR-T en el mercado ya tiene números anuales para comparar. Gilead desgrana en sus resultados la facturación por medicamentos. En el caso de Yescarta, ingresó 695 millones de dólares a nivel mundial (frente a los 563 obtenidos en 2020). Por su parte, Novartis comunicó 587 millones en ventas con Kymriah, un 24% más que en 2020. Además, el pasado 25, esta terapia recibió autorización europea para otra indicación oncológica, con lo que ampliará mercado.