La Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó el 22 de marzo como "Día Mundial del Agua" con el objetivo de recordar la relevancia de este recurso esencial. Según los datos de la ONU, 2.000 millones de personas viven sin acceso a agua potable y el cambio climático está haciendo que en los países más desarrollados también haya un nuevo paradigma con respecto al líquido elemento. Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU figura el número 6, que se ocupa de "garantizar la disponibilidad de agua y saneamiento para todos".
Ante esta dicotomía, elEconomista, en colaboración con Aqualia, ha llevado a cabo el observatorio Día Mundial del Agua 2022: En busca de la hoja de ruta que garantice unos servicios sostenibles, en el que participaron agentes referentes en el sector del agua como el director de Aqualia de la Zona Este de España, Juan Luis Castillo; el asesor del secretario de Estado de Medio Ambiente, Manuel Menéndez Prieto; el presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), Fernando Morcillo; el socio de Estrategia de PwC, Santiago Otero, y el responsable de Cooperación y Fondos Europeos de la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla (Emasesa), Lucas Perea.
El tema troncal de la jornada estuvo muy ligado a la actualidad: el incremento del coste de la energía en los últimos años, que se ha visto agravado recientemente por la invasión de Rusia a Ucriana. En este sentido, el directivo de Aqualia, Juan Luis Castillo, explicó que el sector del agua es "intensivo en el uso de energía". "Hemos aprendido a fabricar agua donde no había, con desaladoras, por ejemplo, y a mover recursos de un territorio a otro, y eso tiene un coste importante". Pero, además de eso, explicó que la subida de la energía es algo transversal: "el aumento no solo será el incremento del 10% en la producción". Castillo contó que, según los datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), hay un progresivo aumento del coste energético: de "27 euros cada MWh en marzo de 2020, 45 euros cada MWh en marzo de 2021 y 345 euros cada MWh en marzo de 2022". Pero la subida de costes no se limita solo al precio de la energía, sino que, tal y como refirió el propio Castillo, "los principales materiales también se han encarecido mucho", dijo aludiendo a datos de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan).
Las compañías encargadas de tratar y trasladar el líquido elemento emplean materiales como reactivos, cloro, floculantes..., que pertenecen a la industria electroquímica que también está sufriendo las consecuencias de las constantes subidas del precio de la electricidad. Por tanto, está claro que el sector se enfrenta a un gran reto a corto plazo. Como aseguró el asesor del secretario de Estado de Medio Ambiente, Manuel Menéndez, "estamos en un mal momento para intentar ajustar gastos e ingresos". Dada la situación actual del encarecimiento de la energía y de los materiales, las operadoras están viendo cómo merman sus ingresos mientras que sus gastos son cada vez más altos.
Los directivos estuvieron de acuerdo que en este momento se vienen situaciones difíciles a las que "hay que hacer frente a corto plazo", explicó el socio de Estrategia de PwC, Santiago Otero. El experto expuso que este incremento del coste de producción repercutirá directamente en el consumidor "a pesar de los esfuerzos que están haciendo los operadores para que esto se note lo menos posible", dijo. Pero lo cierto es que Manuel Menéndez recalcó que los precios del agua "recaen directamente sobre el usuario, ya que el uso del agua no está subvencionado, como el de regadío", contó. Además, la legislación de la Unión Europea especifica que todos los costes se deben trasladar al recibo del consumidor final.
Otro de los retos a corto plazo al que los operadores de agua se enfrentan es el de ver cómo pueden alcanzar una eficiencia energética para seguir prestando el servicio como lo estaban realizando hasta ahora, pero haciendo frente a externalidades como el aumento de la energía o el cambio climático. En ese aspecto, el directivo de Emasesa, Lucas Perea, apuntó que existen soluciones para abordar la eficiencia energética como el uso del "biocombustible generado por las aguas residuales mediante la fermentación de los fangos, a través de la que obtenemos biogás con un alto contenido en metano y se aprovecha para la obtención de calor y producción de energía", subrayó. A esto se suman otras acciones como el uso de placas fotovoltaicas o de turbinas de agua.
También explicó que el objetivo es invertir en investigación para "poder avanzar en eficiencia energética" a través de las plantas de distribución y depuración para "poder depender lo menos posible de la conexión a la red eléctrica y evitar que el aumento del precio afecte al bolsillo del consumidor". Perea habló de que "la calidad del agua es cada vez peor, tenemos mayores temperaturas, mayores costes, menos agua y menos recursos", por lo que puso sobre la mesa la necesidad de "buscar nuevos recursos para gestionar la demanda y adaptar la normativa, por ejemplo, al agua regenerada, con diferentes tipos de calidades en función de sus usos", al mismo tiempo que se trabaja en esa dependencia energética.
En esa misma línea habló Juan Luis Castillo, de Aqualia, que puso como ejemplo el "caso de éxito" de las redes de distribución de agua de Formentera, "en las que, gracias a los desarrollos tecnológicos que la compañía está llevando a cabo, hemos conseguido alcanzar un rendimiento del 93%, uno de los más altos de España". Castillo también destacó el trabajo en depuradoras de tamaño medio como la de Lleida, "donde gracias a diferentes medidas, hemos conseguido una eficiencia energética cercana al 60%".
Lo que el experto quiso resaltar, igual que Perea, es que están consiguiendo a través de la inversión que las depuradoras "estén siendo autosuficientes", pero con la problemática del aumento de los costes de producción "y en un contexto de inflación como el que estamos viviendo", aseguró Castillo, la tendencia es que tanto las empresas públicas como privadas mermen su inversión, y "sin inversión el sector no avanza", afirmó, por lo que no se podrá atender a esa necesidad de "renovar el parque", tal y como señaló el presidente de AEAS, Fernando Morcillo. El presidente de la patronal del agua fue claro cuando habló de que "necesitamos un gran esfuerzo inversor que nadie asume", refiriéndose tanto a la Administración Pública como privada.
El Perte, antes del verano
Santiago Otero, de PWC, destacó que los Fondos Next Generation de la Unión Europea servirán para que llegue esa inversión que el sector demanda, de manera que "se traduzca en mayor eficiencia del sistema y nos prevengan de estos momentos duros que está viviendo por la parte del aumento en los costes". Al mismo tiempo apuntó que "el cambio climático, que está derivando en fenómenos meteorológicos adversos como sequías y lluvias torrenciales y una alteración en el régimen de precipitaciones, generará un importante estrés hídrico en España".
En este contexto, Manuel Menéndez anunció que el Gobierno ya está ultimando la aprobación del Perte (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) para digitalizar el ciclo del agua. El objetivo del proyecto es la transformación y modernización de los sistemas de gestión del agua "tanto para el ciclo urbano, como para el riego y los usos industriales", señaló Menéndez.
La hoja de ruta contempla la movilización, a través de los fondos Next Generation y del sector privado, de más de 2.800 millones de de euros entre 2022 y 2026. La clave de estos fondos es que la digitalización de las empresas favorezca la gestión de las aguas y se puedan prever averías, al mismo tiempo que se pueda trabajar en la optimización del mantenimiento del agua, entre otros.
Otro de los objetivos del Perte del agua, además de financiar la digitalización, es crear "un Observatorio del Agua", anunció Menéndez, en el que se congregarían todos los datos que generan los operadores de agua urbana y regantes digitalizados . Con ello se pretende "aumentar la transparencia del ciclo de cara al público y aunar criterios de estudio en una base de datos conjunta". Según señaló Menéndez, el control de la "oferta del agua" a través de los embalses está muy trabajado por parte del Ministerio pero, al estar las competencias transferidas a las Administraciones Locales en cuanto a gestión, es mucho más complejo "trabajar esa parte de la demanda", explicó. Por tanto, esta medida servirá para aunar esos datos de los operadores locales y poder entender mejor las necesidades en cada momento. Ese repositorio de información que se genera en torno a la gestión del agua servirá para hacer un servicio más sostenible y eficiente, que pueda atender a las necesidades hídricas en cada momento y así poder hacer frente al cambio climático y al "estrés hídrico".
Es decir, estarían atendiendo a una demanda clara del sector tal y como comentó Morcillo: "tenemos que trasladar la importancia del agua a los ciudadanos y representantes políticos, es la única manera de conseguir ese esfuerzo inversor que queremos".
Otra parte de este proyecto estratégico, añadió el representante del Ministerio, es el reparto de fondos por conferencia sectorial, "cuyo presupuesto se repartiría a las Comunidades Autónomas, que serían las encargadas de hacer las convocatorias".
Menéndez explicó que parte del reparto será "en concurrencia competitiva", fijando criterios como el tamaño mínimo del municipio o agrupación, "en torno a 20.000 habitantes", apuntó. En total, en este proyecto se estarían invirtiendo 2.000 millones por parte del sector público y 1.000 millones del lado del sector privado: "lo que estamos pidiendo es que por cada dos euros que pone la Administración General del Estado, el sector privado ponga un euro más", explicó Menéndez.
Tras los comentarios en torno al Perte, todos los participantes en esta mesa redonda valoraron la iniciativa. El representante de Emasesa aseguró que "es de agradecer que el Gobierno tuviese en cuenta al sector y nos consultase a la hora de elaborar este Perte". En esa misma línea habló Morcillo: "nos ha parecido muy oportuno y muy bien", aunque advirtió de que "el objetivo principal no se va a conseguir hasta que no se resuelva la sostenibilidad global del sector", que discurre por esa renovación del parque. Por su parte, el directivo de Aqualia aseveró con rotundidad que "nos estamos jugando el futuro de las nuevas generaciones. Debemos dejar un mundo más sostenible, más natural, eficiente y ecológico", aunque concluyó que "afortunadamente" la Administración Pública y los operadores, tanto públicos como privados, "hablamos el mismo idioma".
En definitiva, España se halla en un momento clave en torno a la gestión del ciclo del agua. De las medidas y decisiones que todo el sector sea capaz de consensuar dependerá que la población pueda seguir disfrutando de unos servicios de primer nivel y sin dejar a nadie atrás.