
La idea nacida de un atasco sigue creciendo. Elon Musk tuvo la idea de hacer largos túneles excavados que aligerasen el tráfico mientras estaba en un embotellamiento en 2016, y de ahí nació The Boring Company. Lo que surgió como una aparente broma en Twitter ya ha completado varios proyectos y aspira a extenderse a Texas, Nevada y Miami. Y algunos analistas creen que se traducirá en un negocio descomunal en el próximo cuarto de siglo.
Hace apenas unos días, la compañía anunciaba el final de la excavación que une el centro de convenciones de Las Vegas con el hotel Resorts World, en un proyecto que empezó como lo que iba a ser un túnel de 2,7 kilómetros pero que está previsto que acabe derivando en el 'Vegas Loop', un recorrido de 24 kilómetros que conecte varios hoteles de la 'ciudad del juego' con la universidad de la zona y el principal estadio deportivo cercano, con un total de 51 estaciones.
Prufrock-1 has arrived at Resorts World on the Vegas Strip! Thanks to @ResortsWorldLV @LVCVA @ClarkCountyNV for their amazing support. pic.twitter.com/dr7VJLv3Lt
— The Boring Company (@boringcompany) February 4, 2022
Su próximo gran proyecto podría tener lugar en Miami. The Boring Company ha presentado un plan en Florida que incluiría siete paradas a lo largo de 10 kilómetros. Los usuarios se montarían en vehículos de Tesla, que les transportarían entre las estaciones, con una capacidad de transporte estimado de hasta 15.000 pasajeros por hora. El proyecto podría concluirse en tres años una vez que los responsables políticos diesen su aprobación, y el coste se estima entre los 185 y los 220 millones de dólares. Además, a futuro podría extenderse hacia un campus universitario y un estadio deportivo.
En aras de la pretendida expansión, la compañía de Elon Musk logró en junio los permisos para usar un terreno a modo de pruebas, de cara a perfeccionar las técnicas de tunelación. Así, podrá excavar túneles de entre 90 y 180 metros de largo, además de silos para poder sacar la tierra de dichas excavaciones. Sus proyectos se centran por el momento en estados como Texas y Nevada, cuyas regulaciones son más laxas que en sitios como California, donde comenzó a operar la empresa en 2017.
Aunque originalmente el concepto de The Boring Company incluía plataformas en las que se subía el vehículo y que se lanzaban a toda velocidad por el túnel, los proyectos construidos hasta el momento son estrechos túneles de un carril de asfalto por el que se conduce el vehículo de forma autónoma.
Un negocio de 20.000 millones de dólares
Aunque la cuestión regulatoria no está facilitando el avance de The Boring Company, algunos creen que puede ser uno de los grandes negocios de infraestructuras en el futuro a medio y largo plazo. No es difícil imaginar que puede convertirse en toda una revolución del transporte si se cumple la visión de Musk de decenas de niveles de túneles a diferentes alturas para conectar distintos puntos de una ciudad o incluso urbes relativamente próximas como Nueva York y Washington DC.
Así lo ve el analista Adam Jonas, de Morgan Stanley, que considera que Musk puede haber iniciado - al igual que en otros sectores como la conducción autónoma o los viajes espaciales - un movimiento disruptivo que podría generar un negocio de 20.000 millones de dólares anuales para el año 2050.
Todo pasaría por cumplir las promesas que The Boring Company se planteó desde un inicio de abaratar y acelerar los costes a la hora de hacer túneles, con gastos que supusieran el 1% de lo que son actualmente al tiempo que se multiplique por diez la velocidad.
Siendo The Boring Company una compañía que no cotiza en bolsa, Adam Jonas considera que la mejor manera de apostar por esto es invertir en Tesla, también de Musk. La relación entre ambas empresas queda patente con los vehículos Tesla que recorren ahora los túneles de Las Vegas. "Como la compañía automovilística más valiosa del mundo y una promotora clave de la tecnología autónoma, creemos que Tesla tendrá un papel fundamental que jugar en el desarrollo de The Boring Company", señaló Jonas en un informe.
El analista concede un precio objetivo a doce meses a Tesla de 1.300 dólares, un 70% más que su valor actual, y por encima de la media del consenso del mercado.