Plus Ultra cosechó en 2020 el peor ejercicio de su historia, multiplicando por más de siete los números rojos cosechados un año antes. Así lo demuestran las cuentas depositadas por la compañía en el Registro Mercantil, que comprenden el periodo que va desde febrero de 2020 al 31 de enero de 2021, justo antes de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) le otorgase dos préstamos por hasta 53 millones de euros. Todo ello se une a un aumento de deuda y un retraso en la recuperación que llevaría a incumplir determinados objetivos, poniendo al Estado en una situación muy complicada, más si se tiene en cuenta que uno de los préstamos es participativo, lo que le abocaría a entrar en el capital.
La polémica aerolínea vinculada con empresarios venezolanos perdió, de acuerdo con la citada documentación, más de 20 millones de euros en el ejercicio 2020. Además, durante este periodo, entró en causa de disolución al registrar un patrimonio neto negativo de más de 14 millones y aumentar su deuda. Todo ello, incluso antes de que el Estado, a través del Fondo de Rescate para Empresas Estratégicas, aprobase las ayudas de 53 millones que han pasado a engrosar su pasivo, como adelantó ABC.
Pese a que las cuentas de la compañía a cierre de enero de 2021 se formularon en mayo y la Sepi aprobó la ayuda en marzo de 2021, el holding público que ahora preside Belén Gualda conocía que la empresa estaba en causa de disolución. Así se demuestra en la propia memoria que acompaña a las cuentas y que firman los directivos de la compañía. "Dentro de las condiciones previstas en la cláusula 12.8 f) del contrato de financiación suscrito el día 12 de marzo de 2021 entre la Compañía, el Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas y la Sepi, la compañía se comprometió a realizar una operación de reducción de capital para compensar pérdidas de un mínimo de 4 millones de euros", señalan tras explicar la norma que obliga a llevar a cabo esta maniobra si no se recupera el patrimonio neto.
Este movimiento se llevó a cabo finalmente el pasado verano a través de la reducción del valor nominal de cada acción de la aerolínea, que pasó entonces de 6,1 euros a 4,8. Con ello el capital social resultante se quedó en 14,8 millones de euros.
Gracias a ello y a la inyección del préstamo participativo de 34 millones de euros que le otorgó el Estado, la aerolínea ha conseguido salvar este punto de partido pese a que la situación financiera sigue siendo muy delicada para ella.
La aerolínea que encabezan Fernando García Manso y Roberto Roselli nunca ha registrado beneficios desde su creación. Año tras año, la compañía ha ido acumulando pérdidas hasta sumar, con los más de 20 millones que se cosecharon en 2020, 34 millones de números rojos. Además, de acuerdo con la memoria de las cuentas, tampoco conseguirá levantar cabeza ni en el ejercicio de 2021 ni en el de 2022, retrasando la recuperación a "entre 2023 y 2024", admite.
Aumenta directivos
Pese a estas cifras, durante el ejercicio de 2020 la compañía aumentó el número de "directores y gerentes" en más de un 20%, pasando de 25 a 29 en el peor año de su historia. Al mismo tiempo, redujo el resto de empleados, pasando de 367 a cierre de 2019 a apenas 284 en enero de 2021, un 22% menos.