En un año tan convulso en materia de energía como el 2021, la industria del petróleo y el gas está de enhorabuena. Mientras la gasolina se incrementaba en Estados Unidos y los precios de la energía subían como la espuma en Europa, las grandes compañías de petróleo y gas, entre las que se encuentran Exxon, Chevron, Shell y BP, registraban un beneficio combinado de 174.000 millones de dólares en los primeros nueve meses del año.
Destaca Exxon, cuyos ingresos se dispararon un 60% con respecto al mismo periodo del año pasado, impulsados en gran medida por el aumento del coste del petróleo. Solo en el tercer trimestre del año, sus beneficios ascendieron a 6.750 millones de dólares, su mayor beneficio desde 2017.
El aumento en el precio de la gasolina, que se encuentra en su nivel más alto en siete años, afecta especialmente a los ciudadanos con menos recursos, señalaba el presidente Joe Biden, quien, en un intento por reducir los costes, ha liberado 50 millones de barriles de petróleo de la reserva nacional. Una postura que dista de la inacción mostrada por la industria del petróleo y el gas, a la que el grupo de control gubernamental Accountable.US acusa de "aprovecharse de los precios inflados".
En realidad, son los inversores quienes quieren que la situación se mantenga, según publica The Guardian. Tras años aguantando los precios bajos impuestos por el exceso de petróleo en el mercado, los inversores al fin están obteniendo unos beneficios acorde a sus expectativas.
Mientras, el presidente estadounidense se debate entre cumplir con sus compromisos medioambientales o amortiguar la situación actual. Por un lado, aprobó el cierre del polémico oleoducto Keystone XL, pero, por otro, ha intentado ampliar las perforaciones petroleras. Una indeterminación con la que Biden está poniendo a ambos bandos, ecologistas y compañías petroleras, en su contra.
Los inversores activistas quieren sustituir al CEO de Exxon
La Coalición por una Exxon Responsable considera que la petrolera no está actuando con suficiente agresividad a la hora de reducir sus emisiones de efecto invernadero. Por ese motivo, quieren sustituir al actual CEO de la compañía, Darren Woods, por un consejero independiente.
Exxon ha conseguido recuperarse de las pérdidas sufridas en 2020, obteniendo al mismo tiempo unos beneficios nada desdeñables. No obstante, según la coalición, que tiene 145 miembros y supervisa 2,5 billones de dólares en activos, la petrolera no ha hecho "ningún progreso tangible" en lo que respecta a la inversión en la transición energética.
La petrolera publicó sus planes corporativos hasta 2027 a principios de mes. En dichos documentos, Exxon fijaba un gasto anual de capital de entre 20.000 y 25.000 millones de dólares hasta 2027 para proyectos de bajas emisiones de carbono. Asimismo, aseguraba que se encuentra camino de cumplir sus planes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en 2021, cuatro años antes de lo previsto.
Además de aumentar la agresividad e intensidad de sus acciones, la coalición propone que el director general de la empresa y otros altos ejecutivos reciban paquetes de incentivos vinculados a la consecución de los objetivos de gases de efecto invernadero de 1,5 grados, según publica Reuters.