Empresas y finanzas

Es necesario impulsar el ahorro para complementar nuestras pensiones

  • Los expertos coinciden en que la educación financiera es fundamental, ya desde la escuela.

Digitalización, sostenibilidad, pandemia, reducción drástica de la incentivación fiscal a aportaciones a planes de pensiones individuales, etcétera. Son muchos y grandes cambios los que hemos tenido en los últimos tiempos, pero sigue inalterable la necesidad estructural de ahorrar para la jubilación. Con el lamentable paréntesis de la pandemia, la longevidad es un proceso que seguirá avanzando en las próximas décadas y el sistema público requiere ya de importantes inyecciones de recursos fuera del sistema de cotizaciones o un incremento de las cotizaciones para financiarse.

En colaboración con Ibercaja Banco, el octavo grupo bancario español; elEconomista, organizó el pasado miércoles en el Hotel The Westin Palace de Madrid un observatorio bajo el título ¿Está cambiando el paradigma de ahorro para la jubilación?, en el que un grupo de expertos debatió alrededor de dicha interrogante.

El encuentro contó con la presencia de Víctor Alvargonzález, director de Estrategia de Nextep Finance; José Carlos Vizárraga, director de Ibercaja Pensión; Juan José López Marañón, psicólogo y miembro del Grupo de Trabajo de Psicología, Marketing, Publicidad y Consumo del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid; Fernando Cocho, analista de Inteligencia en CEDEGYS y experto en geopolítica, y Ángel Alonso, redactor de elEconomista, que actuó como moderador del observatorio.

Inteligencia económica

Los expertos coincidieron en que es necesario impulsar el ahorro para complementar las pensiones y promover una educación financiera ya desde la escuela

En una primera intervención, Cocho abordó el tema de la inteligencia económica relacionada con la geopolítica y cómo cuestiones como la supuesta superioridad de China sobre EE UU pueden influir en la mentalidad de los inversores. El citado país asiático mantiene una cultura "colectivista". Ya en los 80 se plantearon allí planes quinquenales. A partir de ahí, "intentan potenciar al individuo", siempre y cuando revierta en la sociedad parte de los procesos de influencia. No entienden un lobby como tal. Para ellos, "son los resortes del Estado los que defienden sus intereses". En EE UU, además de ese proceso de influencia, se busca revertir en la economía.

Afirmó que en países como Irán y Marruecos han entendido el proceso de inteligencia económica. Se analiza a una visión estratégica. En otros, como Austria o Alemania, hay una conciencia social y educativa de que la economía no sólo es una tarea del Estado, sino que es un aspecto individual. "Si yo no contribuyo a esta parte del Estado, yo no podré exigir un rédito posterior. Esa cultura se instaura, al igual que la inteligencia económica, desde la escuela", confirmó. En Alemania, la diversificación de los profesionales provoca que las empresas privadas se impliquen en la formación de los técnicos que luego trabajarán en ellas. En España, "la educación financiera se ha delegado en un Estado paternalista, en un sistema en el que creemos que nosotros no tenemos nada más que hacer".

Los actores sociales deben no tener miedo a la innovación y comprometerse

Ya hace tiempo que la Unión Europea vaticinó que en 2030 podría haber una quiebra de las pensiones, algo que generaría una fractura social en la mitad de la población. En nuestro país, "no hay una concienciación de qué implica invertir", no pensamos que eso favorecerá "un entorno fértil" que hay que construir. En ese sentido, "hay que educar a la ciudadanía, incorporar todo esto en el ciclo educativo", desde todos los resortes de la economía, incluidas las patronales. A su juicio, "la fractura y el tiempo son los dos factores caballos de batalla para los próximos tiempos".

López Marañón se mostró de acuerdo con sumar a "lo que quede de pensiones públicas" algún tipo de complemento privado.

"Hay que motivar a las personas para que tengan su propio plan", recomendó. Como experto en Marketing, consideró que esto tiene un campo de mejora. "No vale el mismo planteamiento, el mismo plan, para una persona de mi edad, que para una de 40 años u otra de 20. Hay que darles productos distintos. Hay que adaptarlos a los perfiles de cada cliente. Tenemos un producto que hay que rediseñar, un precio que no existe y que es variable, el canal de distribución está ligado a la banca, a los grupos de seguros o a los inversores, pero nos vuelve a fallar la comunicación.

La comunicación que se está haciendo está muy relacionada con la banca, y sigue rezumando unos valores que valen para una determinada franja de edad y cultura", reflexionó.

Propuso pensar en cómo llegar a los más jóvenes. Los millennials sí que tienen introducido el que tienen que invertir algo. Desde el punto de vista del consumo de la calle, "hay que ir a productos digitales y transparentes, pero además muy tangibles y visibles". En lugar de que este ahorro repercuta en una parte de la renta de cada uno, es preferible reajustarlo como parte del gasto que se va a hacer. "Quizá la renta varía más, pero los gastos se modifican menos a lo largo de la vida", justificó. Opinó que se puede pedir una parte de ese esfuerzo al gasto.

"Los millennials escuchan eso de que no van a cobrar pensiones. El ahorrar para el futuro está en la mente de todos más que antes", añadió Alvargonzález. Es así, por ejemplo, en los baby boomers porque ven las orejas al lobo. "El Estado, aparte de no haber cumplido con el contrato, está ofreciendo unas alternativas que no son atractivas. Están notándolo", identificó. En general, no se confía en las soluciones que pueda darnos el Estado. "¿El plan privado se lo voy a dar a que decida el Estado o el comité de empresa? Los grandes beneficiados de este cambio son los fondos de inversión", remarcó. Lo conveniente es acudir a una entidad que tenga experiencia para recibir asesoramiento.

Planificar la longevidad

Por su parte, Vizárraga subrayó que "la educación financiera es fundamental". De acuerdo con sus palabras, habría que educar a la gente, para que no piense que las entidades financieras le engañan, en saber cómo es un préstamo, en calcular el TAE, en distinguir un fondo de inversión de un plan de pensiones, etcétera. "La industria está contribuyendo a través de las fundaciones cada vez más. Si echamos la vista atrás de los últimos cinco años, se ha avanzado mucho en la digitalización, en transparencia. La gente más mayor cada vez accede más a sus finanzas a través de la App, desde su móvil", recordó. Los clientes van cada vez menos a las oficinas.

"España se puede sentir satisfecha del camino que está recorriendo. Las entidades hemos cambiado de una política de comercializar productos a una de asesoramiento. Eso ha hecho que la educación financiera sobre la previsión de mañana sea algo que hemos sembrado", aseveró. Aquí hay una cuestión magnífica que es la longevidad, "pero seguimos teniendo la Seguridad Social de cuando la gente se jubilaba a los 65 años y tenía una esperanza de vida de siete años más". Hay que planificar la longevidad. ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar? ¿Queremos subir la cuota de la Seguridad Social? Hizo hincapié en que las generaciones que vienen no están dispuestas a pagar lo que se les está pidiendo. Por ende, hay que adecuarse. El mensaje es que hay que ahorrar, "el instrumento es lo de menos, porque la industria está muy preparada y tenemos magníficos gestores". Lo que se precisa es "un impulso de la Administración".

El motor de todo esto tiene que ser un apoyo decidido por parte de la Administración

El Estado se tiene que plantear un ejercicio de trasparencia. Alvargonzález expuso que José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, encontraba 14.000 millones de gastos superfluos del Estado, cuando él era presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). "Lo que no se puede pretender es decirle a la gente que haga ese esfuerzo y que el Estado no lo realice. Se quiere reunir 50.000 millones para las pensiones. Si se ahorrara en gastos superfluos, igual no sería necesario tanto esfuerzo", avisó. Cocho comentó que el problema es que habría que tener claro el entorno, las infraestructuras que tenemos, las que sobran, el modelo social, el concepto de Estado, la capacidad de incorporarse o no a ciertas políticas de la UE, como la política agraria o la de digitalización. Los actores sociales deben comprometerse y no tener miedo a la innovación. "Tenemos una patronal que es muy recelosa de la innovación, que tiene miedo", advirtió. Esa falta de innovación "arrastra toda una concepción metapolítica de desconfianza institucional".

Los presentes en el salón Cánovas del Hotel The Westin Palace de Madrid lamentaron que la gente haya interiorizado que no hay dinero, pero que se hayan eliminado las deducciones. "Somos el país con menos deducciones por el ahorro de los planes", criticó Vizárraga. López Marañón reiteró que "falta impulsar ese ahorro para complementar las pensiones". Quiso amplificar lo de impulsar: "Hay que estimular el impulso que pueda hacer el Estado, pero yo no desdeñaría otros tipos de impulso. El del particular, que algo tiene que hacer. No habrá ningún grupo político que vaya a asumir el fin de las pensiones o un recorte drástico. Los ingresos tendrán que venir desde otros lados".

Este tema precisa un consenso elevado, porque afecta a todo el país. Sin embargo, nos encontramos en una situación general extremadamente fragmentada y polarizada. Vivimos una época de "mayor información" y "puede haber 1.000 opiniones distintas sobre algo claro".

El director de Ibercaja Pensión formuló que habría que hacer un anuncio, tipo los de la Dirección General de Tráfico (DGT) para evitar accidentes, para que la población constituya ahorro. "El motor de todo esto tiene que ser un apoyo decidido de la Administración, con anuncios que no sean de los bancos", pronunció. No hay que olvidar que las campañas de la DGT han funcionado y que han bajado los accidentes. Hay que promover el ahorro. Cocho definió que proporcionamos respuestas del siglo XIX a problemas del siglo XXI. Se protege al trabajador, cuando los sindicatos en Europa protegen el proceso productivo de las compañías. Se preocupan de que la empresa tenga éxito y, de este modo, protegen al trabajador.

Vizárraga aclaró que se han bajado las comisiones en los planes de pensiones, pero que la gente no es sensible a esas reducciones.

Digitalización

La digitalización evidentemente es una herramienta que está ahí. Hay que utilizarla bien y exige transparencia. López Marañón concluyó que el momento es bueno, que la gente se ha dado cuenta de que tiene que hacer cosas y que hay herramientas para ello. Hay que meter a los millennials en esto. Recomendó dar "un mensaje fresco, que sea fácilmente interpretado y digerido por el público al que va dirigido", a cada uno con su idioma y su lenguaje.

Todos puntualizaron no hay otra que motivar y educar, en que la digitalización es muy importante y que es conveniente acompañarla de un buen asesoramiento para rematar las decisiones que tienen que ver con el ahorro. La responsabilidad es del emisor.

Con todo, en palabras de Alvargonzález, la digitalización es "un buen instrumento, necesario actualmente para poner en marcha cualquier cosa".

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