
Repsol acaba de poner en marcha el megayacimiento YME, uno de los 14 proyectos estratégicos de la compañía. El pozo, que cuenta con 65 millones de barriles de reservas recuperables en diez años, se sitúa en la cuenca de Egersund, aproximadamente a 130 km de la costa noruega.
Para la puesta en operación, el consorcio propietario ha tenido que invertir 800 millones de euros, de los que 400 millones han correspondido a la española. Repsol es el operador con un 55%, junto a Lotos Exploration and Production Norge, que tiene un 20%; Okea, con un 15%, y Kufpec Norway, con un 10%.
La producción, prevista para el primer semestre de 2020, se retrasó por el Covid, ya que durante la fase de desarrollo del campo se emplea a 12.000 personas y en la operativa a alrededor de 1.000.
Este yacimiento supone dar un paso más en la estrategia de la petrolera de racionalizar su cartera hacia proyectos de ciclo corto con una economía atractiva.
Repsol está concentrando sus esfuerzos en las localizaciones donde posee mayores ventajas competitivas, limitando su presencia a 14 países y priorizando el valor sobre el volumen para aumentar la contribución del segmento de Exploración y Producción y generar un flujo de caja positivo a pesar de reducir la intensidad inversora.
El área de exploración tiene un papel estratégico para apoyar la financiación necesaria para avanzar en la Transición Energética.
Según Tomás García Blanco, director general ejecutivo de Exploración y Producción, "este logro es una demostración de cómo organizaciones colaboradoras, flexibles y trabajadoras han sabido afrontar los retos y restablecer la generación de valor del campo de YME. YME contribuirá de forma significativa a la producción de petróleo y gas de Repsol. Me gustaría agradecer a todos los actores internos y externos su duro trabajo y dedicación a lo largo del proyecto de Nuevo Desarrollo de YME".
Yme es un desarrollo brownfield, que implica tanto la reutilización de las instalaciones e infraestructuras existentes como el diseño y la construcción de nuevas instalaciones.
Salida de Ecuador
Por otro lado, la compañía ha retomado las negociaciones para desprenderse de sus pozos en Ecuador. La canadiensde New Stratus Energy ha vuelto a mostrar interés en hacerse con los dos bloques que la compañía opera en el país. Para ello, la empresa ha logrado financiación de Goldman Sachs y ha puesto sobre la mesa del gobierno ecuatoriano planes de inversión por 200 millones de dólares para poder incrementar la producción de 15.000 a 25.000 barriles diarios de crudo en dichos yacimientos.
La concesión de estos pozos finaliza este próximo año y, por ello, la intención de los inversores es quedarse la compañía que mantiene Repsol para que las condiciones de los empleados y del acuerdo con el Gobierno sigan intactas pero reclaman que se amplíe el plazo de la concesión en 15 años adicionales.
Repsol ha salido ya de países como Marruecos, Irak, Australia, Vietnam e Irlanda en exploración. Y lo hizo también de Namibia, Angola, Liberia, Bulgaria, Papúa Nueva Guinea o Sierra Leona para ir reenfocando su estrategia hacia la descarbonización.
Apam pone a la venta la sede de Talisman
Apam, dueño de la sede de Repsol Sinopec UK en Aberdeen, ha puesto a la venta el edificio de oficinas en la que puede ser considerada la mayor operación inmobiliaria de los últimos años en la ciudad. El bloque de oficinas Talisman House, valorado en 23 millones de euros (19,5 millones de libras) será comercializado por Knight Frank. Inaugurado en el año 2000, el edificio cuenta con seis plantas. El incremento de los precios del petróleo está animando el negocio inmobiliario de la ciudad ya que empresas como Shell o BP están viendo sus necesidades de más espacio para gestionar sus actividades, como indica Energyvoice.