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Los factores socioculturales de la mujer retrasan su diagnóstico médico y tratamiento

  • Los expertos insisten en que la mujer debe destinar más tiempo a su salud
  • La mujer vive más años que el hombre, pero con peor calidad de vida
  • Los intentos de suicidio, tres veces más frecuentes en mujeres que hombres

El periódico elEconomista ha celebrado este martes la II Jornada sobre 'Salud y Mujer' con la colaboración de de Janssen, Organon, Roche y Vithas. Durante el encuentro se ha celebrado una mesa de debate sobre la atención médica con perspectiva de género en la que los ponentes han coincidido en destacar que los factores socioculturales de la mujer, como la mayor carga familiar, menor tiempo para ella por el peso del trabajo y el hogar y cuestiones como el mayor sedentarismo son un hándicap a la hora de que acudan a las consultas a tiempo y reciban el diagnóstico, tratamiento y seguimiento adecuado.

En el coloquio han participado José Atencia Goñi, endocrino Vithas Madrid La Milagrosa; Pablo Irimia, neurólogo y coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología; Almudena Castro Conde, jefa de Sección de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Universitario de La Paz; y Celia Oreja Guevara, jefa de Sección de Neurología del Hospital Universitario Clínico de San Carlos Madrid.

Respecto a las diferencias a la hora de enfermar entre hombres y mujeres, y en el modo de actuación de los medicamentos y la presencia de ellas en los ensayos clínicos, José Atencia señaló que hay diferencias en la manera de enfermar entre hombre y mujeres, pero también en la percepción de la salud. "Aunque la esperanza de vida es mayor en las mujeres, se vive con una sensación peor y también la percepción es distinta a la hora de interpretar los síntomas en distinta patologías", dijo. Almudena Castro señaló que, pese a haber diferencias biológicas entre el hombre y la mujer, la gran diferencia entre ambos sexos es sociocultural. En este sentido, Celia Oreja añadió que las mujeres, aunque se preocupen de su salud acuden poco al médico porque tienen mucho que hacer. Respecto a los ensayos clínicos, aseguró que, al menos en su campo, la mujer está muy representada porque es una patología autoinmune que se da sobre todo en mujeres. Finalmente, Pablo Irimia, experto en migraña, señaló que ésta es la tercera enfermedad más frecuente y afecta más en las mujeres. La migraña se da en el 12% de la población y en la mujer representa el 18%. "Hay diferencias en los tratamientos porque cuando la mujer está en edad de quedarse embarazada hay más dificultad de encontrar un fármaco que no altere el ritmo hormonal", dijo.

El coloquio centró una parte en cómo el personal sanitario puede atajar los problemas socioculturales. Castro reconoció que cuando llega al hospital una mujer de unos 50 años con dolor torácico es poco frecuente que se piense de primeras en un infarto sino en un problema de estrés o ansiedad, mientras que en el caso de un hombre se buscan directamente problemas orgánicos. Asimismo, asegura que en estos casos las mujeres tardan más en pedir ayuda médica que los hombres. "Debe hacer una campaña a nivel social y de políticas de salud para concienciar a la mujer de que no cargue sola con la enfermedad y no abandonen la rehabilitación cardíaca por la carga que tiene en su vida", dijo. Atencia, en su campo, apuntó que uno de los grandes problemas que ven es la obesidad que es más frecuente en las mujeres y tienen más prediabetes. "Cuando empezamos el tratamiento hay menos cumplimiento terapéutico por parte de las mujeres por la suma de factores con los que cargan, hay que incidir más en que haya mayor foco de ese cumplimiento", destacó. Asimismo, a nivel de abordaje diabetes hay diferencias entre el hombre y la mujer por el estilo de vida, ya que la mujer carga con la familia, lo que le dificulta tomar conciencia y control sobre su actividad física y obesidad. "A la hora de tratar la obesidad hace falta una dieta adaptada al género, ya que no es tan fácil de seguir si no tenemos en cuenta ciclo menstrual y la vida reproductiva de la mujer que va a cambiar la buena tolerancia a la dieta", señaló. Irimia, subrayó que su impresión es que las mujeres llevan una vida más ajetreada y con más dificultad para cuidar de su salud y consultan menos al médicos. "Otro problema es el estigma que hay asociado a la migraña, a veces no se le da credibilidad al paciente de que los síntomas son incapacitantes", aseveró. Respecto a la esclerosis múltiple, área de especialización de Oreja, aseguró que hay un hombre por cada tres mujeres que la padecen. Sin embargo, aclara que si una mujer de 30 años acude a urgencias con síntomas sensitivos se piensa más en una ansiedad o depresión. "Tardamos más en identificar eso", dijo. "Como las mujeres tienen más carga en realidad, se ocupa ella sola de la enfermedad cuando en el caso de un hombre, se ocupa toda la familia", añadió por otro lado.

De cara a las políticas que pueden poner en marcha desde las Administraciones Públicas para ahondar en la mejora de la salud de la mujer, Atencia apuntó que las de promoción pueden ayudar a corregir la situación actual y concienciar a la mujer de que debe poner el foco en su salud. "Volviendo a mi campo, hay mucho recorrido para prevención de la obesidad, que no hace más que subir, y podemos hacer mucho en ese sentido, de ahí van de la mano muchas patologías", dijo. Castro aseguró que la prevención primordial es muy importante. "Yo abogaría por políticas que erradiquen que las niñas juegan a las muñecas y los niños al fútbol, por políticas que pasen porque los menores no están cuatro horas sentados al día para hacer deberes, porque lo que nos está matando es la obesidad generada por el sedentarismo, así que hay que hacer políticas desde la infancia", aseveró.

Irima señaló que, en el campo de la migraña, hay que atajar el estigma asociado a la misma. "Hay que dar visibilidad a las enfermedades, es muy importante, y en las que afectan a las mujeres hay que intentar ver que hay un componente como las hormonas que provocan más crisis en ellas que en los hombres", dijo. Además, añadió que los pacientes deben recibir un mejor tratamiento y para ello debe haber buena comunicación entre la atención primaria y la medicina especializada, por lo que la telemedicina podría facilitar esta relación. Oreja añadió que, desde su punto de vista, en cuestión de políticas, aboga por promocionar mucho la salud de la mujer y que piense en sí misma y haga un hueco en su vida por preocuparse de su salud. "Es muy importante promocionar que no se fume, empeora todo tipo de enfermedades y el problema de las mujeres es que cada vez fuman más. También el ejercicio y la dieta son importantes, hay que hacer grandes campañas para hombres y mujeres que las promocionen. Cada vez hay más comida rápida, sobre todo desde la pandemia, y va de la mano de la obesidad", recalcó.

Perspectiva de género

Para cerrar la mesa, los expertos ofrecieron una conclusión de la importancia de establecer una perspectiva de género en la atención médica. Atencia subrayó la importancia de llevar una medicina más especializada empezando por la diferencia entre géneros. "Intentar que la mujer tome más conciencia y dedique tiempo a su salud, que haya mayor seguimiento en las consultas y una atención que vaya a los problemas que tiene la mujer, no solo por patologías específicas, sino por su manera de sentirlas y abordarlas", añadió. Por su parte, Castro dijo que hay que impulsar la concienciación de que la mujer puede enfermar y cuando lo haga, debe ser egoísta. "Hay enfermedades escondidas en la mujer, como problemas cardiovasculares en el embarazo que se atienden bien en el hospital, pero que la mujer desatiende cuando tiene el bebé. Y se olvida de que tiene un marcados de riesgo que le va a marcar su pronóstico vascular el resto de su vida", advirtió. Irima destacó que no hay enfermedades sino enfermos y por ello hay que adaptar las necesidades a cada personas. "Esto va a experimentar un cambio en los próximos años porque las mujeres ya son mayoritarias en las facultades de medicina y, por tanto, se va a cambiar la visión de abordaje de las enfermedades que afectan a mujer", dijo. Finalmente, Celia Oreja aseveró que la medicina personalizada es importante y es lo que se está intentando hacer con pacientes de esclerosis múltiple, ya que antes se les prohibía quedarse embarazadas pero ahora hay más conciencia y se trabaja en que puedan quedarse embarazadas. "En el mismo camino, esta patología tiene que ver mucho con las hormonas y vigilamos la menopausia porque empeora la enfermedad, focalizarnos en esto es importante para buscar alternativas o una forma distinta de tratar a la paciente, rehabilitarla o tomar medidas preventivas", apuntó.

Foco en la salud mental

La directora general de Salud Pública de la Comunidad Autónoma de Madrid, Elena Andradas, se encargó de abrir la jornada sobre 'Mujer y Salud' con su ponencia inaugural en la puso un foco de atención en el bienestar emocional y psicológico de la mujer, ya que ocupa un lugar equiparable al de su bienestar fijo. Así, destacó que las diferencias socioeconómicas influyen en la salud mental de las mujeres, un hecho que quiso evidenciar con datos. Según Andradas, los intentos de suicidio en el género femenino son tres veces mayores que en los hombres, pero además, las cifras también avalan la mayor pretensión a problemas psicológicos. En España, el 9,2% de las mujeres sufren ansiedad crónica frente al 4% de los hombres. Asimismo, el 9,1% de las mujeres padece depresión frente al 4,3% de los hombres. "De cada 10 personas que consumen antidepresivos y ansiolíticos, más de ocho son mujeres", apuntó. Así, concluyó que hay un largo camino que recorrer y conocer las desigualdades en salud entre hombres y mujeres. "Generar conocimiento científico es el primer paso para diseñas intervenciones sanitarias y sociales que nos permitan mejorar la salud de las mujeres", dijo al respecto.

Asimismo, la directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid explicó que, pese a que en la región la esperanza de vida de las mujeres es mayor que la de los hombres, con 87 años, frente a 82 años, respectivamente, este dato no refleja la buena salud de las mismas porque presentan mayor permanencia de enfermedades crónicas.

"Según la última encuesta europea de salud, a los 65 años las mujeres viven 8,9 años sin limitación de actividad, es decir, el 39% de su esperanza de vida, mientras que los hombres viven sin limitación de actividad 9,5 años, 44% de su esperanza de vida", expuso. Así, aseveró que, aunque los hombres viven menos, tanto los años vividos en buena salud como sin limitación de actividad son mayores que en las mujeres. "Las mujeres vivimos más años pero una proporción son en mala salud y con problemas de salud", aclaró.

Además, Andradas recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el género femenino, por su estratificación social, está vinculado a peor acceso a recursos sanitarios y por tanto, el género es un determinante de desigualdad sanitaria. "Este marco lo usamos para el diseño de políticas sanitarias, teniendo en cuenta el rol del género para diseñar intervenciones específicas para disminuir estas deficiencias de salud. Impulsamos la perspectiva de género en nuestras competencias, tanto para las enfermedades transmisibles como crónicas", dijo.

Finalmente, Andradas también quiso destacar que en materia de diagnóstico hay evidencias de que la mujer se ve más desfavorecida que el hombre a la hora de acceder al mismo y también al tratamiento.

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