Empresas y finanzas

El ocaso de Sears: los históricos grandes almacenes cierran su último establecimiento en su estado natal

  • Sears ha sido víctima del "apocalipsis del retail"
  • Fue líder del mercado y símbolo del capitalismo estadounidense
Foto: Establecimiento de Sears en Estados Unidos. Dreamstime

Es el fin de una era. Tras casi 130 años formando parte del día a día de los estadounidenses, el último establecimiento de los grandes almacenes Sears en Illinois, su estado natal, cerrará sus puertas para siempre el próximo 14 de noviembre. Sears se rinde así al reinado de los gigantes del comercio electrónico, las cadenas low cost y los nuevos hábitos de consumo. Aunque aún cuenta con una cincuentena de locales abiertos por el país -entre Sears y Kmart-, la compañía rozaba los 1.000 establecimientos en 2017.

Víctima del denominado "apocalipsis del retail" surgido de la crisis económica de 2007 y muy desgastada tras el auge de las cadenas low cost como WalMart y la posterior llegada Amazon, Sears Holding se declaró en bancarrota en 2018. En ese momento, la compañía calculó un valor de sus activos de 6.900 millones de dólares (5.965 millones de euros), frente a unos pasivos de 11.300 millones de dólares (9.769 millones de euros).

Un trágico final para el que fuera líder del mercado minorista y símbolo del capitalismo estadounidense

Ascenso meteórico

Fundada en 1893 por Richard W. Sears, en sus inicios fue una empresa dedicada a la venta por catálogo. Poco después, fue adquirida por el magnate de la confección Julius Rosenwald y se especializó en la venta de productos a bajo coste en zonas rurales desatendidas. Esto, combinado con la adecuada publicidad de sus productos, la educación del consumidor y la marca corporativa, impulsó enormemente su popularidad.

En 1906, Sears se convirtió en el primer gran minorista estadounidense en salir a bolsa. Goldman Sachs fue el encargado del proceso y el precio de la acción rozó los 100 dólares, según la CNBC. Ese mismo año, los futuros grandes almacenes inauguraron su fábrica de catálogos y la Torre Sears Merchandise Building de Chicago.

Rosenwald salvó a Sears del borde de la bancarrota, efecto colateral de la crisis económica que sufrieron los agricultores tras la Primera Guerra Mundial. Poco después dejó la dirección de la compañía.

En 1926, y bajo la dirección de Robert E. Wood, Sears abrió su primera tienda en Chicago. A ésta la siguieron siete más y, en tan solo cinco años, las ventas físicas superaron a las hechas por correo. Por esa época, la popularidad del automóvil llevó a Sears a fundar Allstates, su propia compañía de seguros.

En 1945, Sears facturaba 1.000 millones de dólares al año, unos 13.000 millones de dólares de los actuales. Fue uno de los primeros en atender tanto a hombres como a mujeres, además de ofrecer una amplia gama de productos que iba desde artículos para el hogar hasta electrodomésticos. También llevó a cabo una expansión hacia los centros suburbanos, que se convirtieron en su principal mercado.

Las ventas de Sears alcanzaron su nivel más alto en el periodo que abarca desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de los 70. Durante ese periodo, los grandes almacenes siguieron expandiéndose por todo el país y dieron el salto a México y Canadá. En 1973, se inauguró la nueva Torre Sears, con 110 pisos y una inversión de 100 millones de dólares, ostentó el título de edificio más alto del mundo durante más de dos décadas.

Caída en desgracia

A partir de entonces, las cosas empezaron a torcerse para Sears. La entrada en escena de los minoristas low cost, como Target, Kmart y Walmart, y una próspera clase media-alta que se decantaba por grandes almacenes más lujosos, supusieron una importante fuga de clientes

En 1991, perdió el trono de mayor minorista del país en detrimento de Walmart. En 1993, Sears prescindió de los catálogos que lo habían encumbrado a la cima y se introdujo en el sector de los seguros y los servicios financieros. Dos años más tarde, Sears cerró su mayor filial, Allstate Corporation.

Con la llegada de Amazon y el auge del comercio electrónico, las ventas empezaron a caer. Fue entonces cuando comenzaron los recortes de personal y el cierre de tiendas. En 2016, el presidente de Sears, el gestor de fondos de cobertura Eddie Lampert, era considerado el consejero delegado más odiado de Estados Unidos, según las opiniones de sus empleados publicadas en Glassdoor y recogidas por 24/7 Wall St.

Poco después de renunciar a su cargo como consejero delegado, Lampert compró la empresa por 5.000 millones de dólares. En respuesta, Sears emprendió acciones legales contra él y ex miembros del consejo de administración, alegando el robo de miles de millones de dólares, según Business Insider. Mientras Sears se prepara para cerrar su último establecimiento, la demanda sigue sin resolverse.

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