
La pandemia por la COVID-19 ha pasado una factura muy alta al negocio inmobiliario de Sandra Ortega, hija del fundador de Inditex y propietaria del 5% de la compañía textil. La sociedad Ferrado Inmuebles, la cabecera del negocio en el sector del ladrillo, cerró el último ejercicio, el 31 de diciembre de 2020, con unas pérdidas después de impuestos de 128,5 millones de euros. Esta cifra supone multiplicar casi por treinta los números rojos del año anterior y encadenar además dos ejercicios consecutivos en pérdidas.
En sus últimas cuentas anuales, los gestores explican que "la sociedad y, sobre todo, sus sociedades participadas, se han visto sensiblemente afectadas por la evolución negativa del mercado inmobiliario en el ejercicio 2020 debido, principalmente, al fuerte impacto que ha generado la pandemia COVID-19 en todo el mundo".
Alquileres a la baja
En concreto, tanto Ferrado como sus filiales, "han tenido que hacer frente a la renegociación de algunos de sus arrendamientos con terceros, han concedido periodos de carencia a determinados inquilinos, han paralizado sus actividades hoteleras y han sufrido retrasos en la evolución de algunos de los proyectos que se encontraban en fase de desarrollo".
Además de las pérdidas, todos estos hechos, han situado el patrimonio de la sociedad en un importe inferior a la mitad de su capital social al 31 de diciembre de 2020, lo que dejó a la firma en causa de disolución, de acuerdo con la normativa contable, o lo que es lo mismo, en quiebra técnica.
No obstante, Ferrado explica también que cuenta con el compromiso de la sociedad dominante del grupo en el que la misma se encuentra integrada, de prestarle el apoyo patrimonial y financiero que sea necesario para garantizar la continuidad de sus operaciones.
Cumplimiento de los pagos
Adicionalmente, la dirección de la empresa ha preparado unas estimaciones de la evolución prevista para el ejercicio 2021, en base a las cuales no se estiman dificultades "para que pueda atender a sus pasivos a sus respectivos vencimientos, principalmente debido al elevado saldo de tesorería que ascendía a 36,9 millones al 31 de diciembre de 2020 y a la posibilidad de acudir a las pólizas de las que en diversas entidades financieras".
En este sentido, en su calidad de administradora única, Sandra Ortega ha formulado las cuentas anuales aplicando el principio de empresa en funcionamiento, ya que considera que no existe ninguna duda acerca dela continuidad de las operaciones de la sociedad y, por consiguiente, acerca de su capacidad para realizar sus activos y liquidar sus pasivos (...) asumiendo que la actividad de continuará". La cartera de inversiones inmobiliarias se de la compañía se distribuye geográficamente entre Estados Unidos, España, Alemania, Austria y Portugal.
Números rojos
Sandra Ortega, que registró en conjunto unas pérdidas en 2020 de 91 millones con Rosp Corunna, el holding que agrupa todos sus negocios, ha presentado una querella contra José Leyte, gestor de la sociedad durante los últimos veinte años, por apropiación indebida, falsedad documental y administración desleal. Su patrimonio conjunto en el último año se redujo un 14,8%, hasta 5.058 millones de euros, según las cuentas del Registro Mercantil.