Es casi una obviedad hablar del auge del comercio electrónico, pero es verdad que la pandemia ha subrayado, sin duda, tanto la magnitud de este sector como la importancia que le damos. El año pasado, la facturación del e-commerce superó los 51.600 millones de euros en España, un 5,8% más que en 2019, estableciendo un nuevo récord. El contexto adverso afectó, desde luego, al turismo, que redujo a la mitad sus ventas hacia el exterior, pero el buen comportamiento de ámbitos como el de la compra de ropa online o la suscripción de canales de televisión impulsaron las cifras totales en 2020.
La buena marcha del comercio electrónico se ha reflejado también en la actividad de las empresas de reparto. El trasvase de clientes desde los canales tradicionales al digital en sectores como alimentación, hogar, bricolaje o ropa mitigó la caída de negocio de los operadores logísticos en 2020. Por otro lado, el mercado español de mensajería y paquetería lleva cuatro años creciendo a ritmos de entre el 4% y el 5%, según cifras de DBK Informa. Y es que solo entre junio y diciembre del año pasado casi la mitad de los internautas españoles realizó alguna compra a través de internet, y más del 95% recibió algún paquete asociado a dichas compras.
Pues bien, en todo este movimiento hay un paso clave: la entrega del producto al consumidor final. Esta parte de la distribución se conoce como el reparto o la logística de última milla, el trayecto final que hay que recorrer para entregar un paquete a domicilio. Deloitte la considera un "reto crítico" en las grandes ciudades, por su impacto en el tráfico y el medio ambiente. Según la consultora, el transporte de mercancías representa casi el 20% de la circulación en los núcleos urbanos.
Así, no es de extrañar que cada vez más las empresas traten de optimizar esta parte crucial de la distribución, haciendo hincapié en la sostenibilidad. "En un momento en el que los destinatarios están cada vez más preocupados por el cuidado del medio ambiente, las tiendas online necesitan un proveedor de transporte capaz de priorizar la sostenibilidad", asegura Aitor Ojanguren, CEO de Koiki, una empresa logística creada en 2015, participada por Fundación Repsol, para mejorar la sostenibilidad y la eficiencia del reparto de la última milla.
En 2020 casi la mitad de los internautas españoles compró a través de internet, y más del 95% recibió algún paquete asociado a dichas compras
El catálogo de soluciones para hacer que este último trayecto sea más sostenible va desde las furgonetas eléctricas de reparto, la distribución en horario nocturno, la automatización de los centros logísticos o las plataformas digitales que se integran con las operaciones del e-commerce, permitiendo una gestión del inventario más ágil. También hay compañías, como Scoobic, especializadas en vehículos que conjugan cero emisiones, gran capacidad de carga y dimensiones aptas para introducirse en cualquier callejón.
El enfoque de Koiki es algo distinto. Consiste en dar prioridad a los barrios y acercar lo más posible el paquete a su destinatario. La compañía cuenta con una red de 62 microcentros urbanos en 20 provincias, desde los que se realiza ese reparto de última milla -mejorando la ratio de entrega al primer intento-, siempre con medios de transporte sostenible: a pie, en bicicleta o patinete eléctrico. La empresa tiene en la actualidad dos hubs de consolidación, en Madrid y Barcelona, ubicados de forma estratégica, donde se reciben y clasifican los envíos para su posterior reparto en los microhubs. El viaje desde estos centros de consolidación a los microcentros se hace en vehículo eco.

Además, Koiki colabora con entidades sociales y empresas del sector social, que gestionan los centros de su red logística, y a quienes provee de volumen de negocio, tecnología y formación, con el objetivo de crear nuevas oportunidades de trabajo. Durante el pasado 2020 entregaron cerca de 400.000 paquetes sostenibles, lo que supone un ahorro de 172 toneladas de CO2 y, además, formaron profesionalmente a más de 160 personas en situación de vulnerabilidad, mejorando así su empleabilidad.
"La entrada de Fundación Repsol en el capital de Koiki ha supuesto un gran apoyo técnico y operativo, y también financieramente, un impulso para seguir creciendo", señala Ojanguren. La compañía también se ha reforzado con la inversión de Seur, que se ha traducido en un notable volumen de negocio en el reparto de proximidad. El objetivo de Koiki para 2022 es estar presente en los núcleos urbanos de las 150 ciudades con más de 50.000 habitantes de toda España.
Ahora ya sabes por qué la última milla es importante. Y también que tu próxima compra online no solo es una transacción comercial: con tu clic podrías estar contribuyendo a crear empleo entre quienes más lo necesitan, descongestionar tu ciudad y disfrutar de un aire más limpio en tu barrio.