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El cambio climático ya le ha costado 2 billones de dólares en catástrofes naturales a EEUU

  • Entre 1980 y 2020, el coste total alcanzó los 2 billones de dólares
  • El incremento de la población y las ciudades puede sesgar estos datos
Foto: Archivo

Un año más, el verano trae consigo nuevos fenómenos naturales extremos que asolan el hemisferio norte del planeta. Mientras la costa oeste de Estados Unidos y Canadá se enfrenta a olas de calor que rompen récords, Alemania registra las peores inundaciones en lo que va de siglo. Una situación que reabre el debate sobre el papel del cambio climático y los combustibles fósiles, responsables del 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, en las catástrofes naturales de costes multimillonarios.

Se trata de una cuestión compleja de dilucidar. Según publica Forbes, no basta con analizar el efecto del cambio climático en el último fenómeno meteorológico extremo. Es necesario buscar el empeoramiento de estas tendencias durante los últimos 50 años, periodo durante el cual la temperatura global ha aumentado al menos 0,5ºC. 

Efectos del cambio climático

A estas alturas, es incuestionable que la energía térmica adicional que recibe la Tierra como consecuencia de la actividad humana está provocando el derretimiento de los polos, la subida del nivel del mar entre 2 y 3 milímetros al año en la actualidad, y el blanqueamiento de los corales. 

En cuanto al efecto que tiene en la vida de los seres humanos, la National Oceanic and Atmospheric Administration (la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) de Estados Unidos ha hecho público el coste de las 291 catástrofes que se produjeron en ese país entre 1980 y 2020, periodo en el que la temperatura global subió algo más de 0,5 °C. Según esos datos, el coste total de los fenómenos extremos casi alcanzó los 2 billones de dólares, que equivale a más de la mitad del presupuesto de EEUU el pasado año, de 3,4 billones de dólares.

Esta tendencia, que presenta una curvatura ascendente, evidencia que las catástrofes meteorológicas están empeorando. Pero, ¿cómo ha evolucionado la intensidad y frecuencia de estos fenómenos?:

Sequías e incendios forestales: no han aumentado, pero ambos se producen con mayor frecuencia. Esto se debe a la disminución de las precipitaciones como consecuencia del aumento de las temperaturas en los desiertos, lo que también provoca veranos más largos y más olas de calor.

Mientras que el número total de incendios forestales se redujo en un 25% entre 1991 y 2020, la superficie total quemada aumentó casi 4 veces. Esta cifra sirve para comprender la magnitud de estas catástrofes.

Tormentas severas: se trata de la tendencia que más ha empeorado en número y coste desde 1980.  

Fuente: NOAA

Inundaciones: el aumento del vapor de agua en el aire instiga lluvias extremadamente fuertes, por eso estos fenómenos de miles de millones de dólares tienden a producirse cerca del Golfo de México o de los grandes ríos. Sin embargo, el número y el coste de las inundaciones en EEUU ha empeorado durante el periodo analizado. Además, se ha producido una reducción del tiempo de retorno de 50 a 30 años.

Huracanes: es una de las catástrofes más costosas, en parte porque sus daños pueden extenderse hacia el interior a través de enormes cantidades de lluvia e inundaciones. "En 2020, Estados Unidos experimentó un número récord de ciclones tropicales con nombre (30), eclipsando los 28 registrados en 2005, el año del huracán Katrina. De estas 30 tormentas, 12 tocaron tierra en los Estados Unidos. De esas, 7 se convirtieron en catástrofes de mil millones de dólares, otro nuevo récord", señala la NOAA.

Recopilación de datos

Existe la posibilidad de que estos datos no sean suficientemente representativos a consecuencia del incremento de la población y el crecimiento de pueblos y ciudades, así como los seguros con una mayor cobertura frente a catástrofes naturales.

Aunque el número total de catástrofes de mil millones de dólares se multiplicaba por 8 y el número de viviendas en EEUU lo hacía por 1,6 entre 1980 y 2020, los últimos cinco años constituyen una anomalía estadística dentro del periodo analizado. Los seis años con mayor número de catástrofes, en términos de número de eventos extremos, incluyen el período 2016-2020, más un valor atípico: 2011.

Un argumento que podría utilizarse contra la hipótesis del sesgo más gradual de esos factores. Pero no sirve, pues en otros momentos de la historia también se produjeron este tipo de anomalías estadísticas. Ejemplo de ello son las olas de calor en la década de 1930, cuando el índice promedio fue del 0,6, en comparación con el 0,1 registrado entre 2015 y 2020.

A pesar de que existe una pequeña tendencia al alza en el índice de olas de calor desde 1960 hasta el presente, no se aprecia un empeoramiento gradual que pueda achacarse al calentamiento global.  

El papel del cambio climático

De ser cierto que medio grado centígrado más influye en las catástrofes meteorológicas multimillonarias, un incremento de un grado podría provocar que se amplíen las zonas de incendios forestales en Estados Unidos, además de magnificar las inundaciones ante una mayor retención del agua por el aumento del vapor de agua. Una teoría respaldada por los fenómenos extremos vividos en EEUU desde 2015, con el 2020 como el peor de todos, siendo también el año en el que la Tierra alcanzó la temperatura más alta desde 1600.

El resultado de la investigación apunta a que el sesgo poblacional es sólo una parte del aumento de las catástrofes multimillonarias. Por lo tanto, la otra parte  tendría que deberse al calentamiento global. Aunque todavía es necesario investigar más para corroborar esta teoría, parece evidente que Estados Unidos paga un alto precio por los efectos de las catástrofes naturales. Es en este punto, cuando la industria de las energías fósiles debería plantearse actuar para frenar una tendencia que no para de agravarse.  

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