Empresas y finanzas

La sucursal bancaria, cada vez más grande, pero a años luz de la europea

  • El número de empleados llega a ocho, frente a los 14 de otros países
Foto: Archivo

Las oficinas bancarias están en un proceso continuo de transformación en el último decenio que no ha terminado. Cada vez hay menos, cada vez son más grandes y cada vez tienen un papel menos relevante para las entidades en cuanto a la comercialización de productos a sus clientes. Se han convertido en espacios para asesoramiento y donde el usuario puede realizar todas las operaciones, pero en un modelo de autoservicio, es decir, sin la intermediación de un empleado.

Pese a esta reconversión, que seguirá en los próximos ejercicios, su tamaño está aún a años luz de las sucursales europeas. Pese a que su dimensión ha aumentado sustancialmente desde la pasada crisis, pasando de los tres o cuatro trabajadores de media a los ocho de la actualidad, en el Viejo Continente en estos establecimientos financieros operan entre 14 y 15 personas.

Cierres previstos

Los cierres de oficinas previstos para este y el próximo ejercicio, en el marco de los ERE, harán que el tamaño medio vuelva a crecer y pueda acercarse un poco al modelo de nuestro entorno. La banca va a cerrar más de 4.000 sucursales, un volumen que se sumará a las 24.000 (el 53% de la red) que han visto cómo su persiana no volvía a abrirse nunca. Una vez se ejecuten los planes puestos en marcha, en nuestro país quedarán menos de 18.000 puntos financieros a pie de calle, una cifra no vista desde la década de los años 70, es decir, en la época del posfranquismo.

Las entidades consideran que los cierres continuarán, ya que la digitalización de los procesos ha dado un impulso tras la pandemia y los clientes prefieren realizar sus operaciones a través de los canales remotos (vía teléfono móvil, cajeros automáticos o Internet).

Hace unos días el economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso, apuntaba en esta dirección y señalaba que en España iba a haber una "reducción generalizada" de oficinas debido al "sobredimensionamiento" del sistema, a la digitalización y, también, al "cambio en la rentabilidad" por la situación de tipos en negativo.

Esta sobrecapacidad, a pesar de todos los ajustes llevados a cabo, se refleja en que en España hay todavía 56 oficinas por cada 100.000 habitantes, mientras que en los países de la eurozona hay en torno a 20, por lo que queda recorrido para que vayan desapareciendo.

Lavado de cara

Sin embargo, en el sector dan por hecho que estos espacios nunca desaparecerán, porque hay transacciones que requieren de la ayuda de expertos, bien sea una hipoteca o un producto de inversión. Por ello, las sucursales están viviendo una transformación total, donde la caja apenas tiene importancia y donde los puntos de asesoramiento cobran cada vez más relevancia. El lavado de cara se ve nada más entrar en una, porque son más modernas y limpias.

Toda esta reconversión está provocando un riesgo de exclusión financiera, sobre todo en las poblaciones rurales. Más de la mitad de los municipios de nuestra geografía ya no tiene una sucursal en sus calles. La banca está analizando fórmulas novedosas para reducir esta problemática, que afecta principalmente a las personas de mayor edad. Por un lado, están poniendo a disposición de los clientes rutas específicas de autobuses para que puedan acudir a una localidad cercana donde hay una oficina; por otro, están ampliando el número de ofibuses; en tercer lugar, pretenden llegar a acuerdos con los ayuntamientos para instalar cajeros en los que puedan hacer las operaciones más básicas y la retirada de dinero efectivo; en cuarto lugar, alcanzar pactos con bares, farmacias o supermercados para la extracción de metálico; y por último, usar las instalaciones de Correos como puntos bancarios, algo que ya permite el Banco Santander desde el año pasado.

Todas estas opciones, unido al auge de banca digital, podrían limitar los casos de exclusión financiera. El sector se defiende ante los recortes de red y asegura, como lo hizo la semana pasada el presidente de la patronal AEB, José María Roldán, que "hay más ciudadanos sin servicios sanitarios que sin banca" y que la situación por la que atraviesan las entidades hace necesaria la disminución de la red física.

Desde los organismos reguladores, además, se está instando a los bancos a que acometan nuevos cierres con el objetivo de ahorrar costes, mejorar la eficiencia y aumentar la rentabilidad. Y que realicen fusiones para facilitar este ajuste.

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