
Objetivo: mejorar el ferrocarril. Este podría ser el resumen de uno de los ejes de actuación principales que plantea el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia enviado a Bruselas en lo que a transporte se refiere. 2.988 millones de euros que servirán para construir nuevas infraestructuras ferroviarias y modernizar y mejorar las ya existentes. El gran actor de este plan será Adif, la compañía pública que se encarga de las infraestructuras, que desatascará obras históricamente olvidadas en un cajón y reforzará el presupuesto de otras que, tras años de movimientos, todavía no habían conseguido terminarse. Es el caso de la Y Vasca o el AVE a Asturias, entre otros.
En este sentido, la Unión Europea tiene entre sus objetivos la construcción del Espacio Único Europeo del Transporte, en el que destacan los corredores europeos de la red básica de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), vías que canalizan los principales tráficos tanto a nivel nacional como europeo. Por España discurren dos de estos corredores, el Atlántico y el Mediterráneo, que están en pleno desarrollo en la actualidad, pero necesitan disponer de más recursos económicos para que puedan estar finalizados en los plazos previstos por los reglamentos europeos. Estas inversiones están contempladas en el eje 7 de la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada y se desglosan en el plan enviado a Bruselas por el Gobierno en el Componente seis, dedicado a la mejora de la movilidad.
El Gobierno señaló ante Bruselas que el desarrollo de los corredores europeos beneficia "a la población en general", pues suponen acortar los tiempos de viaje mejorando la movilidad interurbana e internacional. Algo similar sucedería, según la tesis del Ejecutivo, con las mercancías, donde las empresas del sector son especialmente favorecidas, beneficiándose de un transporte más eficiente y competitivo.
Obras clave
El proyecto contempla obras clave en ambos corredores. En el caso del Atlántico, Adif actuará sobre la Y Vasca, es decir, la alta velocidad que conectará Vitoria, Bilbao y San Sebastián con la frontera francesa. Este proyecto lleva en el aire décadas y el empujón de los fondos europeos podría dar el empujón que necesita para lograr una entrada en operación que se ha marcado para 2027-2028.
En este mismo sentido también se contemplan obras de construcción y mejora en la línea que llevará la alta velocidad a Asturias. En concreto, el plan recoge actuaciones sobre la conexión Valladolid-Palencia-León, que ya se encuentra en operación, y el tramo León-La Robla-Pola de Lena, que será el que a través de la polémica Variante de Pajares -que entrará en operación en próximo año-, conecte al Principado por alta velocidad.
En este corredor también se actuará sobre la conexión entre Zaragoza y Pamplona, la unión de Orense con Monforte de Lemos, y las denostadas vías extremeñas.
La conexión del Eje Atlántico con el Mediterráneo también será clave. En esta parte destaca la unión por alta velocidad Barcelona-Levante, el Alcázar de San Juan y Manzanares (Ciudad Real) y las mejoras en la línea Madrid-Sevilla, al primera de alta velocidad del país.
Ya en el Eje Mediterráneo, destacan obras en la conexión de Zaragoza con Sagunto a través de Teruel, la unión de la frontera francesa con Barcelona y Tarragona Vandellós, el tramo de Castellón a Alicante y las vías que unirán Murcia con Cartagena y Almería, respectivamente.
Entre las mejoras de las infraestructuras existentes destacan inversiones en plataformas, reposición de servicios, electrificación de vías que ahora necesitan de trenes diésel para poder ser operadas, implementación de nuevos sistemas de señalización, control de tráfico y telecomunicaciones y la mejora de estaciones que se han quedado obsoletas.
El Gobierno espera que, a la finalización del plan, una vez ejecutadas las inversiones previstas, se haya actuado en al menos una longitud de 1.400 kilómetros de red incluidos dentro de los Corredores Atlántico y Mediterráneo, incluyendo actuaciones tanto de mejora de secciones en servicio, como inversiones que permitan avanzar en la construcción de nuevos tramos.
El calendario de ejecución previsto va desde febrero de 2020 hasta agosto de 2026, por lo que algunas de las mejoras ya se han iniciado.
Otras actuaciones
Más allá de estos dos corredores, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana también actuará sobre otras infraestructuras ferroviarias de la RTE-T con una inversión prevista de 1.010 millones. El proyecto plantea una serie de inversiones en el conjunto de la red relacionadas con la digitalización, la mejora de la seguridad y la protección ambiental, destacando la implementación de herramientas que optimicen la infraestructura tecnológica para la gestión del tráfico ferroviario, la mejora de la seguridad a través de ciberseguridad, instalación de detectores de caída de obstáculos, etc.; la instalación de protecciones acústicas, y el desarrollo de la tecnología satélite aplicada a la señalización ferroviaria ERTMS, como la que se llevará a cabo en la línea que une Madrid con Sevilla.
Además, contempla la electrificación de secciones en las que ahora es necesario operar con trenes diésel que quedarán desterrados con la aparición de otros combustibles alternativos, como por ejemplo la que une Monforte con Lugo. También se realizarán renovaciones de vía, como la de Soria-Torralba o la Xátiva-Ontinyent. Dentro de los kilñometros de raíles sobre los que se pretende actuar en este bloque también entrarán las obras de creación de infraestructura, como las variantes de Palencia a Santander, Rincón de Soto (La Rioja) o la variante de Ourense.
La intermodalidad, clave
El fomento de la intermodalidad en el transporte es un punto clave para el futuro del ferrocarril. Dentro del plan se contempla llevar a cabo el desarrollo de terminales intermodales y logísticas estratégicas (TILOS) y accesos a puertos. Esta parte del proyecto está dotada con 668 millones.
En concreto, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana prevé llevar a cabo inversiones en infraestructuras ferroviarias en cuatro terminales estratégicas en los próximos años para impulsar el transporte ferroviario de mercancías en colaboración con el transporte por carretera y como parte de la actividad logística, estableciendo como objetivo principal la transferencia modal de mercancías de la carretera al ferrocarril. Tal y como consta en el documento, los trabajos se desarrollarán en las terminales de Vicálvaro (Madrid), Fuente de San Luis (Valencia), La Llagosta (Barcelona) y Júndiz (Álava).
Las cuatro necesitan ampliar, según MITMA, las funcionalidades actuales para ir a un modelo donde converjan la terminal intermodal y la zona logística, además de otros servicios complementarios del transporte, la mercancía y las empresas y trabajadores.
De forma adicional, se llevarán a cabo inversiones en infraestructuras ferroviarias en otras terminales intermodales y logísticas, como la de Can Tunis (Barcelona), Orduña (Bizakia), Lezo (Guipúzkoa) o Mueriedas (Santander), con el mismo objetivo de potenciar el tráfico de mercancías por ferrocarril y hacerlo más competitivo.
Como parte de la estrategia para el impulso al transporte de mercancías por ferrocarril, el plan apuesta por la intermodalidad ferroportuaria mediante la ejecución de inversiones destinadas a la construcción y mejora de los accesos ferroviarios exteriores a distintos puertos, de tal forma que se posibilite su conexión con el resto de la red ferroviaria y los principales corredores ferroviarios europeos.
La documentación señala que estas actuaciones de accesibilidad terrestre a los puertos se desarrollan, con carácter general, mediante convenios entre las correspondientes Autoridades Portuarias y ADIF y se centrarán en puertos como el de A Coruña o Castellón y la creación de apartaderos de 750 metros.
En materia de accesibilidad, también se llevarán a cabo 19 proyectos diferenciados en Autoridades Portuarias que mejorarán el acceso y el tránsito interno de los puertos, facilitando el intercambio de las mercancías de un modo de transporte a otro, promoviendo así la intermodalidad.